Eligen creer
Media tarde del martes 29 de abril. En el auditorio del Centro de Convenciones Buenos Aires, en el barrio de Recoleta, un panel de experimentados economistas se prepara para analizar el plan económico del gobierno libertario. El moderador le pregunta a la platea si son optimistas: un centenar de personas levanta la mano. Les pregunta, luego, si son optimistas de cara a los próximos años: dejan la mano levantada. Algunos de ellos, confesarán después, son empresarios pyme. Eligen creer.
Tal vez muchos de los presentes en aquella charla de la ExpoEFI 2025 -replicada como nota de portada del suplemento de economía- se aferren a la administración Milei como quien se abraza a un madero en medio del naufragio. Llegan al presente escaldados por anteriores experiencias que los han dejado en carne viva.
Así las cosas, que el Gobierno plantee cierto nivel de normalidad en el terreno financiero, que ponga reglas de juego medianamente claras, les permite trabajar el músculo de la confianza. En las últimas décadas lo han padecido casi todo, desde las fallidas políticas del Estado presente a las dislocadas medidas del pseudo liberalismo macrista. Por eso le ponen una ficha a Milei. No tienen mucho para perder.
Es verdad también que los brotes verdes que pueden llegar a exhibir la economía son sectoriales, heterogéneos. Así como muchas empresas han comenzado a levantar vuelo a partir de mejores precios internacionales y cierto perfil exportador, otras apenas si carretean y unas cuantas directamente tuvieron que bajar las persianas.
En el mismo evento se filtraron datos de la política que exhiben cómo está por estos días el humor de la población. La consultora Casa 3 destacó en su informe que “la sociedad está cada vez más irascible”, y remarcó que “la crispación va en aumento desde hace tres meses”. Los segmentos que comienzan a ser refractarios a las propuestas libertarias son liderados por las mujeres, seguido por la clase baja y el vector que oscila entre los 30 y los 49 años.
Las preocupaciones han virado y ya no es la inflación el miedo que carcome a los argentinos sino la posibilidad de perder el empleo. Prefieren, según lo aseguran las encuestas, padecer el flagelo de la suba permanente de precios antes que quedarse sin la fuente de ingresos.
Las medidas tendientes a ordenar la economía dejan cicatrices. Sin embargo, de acuerdo a las últimas proyecciones, no serían tan profundas. Se estima que en las próximas elecciones legislativas el oficialismo podría obtener el 56% de los votos. “Ganaría de todas formas –explican los especialistas- porque el Gobierno pone en juego menos bancas de lo que puede llegar a ganar”.
El respaldo de la masa electoral merece más un enfoque psicológico que económico. Da la impresión de que muchos validan la idea de que el camino para salir adelante es justamente el que propone La Libertad Avanza. Y que, como tantas otras veces, no queda más que caminar un buen trecho a través del desierto. Volver a las viejas prácticas no es una opción para ellos.
De allí también que los indicadores de confianza se consoliden en torno a la figura de Milei, que según el Indice de Confianza en el Gobierno, elaborado por la Universidad Di Tella, supera en un 34,5% al de la medición de abril de 2021, durante la gestión de Alberto Fernández.
FRENAZO
Cuando se pone la lupa sobre la actividad económica, la comparación interanual muestra un crecimiento tan vigoroso como inevitable. Frente a un primer año donde la zozobra y las condiciones de emergencia fueron permanentes, el 2025 parece un remanso. Pero los que saben explican siempre que la evolución real del proceso lo marca el contraste contra el mes anterior. En este caso, de acuerdo al último informe de la consultora de Orlando Ferreres y Asociados, la economía habría puesto el freno de mano.
Según el documento de OJF, “el nivel general de actividad registró un crecimiento de 7,8% interanual en marzo de 2025, acumulando para el primer trimestre del año una suba de 7,3%. Por su parte, la medición desestacionalizada registró una contracción de 1,2% respecto al mes precedente”.
¿Las causas? “Entendemos que esta caída está relacionada con el contexto de incertidumbre que primó durante marzo y los primeros días de abril en el plano local y el internacional, pero hacia adelante la situación se ve más ordenada. Así, en el corto plazo deberíamos ver primar a los factores de crecimiento como los mayores ingresos de las familias, el aumento de la inversión productiva y la desaceleración de la inflación, impulsando nuevamente el crecimiento de la actividad”, recalca el paper de la consultora.
La otra gran pregunta que se hacen todos es si el proceso inflacionario también revirtió su tendencia a la baja o si el salto del mes de marzo –un inesperado 3,7%- sólo se debió a causas estacionales como el fuerte incremento de la cuota de los colegios privados. Por lo pronto, el promedio de las consultoras coincide en recalcar que en abril los precios habrían perdido algo de envión, aunque el bolsillo no termine de advertirlo.
El relevamiento de precios de la consultora C&T, liderada por Camilo Tiscornia, señala que para la región del Gran Buenos Aires la inflación de abril habría sido del 2,7%, “significativamente menor que el 3,7% que el Indec relevó en marzo”. Y agrega: “La disminución de la inflación en abril, en parte, estuvo explicada por el menor aumento de la educación, las frutas y las verduras”. También se retrajo la inflación núcleo, que deja de lado las tarifas reguladas.
Por su parte, la consultora PxQ, encabezada por el economista Emanuel Alvarez Agis, informó que los datos de inflación de abril serían del 3,1%. En tanto, la economista Florencia Iragui subrayó que el aumento en carnes y lácteos explicó el 75% de la suba de la inflación en alimentos de abril, que estaría en torno al 3,4%.
Las cifras oficiales recién se darán a conocer a mediados de mes, pero todo indica que luego del cimbronazo cambiario podría haberse retomado la saludable tendencia a la baja. El 1% mensual, objetivo del Gobierno, está sin embargo demasiado lejos de ser alcanzado.
¿Y EL TRABAJO?
El programa económico de La Libertad Avanza busca ordenar las cuentas fiscales para sofocar la inflación. Lo que podríamos denominar como Fase 1 del plan está bastante bien encaminado, aunque es sabido que algunos ítems como la paralización de la obra pública resultan insostenibles en el tiempo.
Lo es básicamente porque un país que intenta multiplicar sus exportaciones necesita de una red de infraestructura a la altura de las circunstancias, y esa ingeniería no será financiada ni por las provincias ni por los municipios. ¿Cómo vamos a sacar más granos hacia los puertos si en cada lluvia los caminos rurales se tornan intransitables? Es decir que la medida de cerrar el grifo a las provincias y paralizar la obra pública no es más que una estrategia de patas cortas.
La Fase 2, impostergable, es poner en marcha la economía para que el crecimiento genere empleo genuino. Es decir, puestos de trabajo en blanco y bien remunerados y no la maraña de rebusques en negro, el magro cuentapropismo, el eterno Monotributo. Sin creación de empleo no habrá éxito ninguno, aunque las cuentas luzcan ordenadas.
“Con luces y sombras, el empleo en la Argentina transita entre la recuperación salarial y la pérdida de más de medio millón de puestos laborales formales –asegura el último informe de la consultora Ghidini y Rodil-. Pasó un tercio de la presidencia de Javier Milei y, con la motosierra todavía encendida, el mercado laboral argentino ofrece un panorama complejo. Algunos indicadores muestran señales positivas: la desocupación bajó del 7,7% al 6,4% en 2024, y los salarios fuera de convenio crecieron un 132%, superando la inflación anual del 117,8%”.
Y agrega: “¿Buenas noticias? En parte, sí. Las malas noticias son que se perdieron más de 531.000 empleos formales entre diciembre 2023 y enero 2025. Más de medio millón de trabajadores perdieron su empleo: personas que cayeron en la informalidad o directamente quedaron fuera del sistema. De ese total, 346.000 son monotributistas, 113.000 empleados privados y 59.000 públicos”.
“El actual proyecto de reforma laboral es un buen punto de partida, pero hoy no alcanza, se necesitan medidas que incentiven la contratación formal. La Argentina necesita una fase 2 en materia laboral. El borrador de reforma laboral incluye extensiones del período de prueba, pero con poco impacto real, le falta el puntapié para que las pymes sientan alivio en sus costos. ¿Qué piden las pymes, principales generadoras de empleo del país? Algo claro y concreto: que contratar en blanco sea más barato”, recalca Matías Ghidini, CEO de la consultora.
¿Y qué pasó con los jubilados que cobran la mínima? “Por primera vez en el año durante marzo hubo una caída real del haber respecto al mes previo –sostiene Nadin Argañaraz, titular del Instituto Argentino de Análisis Fiscal- En efecto, entre febrero y marzo de 2025 se registró una disminución real del 1,4%”.
Esta muestra de voluntades es un mosaico variopinto. Como siempre, el proceso arrojará vencedores y vencidos. Hoy en día, pese a todo, son más los que levantan la mano, los optimistas, los que eligen creer.