Energía, transformación digital y sostenibilidad

El 22 de mayo el Foro Económico Mundial (WEF por sus siglas en inglés) publicó un informe en el que reveló la cantidad impresionante de datos que generará el mundo para 2025: 181 zettabytes, casi tres veces más que los datos generados en 2020. Este crecimiento exponencial de datos viene impulsado por la transformación digital, el auge de la inteligencia artificial (IA), el aumento de la demanda de redes móviles y la minería de criptomonedas. 

A pesar de que en principio estos datos parecen ser una buena noticia, el aumento exponencial de datos plantea importantes desafíos en términos de sostenibilidad energética y emisiones de gases de efecto invernadero. Veamos por qué.

Un aumento en el volumen de datos como el que proyectó el Foro Económico Mundial requiere una mayor capacidad computacional, lo que elevará la demanda de electricidad tanto en centros de datos como en infraestructuras de comunicación. Según la Agencia Internacional de Energía (IEA), se proyecta que la demanda eléctrica de los centros de datos, criptomonedas e IA podría alcanzar los 1,000 teravatios hora (TWh) en 2026, comparado con los 460 TWh actuales. Este crecimiento sin dudas generará presión sobre las redes eléctricas y plantea riesgos para la sostenibilidad ambiental, especialmente en los principales centros de datos globales.

De acuerdo al WEF, para enfrentar estos desafíos es clave que el sector energético y la industria ICT (Infraestructura Común de Telecomunicaciones) trabajen coordinadamente. En ese sentido, la innovación en técnicas de enfriamiento de alta eficiencia y el uso de IA para optimizar operaciones en los centros de datos son avances que prometen mucho. Por ejemplo, Google ha logrado una reducción del 40% en el enfriamiento de sus centros de datos gracias a la IA de DeepMind. Además, el reemplazo de cobre por fibra en redes de comunicación puede contribuir a mejorar la eficiencia energética.

La colaboración es esencial para cerrar la brecha entre la oferta y la demanda de electricidad. Pero esto hace que sea necesario el trabajo conjunto entre empresas del sector privado, operadores de red, planificadores y reguladores. Esto debe incluir el intercambio seguro de datos y previsiones de crecimiento entre todas las partes, mientras se evita al mismo tiempo la divulgación de cualquier información que pueda ser considerada sensible por todos estos actores.

Las empresas que operan centros de datos han estado implementando mejoras en la eficiencia energética con el objetivo de reducir costos, pero también para cumplir con las normativas ambientales. Para el WEF, las estrategias más efectivas incluyen el uso de modelos de lenguaje pequeños (SLMs) en lugar de grandes (LLMs), ya que los SLMs requieren menos procesamiento y, por ende, menos energía.

El crecimiento del volumen de datos y la demanda energética del sector ICT es uno de los desafíos más importantes de estos dos sectores, pero también representa una oportunidad para innovar y forzar una colaboración efectiva en la búsqueda de soluciones sostenibles. Al trabajar juntos, el sector ICT y el energético pueden lograr un equilibrio que permita el avance tecnológico sin comprometer el medio ambiente. Pero esto no se acaba en las grandes empresas y corporaciones. Como individuos, también debemos ser conscientes del impacto que genera nuestro propio consumo de datos y motivarnos a buscar nuevas maneras de reducir nuestra huella de carbono. Como en muchos otros desafíos del pasado, la clave está en la combinación de innovación tecnológica, eficiencia energética y colaboración multisectorial para asegurar un futuro sostenible.