Embajadores de un continente

En la previa del duelo ante Francia, La Prensa dialogó con el representante de Marruecos en la Argentina. Fares Yassir habló sobre las chances de su selección de fútbol en el Mundial, la única que queda de Africa. Señaló que estar en boca de todos da ``enormes oportunidades'' para mejorar la relación con nuestro país y el mundo. "Nos unen muchas cosas'', asegura.

"La selección de Marruecos está en boca de todos. Y eso es lo que queríamos porque lo que está haciendo en Qatar casi suplantó el trabajo de los embajadores'' dice entre risas Fares Yassir, representante marroquí en la Argentina, con quien La Prensa mantuvo una rica entrevista a horas del pitazo inicial entre el combinado francés y el de su país.

Lo que dice va en sintonía con la locura argentina por la Scaloneta, que también intenta mitigar las crisis económicas e institucionales que vivimos. Siempre se supo que el fútbol viene a tapar los problemas cotidianos, pero en este caso, la alegría de dos pueblos separados por un océano pareciera acercarse por un deporte que es pasión de multitudes.

 

-Hoy es el gran día. ¿Cómo lo vive?

-Con mucho orgullo. Pero el apoyo a la selección no es sólo del pueblo marroquí, sino también de todo el continente africano y del mundo árabe. Incluso de los latinoamericanos, porque muchos quieren que le ganemos a Francia. Consideramos que, al llegar hasta semifinales, Marruecos ya ha tenido éxito, pero como tiene hambre y fuerza, nosotros también queremos ir por la copa. ¿Quién es Croacia? El subcampeón. ¿Quién es Bélgica? Uno de los mejores de los Mundiales. ¿Quién es Portugal, con Cristiano Ronaldo? Estos equipos se enfrentaron con Marruecos y salieron. En cambio, nuestra bandera sigue en Qatar y esto muestra un modelo nuevo donde hay valores humanos, estrategia, educación e inteligencia, pero sobre todo una ambición de mejorar en cada partido y llevarlo a un alto nivel. Estamos orgullosos de decirles a los grandes: oigan, tengan cuidado. No están solos. La suerte la puedes tener una vez, dos veces, pero hoy vemos que las probabilidades de ganar la copa son iguales para todos los semifinalistas. Había cuatro países árabes y sólo queda Marruecos, eso dice mucho. ¿Por qué? Porque tenemos una de las mejores academias de fútbol del mundo, y no exagero. En Rabat hicimos un complejo deportivo -como hay en Madrid o Barcelona- que es como una universidad del fútbol. Los que están en la diáspora van allí y mejoran su técnica desde que son chiquitos.

 

-Muchos futbolistas marroquíes nacieron fuera del país, pero decidieron jugar para el equipo de sus padres. Eso habla del sentido de pertenencia y de volver a sus orígenes, ¿no?

-El caso de Marruecos es verdaderamente ejemplar, porque de los casi 25 jugadores que hay, 14 nacieron en el exterior. Sin embargo, la relación que mantienen con el país de origen es como el cordón umbilical con la madre. ¿En qué reside eso? En la educación cultural, religiosa y social, pero sobre todo de la educación que recibe en casa. Por más que esté viviendo en otro país, conserva la autenticidad, ya que con sus padres habla el berebere o el árabe, el idioma afianza la relación del niño con su familia y sus orígenes. Eso se demostró en el último partido, donde los jugadores salieron corriendo a buscar a sus mamás que estaban en la tribuna. Marruecos tiene ese tesoro fuera, y algún día en el futuro ojalá podamos tener jugadores en River o en Boca, o en Brasil, porque ahora la gente va a empezar a hablar de la escuela marroquí.

 

-De hecho, el Mundial es un gran paso para darse a conocer en el mundo...

-Es cierto. Y aunque usted no lo crea, nuestra liga de fútbol es una de las mejores. Y diría yo, la mejor del mundo árabe. Los equipos de Casablanca, cuando tenemos un derbi, parece que están en la Bombonera. La afición marroquí no ha parado. Entre hoy y mañana saldrán 30 vuelos hacia Qatar, o sea que sumaremos unas 20.000 personas a las que ya hay en Doha.

 

-Fueron el primer país africano y árabe en llegar a semifinales. Hay todo un continente detrás de ustedes.

-Sí. El continente africano tiene 54 países, África entera sumaría 1.400 millones de habitantes, y sin excepción todos los pueblos están con nosotros. Y si sumamos a los árabes, son 200 millones o más. A eso debemos agregar a la afición latinoamericana que admira que a las pequeñas selecciones que se enfrentan a las grandes. Nosotros creemos que toda esa energía positiva llega, porque cuando esa afición está en la cancha y grita los 120 minutos sin parar, eso significa inyectarles energía a los jugadores, aunque se sientan muertos.

 

-Pero más allá de lo futbolístico, ¿qué une a Marruecos y la Argentina?

-Muchas cosas. Una de ellas es el proyecto cultural que se llama `Poetas argentinos amigos de Marruecos', un libro en el que hay escritores y poetas que buscan acercar las dos orillas del Atlántico: la marroquí y la argentina, tanto de los argentinos que viajaron a Marruecos como aquellos que usan la imaginación para entender esa cultura, comprenderla y analizarla. Plasmar esa idea en un papel es fantástico. En segundo lugar, existe una relación bilateral desde 1870, o sea no data de ayer, y la inmigración no paró nunca. En tercer término, es la relación comercial, porque hay potencialidades enormes entre los dos países para duplicar o triplicar las cifras que tenemos hoy. Pese a ello tampoco hay que olvidar el turismo: la ubicación geográfica es estratégica, porque es la puerta de entrada de Africa a Europa. ¿Qué es eso? Un cruce de civilizaciones. Marruecos nació en el 789, mil años antes de la revolución francesa. Y, por lo tanto, anterior a esa fecha se han cruzado civilizaciones bizantinas, fenicias, bereberes, de todo, y eso enriqueció al país, que tiene su propia cultura autóctona. Cada región tiene su cultura, su idioma, su vestimenta y gastronomía. Y ese mozaico está en un solo país. Cuando un turista quiere conocer un país árabe, piensa que debe ir a uno árabe, pero en vez de ir a cada uno por separado para buscar el atractivo turístico, puede ir a Marruecos porque tiene allí a un país originario, autóctono, africano, árabe, musulmán y mediterráneo. Para el argentino es mucho más barato porque sería como tener seis en uno. Eso habla de nuestra diversidad cultural. Y ejemplos de ello hay en cada ciudad. Por ejemplo, en Tánger, que es como si uno estuviera en Andalucía. O Casablanca, que pareciera estar en París. La ciudad de Fez, que tiene más de 1200 años, es como viajar en el tiempo. Y con Argentina compartimos esa diversidad, incluso con el español, ya que tenemos unos 6 o 7 millones de hispanohablantes producto de la colonización española del norte y el sur del Sahara.

 

DONACION

-Hace poco hicieron una donación de indumentaria al Federación Argentina de Fútbol de Parálisis Cerebral. ¿Cómo fue ese encuentro?

-Muy bueno. He recibido a Luis Bongianino, el presidente de la federación, y el año que viene ellos quieren organizar un pequeño Mundial con las personas con parálisis cerebral. Sin embargo, como no tienen equipos deportivos como camisetas y medias, entonces acudieron a las embajadas. Nosotros reaccionamos rápido, recibimos del Reino de Marruecos toda la indumentaria e hicimos la donación oficial, a la espera de la respuesta de otras embajadas.

 

-¿Será con representación de cada país?

-No, porque es difícil que se trasladen, pero serán exclusivamente chicos argentinos que representarán a cada país. Es un proyecto fantástico, nosotros siempre apoyamos las causas de discapacidad. De hecho, yo soy el presidente honorario de una fundación y grupo de discapacitados que se llama `Embajadores por la discapacidad'.Trabajamos por la inclusión y nos encanta poder ayudar.

 

-Por último. ¿Por qué les dicen los leones del Atlas?

- En África hay muchos tipos de leones, pero tenemos una zona, una cadena de montañas que se llama Atlas donde vive esta especie de león. Solamente aquí y en ninguna otra parte del mundo. Como es típico, el mejor apodo que podía tener la selección es este, por la fuerza, por querer dominar, ganar y querer tener la presa. Y la presa ahora es la Copa del Mundo (risas).