El merlot vuelve a picar en punta

La cepa pinot noir se transformó en una de las más consumidas en Estados Unidos, pero hay indicios de que pueda perder el trono y que la variedad originaria de Burdeos recupere la punta. En la Argentina reina el malbec y el merlot es un vino de nicho, muy buscado por consumidores expertos.

¿Cuál es la variedad que está pegando fuerte ahora?, le preguntan a Felipe Menéndez, viticultor en la Patagonia y dueño de Casa Pirque. “Puede ser el inicio de la era del Merlot”, responde sin dudarlo.

Vino elegante, con aromas complejos y suaves, el merlot logró transformarse en los Estados Unidos en los años 90 en todo lo que estaba bien. Se trataba del más consumido, del más ‘fashion’. Sin embargo, en 2004 ocurrió una catástrofe para este varietal que tuvo forma de excelente película. El filme ‘Entre copas’ -intenso, visceral- contaba la historia de dos amigos que se daban una escapada por los viñedos de Santa Bárbara, en California. Uno de ellos era fanático del pinot noir -y despreciaba al tan de moda merlot-. El cine hizo lo suyo y la vieja cepa tan querida hasta entonces -que se peleaba sobre todo con el cabernet sauvignon, el número uno en el mundo- comenzó a descender. El pinot noir se transformó en el vino número uno del país del norte.

“Tal vez estamos a algunos años de verlos volver ver en las pistas al merlot -dice Menéndez-, pero lo vamos a ver”. Y argumenta: “En definitiva es otra variedad, muy delicada que también le gusta el frío. Hoy, el mercado argentino está tomando vinos suaves, livianos, frescos y se abre un lugar muy importante para el merlot. Hay que pensar que el mejor vino del mundo, el Petrus, son puro Merlot. Solamente se dedican a esta cepa. Ellos están en Burdeos y ahí tienen una arcilla pesada. En nuestra Patagonia, hay condiciones naturales para podamos hacer un muy buen merlot”.

EN ARGENTINA

Por su parte, Silvio Alberto, viticultor y winemaker, vocero de Bodegas Bianchi señala que “por lo que vemos nosotros en ventas en el país no vemos que el merlot esté atravesando un auge, lo que sí hay es un nicho de consumidores especializado que lo siguen eligiendo por las características que tiene: elegancia, suavidad con ciertas características aromáticas que lo hacen más complejo. Nosotros, como una de las pocas bodegas que seguimos produciendo el merlot en una viña ícono y lo que vemos no es un auge sino que siempre va a mantener ese nicho”.

Al compararlo con un malbec, la cepa estrella de la Argentina, Alberto señala: “Ambos vinos son bastante diferentes con algunas particularidades que los hacen algo similares. En primer lugar, cuando uno habla de un merlot, siempre para mí es un vino que tiene un estirpe superior. El merlot tiene una paleta aromática muy interesante. Acá en la zona del valle de Uco, los merlot van más hacia las características frutadas y dejan de lado esos toques especiados que a veces tienen”.

Asimismo, explica que “en boca, siempre tiene presencia de taninos que son mucho más sedosos, suaves, menos filosos que de otras variedades. Son vinos que tienen un buen potencial de guarda, y cuando uno abre una botella con muchos años de añejamiento en botella, va a encontrar un vino complejo, delicado, fino y elegante”.

Por su parte, Menédez insiste con las características claras para que en la Argentina también se den un aumento del merlot: “En la Patagonia, el merlot tiene una expresión que es la que quiere mostrar el merlot. La Patagonia expresa un sabor con mucho carácter que está por encima de la variedad. Argentina tiene todavía mucho potencial”.

Presente en casi todas de las provincias vitivinícolas de Argentina, el merlot registró en el año 2022, un total de 4.706 ha cultivadas, lo cual representa el 2,3% del total de vid del país.

¿Ocurrirá el auge tan esperado del merlot? ¿Aumentará en el país su consumo? Solo el tiempo lo dirá, y se verá si el rey malbec puede empezar a compartir su hegemonía con otras cepas.