Buena Data en La Prensa

En el día del Padre de la Patria: vuelve el ¡Día del Niño!

 

Esta semana conmemoramos un nuevo aniversario de la Reconquista de Buenos Aires. El 12 de agosto de 1806 Santiago de Liniers y sus hombres junto al pueblo de la ciudad lograron reconquistar Buenos Aires después de cuarenta y ocho días de ocupación inglesa. Fue el inicio del sentimiento de Patria y el comienzo de la organización militar que finalmente derivó en la conformación de los ejércitos que pelearon por la independencia en los distintos campos de batalla.

La decidida acción de un grupo de valientes y el apoyo de la población, lograron en poco tiempo expulsar al invasor inglés.

Otras reconquistas llevaron más tiempo. La de España invadida por los mususlmanes es un claro ejemplo.

La reconquista cristiana de España, comenzó en el siglo VIII en la Batalla de Covadonga (Asturias) y concluyó en el siglo XV con los Reyes Católicos.
De todos modos, cortas o largas, arduas o no tanto, recuperar lo que se ha creído perdido es siempre satisfactorio.

DISLATE INFANTIL

Hace unos años habíamos perdido el día del niño. El tradicional día, que aunque algunos lo consideren simplemente en su faz comercial, celebraba algo digno de ser celebrado. En su lugar se recordaba a las niñeces, las infancias y demás.

Obviamente no se trataba solamente de una cuestión de meras palabras.

En 2020, la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia impulsó el nombre de Día de las infancias con un claro sesgo ideológico de género. El fundamento dado consistía en que esta denominación reflejaba una perspectiva más inclusiva y respetuosa de la diversidad de las niñeces; como una forma de visibilizar distintas experiencias dentro de la infancia, incluyendo niños y niñas trans. Además de la imprudencia de etiquetar a personas en desarrollo con la categoría “trans”, la tontera llegaba al sumo grado de pensar que “niño” dejaba de lado a las niñas e invisibilizaba a quienes provenían de pueblos originarios o tenían alguna discapacidad.

CADA UNO VALE

Además, la niñez, o la infancia es una etapa evolutiva. ¿Qué sentido tendría festejar la pertenencia a una clase etaria? El Día, tradicionalmente homenajea a este niño, concreto, con sus características, sus miedos, sus alegrías, su forma de comportarse y de hacer travesuras, con quien compartimos la vida. Ese niño que vale por quien es, por lo que aporta como novedad y riqueza al mundo y no por ser parte del “colectivo niñez”.

RECONQUISTA

La cuestión es que desde el día 6 de este mes se reconquistó el Día del Niño, con la publicación del decreto del Poder Ejecutivo N° 562/2025, en el Boletín Oficial. “Declárase “Día del Niño” el tercer domingo del mes de agosto de cada año.”

Los fundamentos son claros: la Ley Nacional N° 23.849 aprobó la Convención sobre los Derechos del niño (no de las infancias, ni niñeces) y le otorgó jerarquía constitucional; la Asamblea General de la ONU sugiere a cada Estado que celebre el Día Universal del Niño en la fecha y forma que cada uno de ellos estime conveniente.

Además, “los niños son un pilar fundamental de nuestra Nación, tanto dentro de sus familias como en la sociedad en general”, el Día del Niño “constituye una tradición arraigada en nuestro país … y “dicha tradición promueve la concientización sobre los derechos de los niños, incentiva su entretenimiento y pone el foco en la importancia de su rol en la sociedad argentina”.

Recordemos que el primer artículo de la convención anteriormente citada entiende como niño a “todo ser humano menor de dieciocho años” y que al ratificar la convención se aclaró que la República Argentina entiende por niño todo ser humano desde el momento de su concepción y hasta los 18 años de edad” (¡Ojo! En estos días se está llevando adelante el proceso para elegir al Defensor del niño. Esperamos que sea elegido para el cargo quien defienda a todos los niños sin excepción).

Como venimos sosteniendo desde hace tiempo en esta columna, la nueva conformación que tendrá a partir de diciembre el Congreso de la Nación, deberá realizar todo lo que esté a su alcance para derogar la nefasta ley de aborto votada en 2020 y apoyada por muchos de los que hoy lo integran.

SAN MARTÍN A SU HIJA MERCEDES

Hace doscientos años, en 1825, cuando Merceditas tenía nueve años, el Padre de la Patria decidió escribir una serie de normas -sus famosas máximas- para dirigir la educación de su hija.

El Libertador quiso que estas enseñanzas la ayudaran a convertirse en una persona de bien y a enfrentar los desafíos de la vida con sabiduría y virtud.
Ojalá que esta nueva etapa, nos entregue una clase dirigente que tenga amor por la verdad, por la Patria y por la Libertad como fue el deseo del Gran Capitán para su niña.

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