El padre de Fernando Báez Sosa pidió que le den "sentencia perpetua a quien corresponda"

Tras cumplirse cuatro años del crimen de Fernando Báez Sosa en la ciudad de Villa Gesell a la salida de un boliche, Silvino Baéz, el padre del joven asesinado, dijo que espera que la Justicia no defraude a la familia y pidió que le den "sentencia perpetua a quien corresponda y si es a los ocho (rugbiers), que sea a los ocho".

"Estamos acá luchando, esperando la justicia, pero tampoco vivimos como queríamos vivir. Necesitamos un poco de paz y la Justicia tiene sus tiempos, pero estamos fuertes", inició el hombre en una entrevista radial.
 

Y agregó: "Esperamos que se resuelva todo esto, que se haga justicia por mi hijo. Quiero una condena ejemplar y, si por mi fuera, quiero la misma pena que mi hijo. Esperamos que la justicia no nos defraude. Esta es la oportunidad para demostrar que el que las hace las tiene que pagar. Este dolor inmenso no es vida, hace cuatro años que estamos así tratando de sobrevivir".

Al ser consultado sobre si él quisiera que los rugbiers recibiesen pena de muerte, expresó: "Si, pero acá no pasa eso, así que es hablar sobre algo que no va a existir nunca. Me conforma que le den sentencia perpetua a quien corresponda y si es a los ocho, que sea a los ocho". 

Silvino comentó que tanto a él como a su esposa, Graciela Sosa, el día a día se les hace difícil de sobrellevar y que "hay días que se complican mucho emocionalmente", ya que subrayó que el crimen de su hijo es para ellos "una condena para siempre".

Con respecto al crimen del joven Tomás Tello en Santa Teresita, el padre de Fernando contó que no vio casi nada porque no puede soportar ver las imágenes del ataque.

Silvino dijo también que a los rugbiers condenados no los perdona: "Uno se puede equivocar, somos seres humanos, pero perdonar a esos asesinos de mi hijo, no".

Durante el juicio en Dolores, el padre del joven asesinado en Villa Gesell comentó que uno de los padres de los acusados le pidió perdón: "Nos cruzamos varias veces, se sentaron al lado y me dijeron ´te pedimos perdón´, creo, y se largaron a llorar, pero yo estaba ocupado en mi señora que no estaba bien".