El león que terminó con el circo
Por Sadi Vilaboa
El disruptivo liderazgo de Javier Milei, pudo sorpresivamente con su incipiente partido de sólo dos años de existencia política, doblegar a todo el aparato justicialista con más de 75 años de historia, artilugios y clientelismo electoral.
Sin dudas, un hecho inédito y difícil de explicar, por la contundencia de los números, por la performance incómoda que había tenido el libertario durante el último debate, y hasta por sus controvertidas propuestas.
De hecho, muchos pensaban que la imposición interrogativa formulada por su rival, Sergio Massa, de: “por sí o por no”, habían funcionado cómo el látigo de un domador para arrinconar al león de “Libertad Avanza”, sobre temas polémicos como: la eliminación todos los subsidios, arancelar la educación pública, y la autodeterminación de los kelpers.
Sin embargo, los rugidos de Milei acerca de la excesiva presión tributaria que padecen los contribuyentes, y la necesidad de ajustar el gasto de la casta política, han tenido evidentemente más eco en el electorado, que todo el circo que montó el oficialismo con su campaña del miedo.
Además, en un proceso electoral no todo es discurso, tal como lo explica el exitoso consultor, Jaime Durán Barba, en su libro El arte de ganar: “Son las imágenes y nos los programas las que deciden quién gana una elección".
En ese sentido, los memes y la utilización de diversas iconografía alusivas a un león, sumado a un pato y un gato resultante de su alianza electoral con el macrismo. Fue un recurso constante, con el cual, el equipo comunicacional de Libertad Avanza, intentó generar identificación y empatía en el electorado.
Por su parte, el consultor catalán, Antoni Gutiérrez-Rubí, afirmó en su trabajo Micropolitica que “la clave de la nueva comunicación política es el discurso emocional para llegar al corazón de los electores. Emocionarse por el cambio social, por las nuevas ideas y por los retos, generar ilusión”.
Bajo esa idea, se puede interpretar los efusivos cánticos y arengas que se armaban alrededor de Milei, en cada uno de sus actos públicos.
En definitiva, más allá de las estrategias de campaña y razones que expliquen el voto. Lo importante es que se le dio oportunidad al cambio. Y hasta quienes no lo votaron, ahora esperan que sea para mejor.