El arcón de los recuerdos­

Entrevistando "de asalto " a Jack Lemmon­

 

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Siempre me interesó la personalidad de ese actor. En cada una de sus películas sabía ser distinto, pero siempre seguía siendo él mismo. Ponía en cada comedia una enorme energía intelectual, sacaba a la superficie las tensiones interiores del hombre común, que se afana por sobrevivir en una realidad donde todo se vende y se compra, pero arrojando inveteradamente algo de luz solar con sus actuaciones.­

Amado por colegas, espectadores y críticos por igual, este cómico triste, trágico sagaz y artista extraordinario fue el espejo de buena parte de la sociedad de su tiempo.­

Por cierto, los productores habían querido que cambiará su apellido ("Limón") por "Lennon", pero el actor se negó rotundamente, diciendo que se parecía a "Lenin", el genocida soviético.­

Siendo el comediante Nº 1 de los Estados Unidos, no dudaba en abandonar Hollywood para trabajar en los teatros de Broadway. Cambiaba los astronómicos cachets de la Meca del Cine, por las modestas ganancias de un actor de teatro. Había comenzado su carrera en las tablas, y nunca traicionó la meta de combinar el teatro con el celuloide.­

Eso quise aprovechar yo, cuando -enviado en 1978 por el programa "Video Show"- me encontraba en Nueva York, a la caza de notas. Justamente Lemmon estaba interpretando la obra "El Tributo" en un teatro de Broadway.­

La nota tenía que ser "de asalto", porque no disponía de las semanas de antelación necesarias para concertar un entrevista, como era de rigor con estrellas de ese calibre. Con el camarógrafo Mario Diez nos apostamos en la puerta lateral del teatro Bruce Atkinson, por la cual debía salir Lemmon, una vez finalizada la obra. Y al salir el actor, avancé hacia el blandiendo mi micrófono, con tanta mala suerte, que tropecé con el cordón de la vereda. Ante lo brusco de mi movimiento, Lemmon se echó para atrás, mientras que un par de sus guardaespaldas me pechaban obligándome a retroceder. Oportunidad frustrada.­

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SEGUNDA OPORTUNIDAD­

Al año siguiente yo estaba en Los Angeles, una vez más a la caza de notas. Y me enteré que el protagonista de "Una Eva y dos Adanes" daría una charla para estudiantes de cine. Me fui hasta el instituto en cuestión, haciéndome pasar por un alumno más. La videocasetera que usaba el camarógrafo Eduardo Sinito era bastante elemental, lo cual ayudaba a dar la impresión de que éramos inocentes amateurs. Esta vez, después de su charla, Lemmon me atendió con gran amabilidad. Obviamente, no iba a recordar la cara de quien lo había atropellado sin querer un año atrás.­

Justo se había estrenado la película "El Síndrome de China", con Michael Douglas y Jane Fonda, donde Lemmon interpretaba un papel trágico, por el cual recibió el premio del Festival de Cannes. El tema del film era ¿qué pasaría si se funde un reactor nuclear? Y el estreno coincidió -increiblemente- con el accidente en que se fundió un reactor nuclear en la central de Three Mile Island, en Pennsylvania. Pero, primero, yo quería preguntarle de otros tópicos. ­

LA ENTREVISTA­

-¿Cuál es la clave para enamorar a la audiencia?­

-Uno tiene que ser vulnerable. Tiene que alcanzar un nivel emocional e intelectual tal, en que pueda mostrarse absolutamente desnudo, emocionalmente, frente a la audiencia.  Debe jugarse. Si uno falla, se va  todo al demonio, pero si lo logra, alcanza la luna. ­

-¿Su técnica actoral está basada principalmente en la observación?­

-Eso creo, si. Realmente no se describir la manera en que trabajo. Pero pienso que es observación. Interviene lo que siento, un montón de experiencias mías como ser humano en la vida, y tratar de ubicarme a mi mismo en esa situación. Aunque principalmente, cuando estudio a un personaje, lo que me preocupa no es lo que él dice de acuerdo a su parte en el guión, sino ¿por qué dice esas palabras? ¿Por qué piensa de esa manera? Una vez que averiguo el porque, puedo interpretarlo.­

-¿Como era Marilyn Monroe?­

-Tenía un carisma increible; nunca vi otro igual en mi vida. Era muy talentosa como actriz y como comediante y creaba cierta magia en un film. Yo amaba trabajar con ella, y mucha gente me ha dicho que eso se trasluce en nuestras escenas juntos. Yo la adoraba absolutamente.­

-Yendo a su película, ¿cómo ve el futuro del ser humano en nuestro planeta?­

-Soy optimista, pero estoy muy preocupado. A veces pienso que tenemos un instinto suicida. Me parece que nos desvelamos por lo que no deberíamos. En vez de pensar en el futuro, muy a menudo sólo nos preocupa "cuanta plata tengo hoy", y "cuáles son mis necesidades inmediatas". Mientras tanto, quizá estemos haciendo inhabitable todo el planeta. Pero soy un optimista nato, y seguiré siéndolo.­

-¿No se habrá vuelto un poquito menos optimista ahora, después de filmar "El síndrome de China" y del accidente nuclear en Pennsylvania?­

-Roguemos a Dios que nadie haya resultado seriamente dañado por la radiación. Pero el hecho podría ser algo muy positivo. Porque quizá ahora nos vamos a despertar y darnos cuenta del increíble peligro. Y que las medidas de seguridad son insuficientes. Quizá le prestemos más atención al holocausto que puede tener lugar, y nos preocupemos menos de tener energía suficiente para hacer funcionar nuestras luces 24 horas al día.­

-¿No hay contradicción entre su postura y el hecho de que haya representado con tanta empatía a un científico nuclear?­

-No necesariamente me gustan aquellos que coinciden conmigo. Usted puede pelearse con su mujer y estar locamente enamorado de ella. Me encantó el personaje. Además ¿quien dice que yo tenga razón? Sucede que soy anti-nuclear, pero no significa que esté en lo cierto. Es sólo mi punto de vista y yo respeto el del otro, si es que respeto a ese otro. Y yo sentí respeto por ese científico nuclear, ¡porque tenía pasión! Se preocupaba, amaba. Creo que es una cualidad que en la gente está faltando. Tenemos que abrirnos, para gozar más de la vida, y para realmente sentir pasión. Es una cualidad preciosa.­

-¿La pasión debe estar presente en todo?­

-Cualquier cosa que uno haga, ya sea que lo haga bien, o lo haga mal, debe hacerlo con pasión. Así lo hago yo. Amo hacerlo asi. Y me hace feliz.­

-¿Cuál es la parte más difícil de la cocina del espectáculo?­

-Es bastante difícil escribir un buen drama, es mucho más difícil escribir una buena comedia, pero lo más dificil de todo es escribir una mezcla de drama con comedia. Lo cual es la vida misma.­

-¿Que piensa sobre la coincidencia del film y del hecho?­

-Se dio una probabilidad en mil millones. Es algo terriblemente desafortunado.  No me pone contento, obviamente, más alla de cuán bajos fueron los niveles de radiación. Y que no me digan que apenas equivalen a hacerse 15 radiografías. No fue bueno, por pequeño que haya sido. Aunque fuera 0,0001. Es veneno, puede matarlo y es terrible que haya sucedido. En lo que respecta a la coincidencia, ¡me embotella la mente! Es una chance en mil millones que haya sucedido. ­

-¿Es usted políticamente activo? ­

-Lo soy, pero de manera principalmente ecológica. Estoy preocupado por la polución, en todas sus formas. No solo respecto de la energía nuclear. Sino incluyendo el aire, el agua. En setiembre voy a ir al Amazonas y estaré con Jacques Cousteau, a quien admiro mucho, mientras él filma un especial muy largo para la televisión. El está muy preocupado por la polución del océano. Porque una vez que todos los océanos se contaminen demasiado, va a cambiar toda la atmósfera, y nosotros desapareceremos. Los océanos influencian directamente nuestra atmósfera y la polución oceánica ya es tremenda. Jacques Cousteau teme -y con razón- que no nos estemos dando cuenta cuán contaminados ya están. Si llegamos al punto de no retornó, la atmósfera va a cambiar y tendremos monóxido de carbono en una dosis demasiado grande como para que los seres humanos puedan vivir. Y será el final. Eso me conmueve. Me preocupa muchísimo la polución ambiental.­

-En la actualidad, la mayoría de los actores están enrolados en causas similares.­

-Si, y me parece bien.­

-¿Cómo explica ese fenómeno?­

-No pienso que los actores estén más preocupados que otros grupos de personas. Simplemente saltan más a la vista, porque son figuras públicas. Y aunque estuvieran más preocupados que los demás, está bien que así sea, porque hay otra gente que no es tan consciente.  ­

-¿Podría hablarme de sus compromisos actuales? ¿En qué trabaja?­

-Este verano voy a hacer una obra llamada "El Tributo". Fue escrita por Bernard Slade, quien también es autor de la pieza "El año próximo, a la misma hora".­

- Usted ya la interpretó en Nueva York...­

- Si, la hice el año pasado en Broadway y ahora, en junio y julio, la interpretaré en Los Angeles, luego de lo cual haré la versión fílmica de esta obra, en otoño. Más allá, no se. Al Amazonas y a alguna otra cosa.­

- Para ser usted un comediante, esta entrevista ha sido demasiado seria, ¿no le parece? ­

- La peor parte de ser yo, es cuando la gente quiere que la haga reir.­