El regreso de ‘Salomé’ al Colón en una puesta de muy alto vuelo

El drama de Richard Strauss interpretado por la Orquesta Estable y grandes voces.


‘Salomé’. Opera en un acto de Richard Strauss. Dirección musical: Philippe Auguin. Dirección de escena: Roberta Lluch. Escenografía: Daniel Bianco. Vestuario: Clara Peluffo. Iluminación: Albert Faura. Coreografía: Mercé Grané. Con: Orquesta Estable del Teatro Colón. El martes 28 de octubre, en el Colón.


 

El drama de Oscar Wide ‘Salomé’, aparecido a finales del ochocientos, indujo al entonces activo Richard Strauss (1864-1949) a adoptar esa temática para una reveladora creación que vio su estreno en la Hofoper de Dresde a finales de 1905. No cabe duda de que la época del psicoanálisis se ve rápidamente identificada en el movimiento de los personajes, en la lascivia y lo traumático en el caso de la protagonista.

Esto le significó un gran triunfo y difusión de su ópera en un acto, que sacudió también los ambientes sociales por la agresividad de su temática. Y esto lo corroboran también las estadísticas del Colón a partir de una versión en italiano, como era costumbre en su época inicial, con la dirección de Luigi Mancinelli y el protagonismo de la famosa Salomé Kruscenisky. Fue en 1913 y desde allí en más fueron varias las versiones, que terminaron adoptando el libreto alemán.

Alguna, entre otras de este ultimo siglo, está en nuestro recuerdo siempre, como la dirigida en 1965 por Georg Sebastian con puesta de Ernst Poettgen, escenografía de Roberto Oswald y el protagonismo de la admirable Birgit Nilsson.

Lo cierto es que la versión que el Colón presenta en esta ocasión está dirigida impecablemente desde el podio por el maestro Philippe Auguin (64), oriundo de Niza, quien fuera asistente de von Karajan y Solti, y que llevó la Orquesta Estable, muy frondosa en esta partitura, a un nivel de alta calidad.

En tanto, la barcelonesa Bárbara Lluch (48), directora de escena en esta ocasión, creó un impactante efecto escenográfico con un anillo inclinado diseñado por su connacional Daniel Bianco, donde se desarrolla la acción. La uniformidad del color blanco prepondera con el efecto del suelo y de la luna, y un fondo negro, dando una sensación de abstracción del tema, al tiempo que el vestuario se torna uniforme y la célebre danza de los siete velos bailada generalmente por la protagonista, es fruto de la coreógrafa española Mercé Grané utilizando dos bailarinas con vestido rojo.

 

PROTAGONISTA

De alguna manera, esas características y la atemporalidad de la puesta no desfavorecen el desarrollo musical y la acción de los cantantes, de los cuales cabe merituar el desempeño vocal y escénico de la soprano alemana Ricarda Merbeth, de corpulenta voz y formada en Leipzig, que se convirtió en una protagonista de fuste hasta llegar a la escena final con sus notas conclusivas con la cabeza en mano del profeta Jochanaan, personificado por Egil Silins (63). A la vez cabe destacar que este bajo-barÍtono de origen letón y extensa carrera con más de noventa roles cantados, dio buena prueba de ello con una voz bien conservada.

La reaparición de la mezzosoprano Nancy Fabiona Herrera (57), de larga y conocida trayectoria, volvió a demostrar su experiencia y adaptación al rol de Herodias que le vimos hace años en el Met neoyorquino, en tanto que el tenor vienés Norbert Ernst (47), como Herodes, demostró su eficiencia en el tetrarca de Judea.

Una amplia labor positiva también de los cantantes locales como Fermin Prieto (Narraboth), Daniela Prado (Paje de Herodias) y la participación de Santiago Martínez, Pablo Urban, Iván Maier, Andre Cofré e Iván Garcia en los cinco judíos, y otros cantantes más que representaron cumplidamente los personajes de flanco.

En resumidas cuentas, una versión que el público recibió con aplausos prolongados en este merecido retorno de la ópera straussiana al Colón después de un cuarto de siglo.

 

Calificación: Muy bueno