EL RINCON DEL HISTORIADOR

El monumento a San Martín en Asunción

Conmemoramos este domingo, junto con el 175 aniversario del fallecimiento del general San Martín, el 40 aniversario de la inauguración de su monumento en la ciudad de Asunción del Paraguay.

Este año resulta significativos en estas recordaciones. Comenzamos con el cincuentenario del de Bruselas en junio de 1975; el recordatorio inaugurado el 9 de julio de 1984 en las colinas de Jerusalén y el octubre el centenario de la colocación de su monumento en Washington, temas que hemos recordado en La Prensa, en distintas notas. Además de la inauguración del año del 25º aniversario del monumento en Berlín en noviembre, que junto con el embajador Dieter Lamle se realizará en el marco de la conmemoración del bicentenario de los primeros inmigrantes alemanes.

A comienzos de agosto de 1985, nuestro embajador ante el gobierno de la República del Paraguay Dr. Raúl Quijano manifestó al periodismo: “La estatua de San Martín recordará o que fue nuestra historia y los principios e ideales sanmartinianos, hacia donde tiene que mirar América: la unión e integración de nuestros países. La estatua significará en ese sentido en Asunción, un recordatorio de que argentinos y paraguayos deben trabajar unidos”.

El monumento fue emplazado en la intersección de las calles República Argentina y Dr. Eusebio Ayala, y es una réplica de la estatua de Daumas que se se encuentra en la Plaza San Martín. Su basamento, circundado de monolitos y amplias escalinatas, le dan un marco adecuado.

La ceremonia oficial que fue encabezada por el presidente de la República, Gral. de Ejército Alfredo Stroessner, comenzó a las 10 de la mañana cuando las bandas del Regimiento Escolta Presidencial y Comando de Infantería 7, ejecutaron los Himnos nacionales de ambos países. Prestaba marco a tan solemne acto una guardia del Regimiento de Granaderos a Caballo Gral. San Martín.

El gobierno argentino fue representado por el Secretario de Defensa, Dr. Horacio Jaunarena, quien expresó que cumplía con el mandato de sus autoridades de “hacer entrega a la hermana República del Paraguay de esta estatua del Libertador, que quiere servir como símbolo de la amistad existente entre nuestros dos países y como recordación de los grandes ideales americanistas del insigne soldado a quien conmemoramos. Ideales sobre los que se construyeron nuestras historias y a las que debemos respeto y ejercicio constante y perdurable”.

Al hacer presente que lo acompañaban también legisladores, miembros de las Fuerzas Armadas, destacó la figura del granadero José Félix Bogado, que regresó en 1826 a Buenos Aires con el grado de Coronel, con los últimos granaderos que habían realizado la campaña libertadora hasta la batalla final de Ayacucho.

MAGNIFICO MONUMENTO

El intendente municipal de Asunción, Gral Porfirio Pereira Ruiz Díaz, recibió en nombre de la ciudad el “magnífico monumento, en la medida que lo sentimos un prócer de América y también en la medida en que los paraguayos nos conceptuamos por sentimientos y por la posición geográfica que ocupamos, como el eje del sentimiento de fraternidad, comunidad e integración y cuya realización, no sólo fue el ideal de nuestros próceres sino también es el ideal de las generaciones del presente”.

Los discursos continuaron con las palabras del presidente del Instituto Nacional Sanmartiniano. Gral ® Manuel Laprida. La miembro de número de la Academia Paraguaya de la Historia y vicepresidente del Instituto Sanmartiniano del Paraguay, Beatriz Rodríguez Alcalá de González Oddone, pronunció un discurso en el que resaltó la larga vinculación entre el Paraguay y nuestro país en la lucha por la libertad, comenzando por los guaraníes que pidió el coronel San Martín “para integrarlos a su bien amado regimiento de Granaderos a Caballo… los que lucharon en la fila del glorioso ejército de los Andes”. Evocó también a Bogado “nacido en el florido Guairá quien condujo de regreso al Plata las banderas del Ejército de los Andes, grávidas de laureles… y Juan Andrés Gelly, quien años más tarde, transmitiría al prócer en vísperas de reembarcase para el exilio, el pedido que le hacía su antiguo subordinado, el Gral. Lavalle, de asumir el gobierno de Buenos Aires, que se debatía en sangrienta lucha de federales y unitarios. Lo que permitió a nuestro compatriota admirar de cerca la grandeza del héroe que, por segunda vez, se negó rotundamente, a desenvainar su sable en guerras civiles y a derramar sangre de hermanos. Es grande el simbolismo de la estatua que descubrimos esta mañana, grande y aleccionador”.

Hace unos días su hija Beatriz González de Bosio, también reconocida historiadora y colega, vicepresidente de la Academia Paraguaya de la Historia nos recordaba como nota de color que en momentos en que su madre hablaba, comenzó a caer un fuerte chaparrón.

Después de las palabras alusivas el capellán militar Pbro. Miguel Girotti, bendijo el monumento e inmediatamente el presidente Stroessner, el Dr. Jaunarena a quien acompañaba el Jefe de Estado Mayor General del Ejército, Gral. Héctor Ríos Ereñú, descubrieron las placas recordatorias. Posteriormente un trompa de Granaderos hizo escuchar un toque de silencio.

Para tan importante ceremonia asistieron en nombre del Congreso los diputados: María Cristina Guzmán, Alejandro Ballesteros, José Bielicki, Raúl Duetra, Norberto Imbelloni, Osvaldo Ruiz y Lisandro Silvero; y los gobernadores de Corrientes: José A. Romero Feris; de Formosa, Floro Bogado; de Misiones, Ricardo Barrios Arrechea y representantes de los gobiernos de las provincias del Chaco y Santa Fe.

LA MONEDA

Para conmemorar el acontecimiento la Asociación Numismática Argentina que presidía el profesor José María Gonzáles Conde, hizo acuñar una medalla de bronce, obra el escultor Juan Carlos Ferraro. Entre otras actividades el Dr. Enrique M. Barba presidente de la Academia Nacional de la Historia de la República Argentina que integró la delegación oficial, pronunció una conferencia evocativa.

El 28 de noviembre del 2009 la estatua que pesa 1.500 kilos fue trasladada a pocas cuadras hasta la Plaza Santa Teresa, después de recorrer las Avenidas República Argentina, San Martín y Aviadores del Chaco, ante la curiosa mirada de peatones y conductores. Fue una de las primeras en instalarse en un paseo dedicado a los Libertadores, y según señaló la intendente de Asunción Evanhy de Gallos, “la mano extendida de la estatua estaba mal direccionada, tiene que apuntar hacia el oeste, hacia donde hizo su campaña en los Andes”.

A cuatro décadas de este acontecimiento, queda ahora recordarlo junto con el bicentenario del regreso de los granaderos. La señora embajadora de Paraguay Helena Felip Salazar, auspiciará esta celebración a la que también se ha unido la Academia Paraguaya de la Historia a través de su presidente el Dr. Gustavo Acosta Toledo. Una vez más la figura de San Martín constituye un lazo de hermandad.