El pollo gana su lugar en la mesa

Por Franco Artusso y Martina Abduca *

La producción de carne aviar se mantuvo relativamente estable durante el 2023 a pesar de la crisis sanitaria que afectó al sector (gripe aviar). Se produjeron 2,29 millones de toneladas, un nivel muy similar al que se viene observando los últimos años, apenas 1,3% por debajo del registro del 2022.

En los últimos 25 años (1998–2023), se identifican 3 subperíodos en relación al desempeño productivo del sector. Se parte a fines de los noventa de niveles de producción muy bajos en los años de crisis de la Convertibilidad (1998–2003); luego se inicia un proceso de fuerte crecimiento que duraría unos 10 años, con una producción que pasó de menos de 1 millón de toneladas (2003) a cerca de 2 millones (2013). Finalmente, la última década se reparte entre años de leve crecimiento (2014-2018) y años de producción relativamente estabilizada (2019–2023).

Comparando con el desempeño productivo de otras carnes, la carne aviar junto con la porcina muestran crecimiento en un período de 20 años, situación que contrasta con el estancamiento paralelo de la cadena bovina.

Para tener orden de magnitud, la producción de carne aviar creció al 5,8% promedio anual entre 2003–2023, la

producción de carne porcina al 7,5% anual y la carne bovina a sólo el 0,7% anual (por debajo de la tasa de crecimiento poblacional).

Durante su período de mayor expansión (2003–2013) la producción de carne aviar llegó a crecer a tasas anuales del 10%, superando el desempeño productivo del cerdo (+7%) y el de la carne bovina que se encontraba en ese entonces en franco retroceso (-1,4%).

REINADO

A pesar de su prolongado estancamiento, la carne bovina sigue manteniendo su liderazgo en producción cárnica. En el 2023 se produjeron 70 kilos per cápita de carne bovina, 49 kilos de carne aviar y 16 kilos de cerdo. Ahora bien, su estancamiento le ha costado ir perdiendo relevancia en relación a las otras dos carnes mencionadas.

Para tener referencias, en 2023 la carne bovina representó 52% del total producido de las tres carnes, la aviar el 36% y la de cerdo el 12%; unos 20 años atrás, la carne bovina representaba el 75% del total, la aviar el 20% y la porcina el 4%.

El último año la faena aviar alcanzó un total de 734,5 millones de cabezas, registrando un ajuste del 1,6% interanual que se condice con lo observado en la producción. El 51,3% del total de pollos se faenó en la provincia de Entre Ríos (376,7 millones de cabezas) y el 35,1% en la provincia de Buenos Aires (257,7 millones cabezas). El

porcentaje restante (13,6%) se repartió entre las provincias de Santa Fe (5%), Córdoba (4,5%), Rio Negro (2,3%), Salta (1,2%) y Mendoza (0,6%). No se observan

grandes cambios en cuanto a la distribución provincial de la faena durante las últimas décadas.

En 2023 la oferta de carne aviar al mercado interno fue de 2,13 millones de toneladas, escalando levemente respecto a 2022 (+1,4% interanual) y confirmando la tendencia creciente de largo plazo que releva la serie. Alrededor del 93% de la carne producida el año pasado fue destinada al mercado interno y el 7% restante a la exportación.

Al mirar la película de los últimos 25 años (1998–2023) se encuentra que la oferta interna de carne aviar ha ido creciendo casi ininterrumpidamente a la par de la producción, aunque a una tasa algo menor, dado que parte de lo producido comenzó a comercializarse en el mercado externo.

En relación a esto último, durante los últimos 20 años la exportación de carne aviar representó en promedio el 10% de lo producido y nunca llegó a superar más del 15%. Nótese que el frente externo de la cadena está bastante más desarrollado que el de carne porcina, pero bastante menos que el de la carne vacuna, lo cual es lógico dada las diferencias de volúmenes y los años que lleva esta última participando en el comercio internacional.

En 2023 el consumo interno total de las tres carnes principales que se demandan en el mercado interno (aviar, bovina y porcina) ascendió a 114,5 kilos por habitante año, creciendo 1,3% respecto a 2022 (+1,4 kg / hab. / año) y ubicándose en el nivel más alto desde 2017.

Este aumento se explicó casi en su totalidad por el mayor consumo de carne bovina, que alcanzó los 52,2 kg / hab. / año (+1,3 kg i.a.), dado que los consumos de carne aviar y carne de cerdo se mantuvieron prácticamente sin cambios (en torno a los 45,5 y 16,5 kg / hab. / año, respectivamente).

El consumo total de las tres carnes muestra una tendencia creciente durante últimos 20 años, aunque se parte de años en los que la economía se encontraba en situación de crisis. Luego de tocar un mínimo de 81 kg / hab / año durante la crisis del 2001/02, el consumo creció de manera casi ininterrumpida hasta 2009/2010 en términos per cápita.

El desplome del negocio ganadero bovino ocurrido por entonces marcó una interrupción de la tendencia, pero en 2013 se había logrado ya recuperar el nivel de consumo previo gracias a la sustitución de carne vacuna por las otras dos carnes, fundamentalmente la carne aviar.

En relación a esta sustitución de carnes en el mercado interno, si se hace foco en la evolución acumulada del consumo per cápita de cada tipo de carne desde el 2009, se encuentra que año tras año se consumieron, en promedio 1,1 kilos menos de carne bovina por habitante, 1,0 kilo más de carne aviar y 0,5 kilos más de carne de cerdo.

El sustituto principal de la carne vacuna ha sido (y es) la carne aviar; esta ha logrado compensar casi a la par la menor ingesta de carne vacuna, mientras que el mayor consumo del cerdo se explica en parte por sustitución de carne bovina, pero en gran medida por aumentos marginales del consumo total por habitante.

Según las estimaciones del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA), el consumo de carne por persona en Argentina disminuiría 4,3% interanual en 2024 (5 kg / hab / año menos que en 2023). La fuerte contracción en el consumo de carne vacuna (-6,7 kg / hab) no sería compensada por una mayor ingesta de carne aviar y porcina (+1,0 y +0,7 kg, respectivamente).

Estas proyecciones implican continuidad de las tendencias del consumo (se contrae la carne vacuna, crecen las

carnes aviar y porcina), pero discontinuidad en la tasa de sustitución de carne bovina por otras carnes. Es decir, a la merma bovina no le seguirían, como venía ocurriendo,

aumentos compensatorios en el consumo de las otras carnes.

Un interrogante muy relevante para la cadena es ¿cuánto más puede crecer la carne aviar en la dieta de los argentinos? Argentina fue el séptimo país que más carne aviar consumió por persona en 2022/23, y de acuerdo a las proyecciones del USDA, se mantendría en esta posición durante 2024.

El país que más carne aviar consumió en el mundo durante 2022/23 fue Qatar con unos 60,4 kg / hab / año y Argentina se encontraría 13,6 kilos por debajo de esa cifra. Sin embargo, analizar una sola carne y comparar contra países de alto consumo puede llevar a conclusiones erróneas sobre las posibilidades de crecimiento en el mercado local e incluso contradecir aspectos nutricionales básicos.

Parece más correcto ampliar la perspectiva, incluir las otras carnes en el análisis y tener como referencia países de elevado consumo total de proteínas animales, más parecidos a Argentina.

En relación a lo anterior, comparando contra los 12 países que más carne consumen en el mundo según la ingesta total per cápita de tres carnes (aviar, bovina y porcina), Argentina ocupa el segundo lugar del ranking con 116 kilos totales por habitante año (2023); apenas por detrás de Estados Unidos (4,7 kg menos), pero bastante por encima del tercero y el cuarto, Australia (15,3 kg más) y Brasil (19,3 kg más).

Dentro de este grupo de 12 países, se posiciona como el mayor consumidor de carne vacuna, el tercer consumidor de carne aviar y el undécimo consumidor de carne porcina.

FUTURO

Al analizar las posibilidades de crecimiento en el consumo interno de carne aviar en Argentina, una referencia válida sería compararse contra Estados Unidos por ser el

país más similar en términos del nivel total de ingesta cárnica y del grado de competencia que tiene el pollo con el resto de las carnes.

Bajo un escenario optimista en el cual crece el consumo total de carne por persona y la carne aviar continúa avanzando contra la carne vacuna según la tendencia 2009–2023, el consumo interno de carne aviar podría escalar todavía unos 6 kilos per cápita hasta encontrar su “techo” en torno a los 53 kilos por habitante año.

En un escenario más pesimista, en el cual crece el consumo total de carne por persona, pero se detiene la sustitución de carne vacuna por carne aviar y el consumo de esta última solo crece marginalmente por mayor ingesta general, el “techo” se encontraría en torno a los 49 kilos por habitante año. En cualquier caso, el análisis concluye que el consumo interno de carne aviar estaría actualmente bastante próximo a su máximo.

En relación a la dinámica de los precios internos, trabajando en valores expresados a precios constantes de enero 2024, el precio de la carne aviar arrojó un promedio de $ 1.778 por kilo durante 2023, un aumento del 3,3% real interanual. Con esta última suba consolidó su tercer año consecutivo ganándole a la inflación, valorizándose un 12,5% en términos reales entre 2020–2023.

* Economistas del Ieral de la Fundación Mediterránea.