La Prensa dialogó con Martín Allera, CEO de Gray line, uno de los competidores de city tour que tiene la Ciudad de Buenos Aires.

"El turista quiere ser libre e independiente"

"La historia de Gray line es una historia linda porque es de esas típicas de crecimiento americano como McDonald"s o el garaje de Apple. Nace en Washington como un restaurant, donde comienza a llegar el tren. El creador, Louis Bush, aprovechando esa circunstancia, decide poner un carro para llevar a los pasajeros a su comercio. A través del trato con ellos, empieza a darse cuenta de la faceta turística porque le preguntaban cómo podían hacer una visita guiada por la ciudad. Esto fue antes de 1910 y ni siquiera se llamaba Gray line aún. Fue así como los pasajeros, gustosos del viaje, le empezaron a consultar: ¿por qué no me llevás a Boston, o a Nueva York? Entonces ahí crea dos compañías: Grayhound, la del perro que sigue estando vigente, y Gray line para servicios de traslados de media y larga distancia, con la incorporación de su producto más emblemático, el hop-on hop-off. Ello lo convenció de cerrar el restaurant y abrirse al turismo porque le daba más rédito"", señala a La Prensa Martín Allera, CEO de Gray line Argentina, uno de los competidores de city tour que tiene la Ciudad de Buenos Aires. 

-¿Ese sistema de hop-on hop-off lo inventó él?

-No, ya estaba. Y es algo muy simple: te podés subir y bajar las veces que quieras, con tickets abiertos por 24, 48 o 72 horas. Básicamente hay tres grandes jugadores de este producto en el mundo: Gray line, Big Bus (inglesa) y City sightseeing. Después hay muchas empresas locales, como es el caso de Buenos Aires Bus (nuestra competencia), en Madrid, en Roma... En general, siempre hay por lo menos dos para que haya competencia. Y eso es algo que le comentamos al Gobierno de la Ciudad: el monopolio en los city tour no existe.

-De hecho, en la licitación figuraba justamente el tema de un competidor para que tengan recorridos diferentes...

-Sí. Una de las cosas que propusimos fue hacer un open market, es decir: abrir el juego. Obviamente las partes más turísticas como La Boca, Puerto Madero o Recoleta las tenemos que tener los dos, pero lo que hicimos fue diferenciar las rutas: una que vaya por Palermo (que nosotros no hacemos) y la otra por el corredor de costanera norte, River y el Barrio Chino.

-¿Negociaron con la otra compañía por dónde iba cada una?

-No. Lo que sucedió fue que el ganador de la licitación tenía el derecho de elegir la ruta. Nosotros fuimos el ganador, Buenos Aires Bus salió segundo y entonces elegimos los puntos turísticos que más nos convenían. 

-¿River y Boca ya estaban determinados o ustedes tenían la opción de ir a otro club?

-Todas las rutas están determinadas por el Gobierno de la Ciudad. Lo conversamos previamente, claro está, pero hay puntos que son inamovibles y no hay mucho para inventar. Obviamente que hay pasajeros argentinos que quizá te dicen: ""me gustaría conocer Villa Urquiza o el Mercado de las Pulgas"", pero no son productos pensados para el pasajero internacional.

-¿Les hubiese gustado agregar algún punto?

-Sí, y siempre lo pensamos. Ahora le estamos pidiendo al GCBA una parada en Buquebús, donde está Sturla Viajes, ya que tenemos un combo con navegación. Paramos cerca, pero la idea es que se pueda conectar vía barco la zona de Puerto Madero con La Boca. Hay muchos proyectos para mejorar el recorrido. El pasajero que nos sirve es el que se baja en todas las paradas, no el que se queda arriba del bus las tres horas y media porque tenemos que tener capacidad de asientos para poder vender. Y para que ello suceda, en cada parada debe haber un atractivo.

-Y por el contrario, ¿por dónde no pasan?

-Hoy no estamos haciendo la parte de Aeroparque porque está en obra y tampoco el Congreso por todos los piquetes que hay, se nos hace difícil circular por allí. Justamente hay un proyecto para hacer un mausoleo de Maradona en Aeroparque, lo que para nosotros sería un golazo porque tenemos parada allí (y que no tiene la competencia). Ojalá eso progrese.

Es increíble que la Argentina no tenga aún un museo del fútbol...

Es cierto. Bueno, hay un proyecto de AFA para hacer su propio museo donde se puedan ver las cosas de la selección argentina. Sé que están buscando un predio y una de las propuestas es donde estaba la Múnich, en Puerto Madero. No estoy al tanto de las tratativas pero es una muy buena idea, sobre todo teniendo en cuenta que nuestro principal pasajero es el turista brasileño, que es amante del fútbol.

-¿Cuáles son las cifras de la prepandemia y ahora?

-Mucho de cifras no podemos contar porque comenzamos a operar el 1º de marzo de 2020 y el 13 ya nos mandaron el decreto para suspender. En 2018 fue el proceso licitatorio, que es algo largo, firmamos el contrato con la Ciudad en agosto de 2019 y desde allí nos dedicamos a acondicionar los buses y plotearlos. Sólo tuvimos 13 días de actividad turística en calle. No obstante, ahora que ya está todo abierto, apuntamos a vender 140 mil tickets por año. En enero fue el piso: vendimos apenas 1.500 porque tuvimos olas de calor, omicron, lluvias... peor escenario no hubo. 

-En ese escenario habrán sido fundamental los residentes

-Por eso pusimos para ellos una tarifa diferencial. Además, mientras duró la cuarentena aprovechamos para mejorar el contenido de las audioguías, ya que no sólo está la parte histórica sino también la musical con sonidos representativos de la Argentina. De esa manera los pasajeros pueden escuchar a Spinetta o Fito Páez mientras hacen el recorrido. Igualmente no sólo tenemos a los porteños, también vienen los que viven en el conurbano o Nordelta porque no conocen la ciudad.

-¿Qué busca hoy el turista?

-Libertad. Le gusta comprar su vuelo, elegir su hotel, buscar traslados. Y lo mismo sucede con los city tours: nadie le obliga. En otros casos le dicen: "Ahora bajate a sacar una foto; ahora subite; ahora prestame atención porque esto es importante". El pasajero no quiere eso, sino ser libre e independiente. 

-¿Cuál es el punto en el que más se bajan?

-Es interesante esa pregunta. Depende del día. Los domingos por ejemplo tenés mucha gente que se baja en San Telmo por la feria. En general, Caminito es una zona muy requerida, y para ser sincero, también el Teatro Colón, Plaza San Martín, Recoleta... River y Boca desde ya, pero algo que nos sorprendió fue la cantidad de interesados en el Barrio Chino. Asimismo, una cosa que nos demandan -sobre todo los argentinos- es bajar en avenida Corrientes por las pizzerías y teatros, pero allí no tenemos parada (ni tampoco nuestro competidor).

-¿Qué servicios ofrecen además del city tour?

-Buenos Aires tiene muchísima oferta. Y nosotros lo que hicimos fue poner en los asientos un QR con las distintas atracciones que el pasajero puede escanear y comprar: shows de tango, el delta, excursiones a provincias, las fiestas gauchas, que en estos casos son servicios tercerizados con otros proveedores.

-Por último, ¿tienen pensado expandirse a otras provincias?

-No, y te explico porqué. Los city tour funcionan muy bien en las ciudades donde hay muchos atractivos, las capitales. Los mayores atractivos turísticos de la Argentina son naturales, como las cataratas del Iguazú, Cafayate, los glaciares, pero no son ciudades como para poner un bus. No hay ciudades como Buenos Aires donde tengas tantos atractivos para bajar y subir. En Latinoamérica ocurre lo mismo, y se necesita que la ciudad tenga una característica: plana, con calles amplias y puntos separados, porque sino los hacés caminando.