El tribunal de disciplina de la AFA suspendió al presidente de Talleres por dos años, a causa del escándalo tras el partido contra Boca

Andrés Fassi había encrepado al árbitro del encuentro, Andrés Merlos, por haber convalidado el polémico gol xeneize. Según el referí, el dirigente cordobés ingresó a su vestuario con un custodio armado.

El presidente de Talleres de Córdoba, Andrés Fassi, fue suspendido por el Tribunal de Disciplina de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) durante 24 meses.

   La sanción se relaciona con los incidentes que protagonizó Fassi tras el polémico partido contra Boca por la Copa Argentina, y su intento de suspender la asamblea de la AFA mediante una denuncia ante la Inspección General de Justicia (IGJ).

   Esta suspensión lo inhabilita completamente para ejercer su cargo en la institución albiazul durante ese periodo.

   Según confirmó el medio Doble Amarilla, el Tribunal de Disciplina basó su decisión en los artículos 32, 33, 248 y 253 del Reglamento de Transgresiones y Penas de la AFA, con especial énfasis en los artículos que regulan la suspensión de dirigentes que cometan actos inmorales o reprobables dentro y fuera de los estadios, y en aquellos que especifican el alcance total de la inhabilitación.

   Fassi, según el fallo, violó los estatutos de la AFA al no recurrir a los órganos internos del fútbol antes de presentar la denuncia ante la IGJ.

   Además de la sanción al titular de la entidad cordobesa, el vicepresidente de Talleres, Gustavo Gatti, también recibió una suspensión, aunque en su caso será de seis meses.

   El club, por su parte, fue amonestado por los actos de sus dirigentes.

   El conflicto entre Fassi y la AFA viene escalando desde hace tiempo, especialmente tras la derrota de Talleres ante Boca en la Copa Argentina, donde el arbitraje de Andrés Merlos fue duramente criticado por el presidente del club cordobés.

   La relación tensa entre el club cordobés y la AFA, ya agravada por diferencias previas, parece estar lejos de resolverse en un corto plazo.

   La resolución del Tribunal de Disciplina representa un duro golpe para la directiva de Talleres, que ahora deberá afrontar la situación sin la presencia de sus máximas autoridades.