¿En vísperas de un masivo voto en blanco?

Señor director:

De acuerdo al pasado comicio el candidato que ganó con un 37%, no debería tener más votos, de acuerdo a la intención de voto de los que quedaron segundo, tercero y cuarto, que sumados podrían llegar a más de un 60%.

Repito, no debería tener posibilidades de ganar en segunda vuelta; la lógica indicaría que el candidato ganador debería bajarse del balotaje, tal como lo hizo Menem en 2003. Pero esta opción, por lo visto, no está en carpeta o agenda oficial, al contrario algunos “operadores mediáticos” (léase periodistas) le han preguntado al candidato opositor si piensa bajarse, pero no al oficialista. Entonces, frente a esta situación que a todas luces no le es favorable al candidato ganador, que solo superó por escasos 7 puntos al segundo, quedando en juego una suma de más de 30 puntos que cualquier encuesta muestra favorable que se vuelquen al opositor, queda la sospecha de que la lista “ganadora” podría estar pensando en alguna “alternativa electoral” (¿megafraude incluido?), y no sería de extrañar porque esto se ha visto hace muy poco en los comicios realizados primero en los EE.UU. con el voto por correo, algo histórico; luego en el Brasil, incluso con la complicidad de los tribunales electorales locales y el aval de los poderosos medios.

¿Y cuál sería esa “alternativa electoral” local? El voto en blanco o nulo.  De aparecer en el próximo comicio un masivo “voto en blanco” y nulo favorecería sin dudas al oficialismo, ya que nadie creería en un repunte de su candidato de más de 13-14 puntos, que es lo que le falta para llegar al 50%, así como muchos no creen en su “milagroso repunte” después del resultado de las PASO, máxime cuando hay infinidad de videos en las redes hechos por los que acudieron a votar y se encontraron con las boletas de su candidato rotas, faltantes, tiradas en la basura, con falsificación de actas inclusive, información que la Justicia Electoral parece no tener en cuenta y menos los medios masivos.

Creo también que vale la pena acordarse que el voto en blanco ya resultó en una oportunidad ganador, pasó en la década del 60, pero la gran diferencia con la actualidad es que aquel masivo voto en blanco permitió llevar a la presidencia a un candidato de condiciones morales diametralmente opuestas al que puede llevar hoy día, y encima con la perspectiva futura de que otro “matrimonio” se haga del poder por otras dos décadas.

Pero en fin, espero que esto sea solo una pesadilla y que el próximo 19/11 nada de esto se cumpla y que la esperanza que quedó en esta “Caja de Pandora”, llamada Argentina, triunfe ante todos los demonios que andan desatados.

 

RAFAEL FARRA

frarafael@gmail.com