La Selección hizo gala de los atributos que lo llevaron a la cima del mundo, en las Eliminatorias

El horizonte aparece despejado

El equipo dirigido por Lionel Scaloni brilló por su carácter templado y su confianza en su capacidad de desequilibrio colectivo e individual. Una buena presentación de cara a lo que viene.


Las dos primeras fechas de las Eliminatorias sudamericanas dejaron un saldo favorable para la Selección argentina. Y una certeza: el campeón del mundo goza de muy buena salud para superar los obstáculos que le proponen sus rivales circunstanciales. Frente a Bolivia, dio una exhibición de temple y confianza que le permitió manejar sin problemas, y con inteligencia, las condiciones adversas que plantea históricamente la altura de La Paz.

Esa altura que, al menos esta vez, quedó desactivada desde el minuto inicial y que ni siquiera sirvió para disimular las enormes limitaciones de Bolivia. De hecho, este triunfo tan claro (seguramente, la mejor actuación de la Argentina en ese terreno que siempre ha sido tan hostil), no debe sobreestimarse teniendo en cuenta que el representativo del Altiplano está transitando, sin dudas, uno de los peores momentos de su humilde historia.

Con un torneo local que este año fue suspendido debido a que se comprobó el arreglo de partidos por la injerencia de las apuestas (un tema nada menor a nivel global); que carece de una base de jugadores con un nivel medianamente aceptable para jugar en su selección, y envuelto en una turbulencia dirigencial que parece no tener salida sencilla.

Con ese panorama, salió a la cancha. Y el campeón del mundo se lo hizo pagar con una paliza de principio a fin, en la que quedó expuesta la abismal diferencia de jerarquía que separa a ambos conjuntos. Entonces, no extrañó que Angel Di María, Rodrigo De Paul, Enzo Fernández, Alexis MacAllister, Julián Alvarez y compañía hicieran gala de toda su categoría y se hicieran un festín con esas ventajas estructurales, y de talento, por supuesto.

Y como si fuera poco, todavía está Lionel Messi, siempre listo para aparecer cuando los caminos parecen cerrados y el juego no fluye, como sucedió ante Ecuador. La Pulga es el ancho de espadas que está reservado para destrabar situaciones complicadas. Y que puede descansar tranquilo cuando la situación así lo amerita, al saber que la Selección tiene una base consolidada para ir en busca de más gloria.