El gol que más le dolió al Beto

El baúl de los recuerdos. Norberto Alonso es un símbolo de River. Pero en 1982 le marcó un tanto que no festejó. Fue en el Monumental en un épico triunfo de Vélez, adonde encontró refugio cuando el DT Alfredo Di Stéfano lo echó de su casa.

“Sinceramente fue el gol más triste de mi vida. Le pido a la gente de Vélez que me perdonen, pero sé que ellos comprenderán”.  Hubo un tiempo en el que los jugadores eran realmente símbolos de sus equipos. Y Norberto Osvaldo Alonso era un símbolo de River. Debió dejar el club por un pacto para hacerlo a un lado entre el presidente Rafael Aragón Cabrera y el técnico Alfredo Di Stéfano. El exquisito volante encontró refugio en Vélez, que le abrió las puertas para su exilio forzado. Y la primera vez que pisó el Monumental con la V azulada en el pecho cabeceó un centro de Juan Domingo Patricio Cabrera y venció a Ubaldo Matildo Fillol. No lo festejó. Le dolió en el alma. Ese 17 de agosto de 1982 el Fortín se alzó con un triunfo épico por 3-2. Ese 17 de agosto de 1982 el Beto sufrió como nunca.

“¡Qué ovación brindaron ambas parcialidades a Alonso! Hasta la de River festejando su gol con un cálido aplauso. ¡Qué partidazo con la jerarquía de muchos de los jugadores visitantes y la vergüenza deportiva de los locales! ¡Y qué final! El delirio de la igualdad por parte de Olarticoechea, transformándose en cuestión de segundos en frustración”. El primer párrafo de la crónica de ese inolvidable River 2-Vélez 3 escrita en La Prensa por Jorge Grilli -un compañero que perdimos hace poco más de dos años- describía a la perfección ese partido correspondiente a la 6ª fecha del Metropolitano del ´82.

Todo giró en torno de Alonso. El público millonario lo recibió como el hijo amado que era. El de Vélez también lo había adoptado como propio, al menos momentáneamente. Por un largo rato las miradas estuvieron puestas en el Beto. Los simpatizantes de River recuerdan ese encuentro por la visita de un jugador que bien podría reclamar parte de una porción del Monumental.  Los fortineros, en cambio, lo guardan en la memoria como uno de sus grandes victorias visitando a los de la banda roja.

River venía de capa caída. El Polaco Vladislao Cap no le encontraba la mano al equipo, que a esa altura del certamen pululaba por la mitad de la tabla. Vélez, en cambio, alimentaba la ilusión del campeonato. A las órdenes de Juan Carlos Lorenzo, contaba con una formación lujosa. Estaban Carlos Bianchi -el goleador de siempre- y un talentoso sin vueltas como Carlos Ischia, se había sumado el Beto y en la delantera también se destacaba Jorge Comas. Además había llegado desde Unión un arquero con mucha proyección, Nery Pumpido, y el costado derecho de la retaguardia lo defendía el Tano Vicente Pernía, de rico pasado en Boca a las órdenes del Toto. Sí, claro que el Fortín soñaba en grande.

Los de Núñez extrañaban a Daniel Passarella, afectado a la puesta a punto de la Selección argentina que intentaba defender su título de 1978 en el Mundial de España. En realidad, el Gran Capitán (nadie lo conocía como Káiser en ese entonces) no jugó en todo el ´82, ya que a mitad de año se fue a la Fiorentina. Américo Gallego se desempeñó esa tarde como segundo marcador central. El Conejo Alberto Tarantini era el 2. La retaguardia se mostraba demasiado permeable y las huestes de Lorenzo aprovecharon esa situación. Cabrera encaró por la punta derecha y envió el centro pasado que el Beto, con su fantástica aptitud para el cabezazo, estampó en el fondo del arco del Pato Fillol. No lo gritó. Sus compañeros lo abrazaron, pero él volvió caminando cabeza gacha al centro de la cancha.

Un rato más tarde Eduardo Hernández desbordó y depositó la pelota para la entrada goleadora de ese despiadado artillero que era Bianchi. En media hora de acción Vélez ganaba 2-0. River no hacía pie. Carlos Tapia era maniatado por Cabrera, no aparecía el Nene Emilio Commisso y Reinaldo Merlo no podía con el tándem Ischia-Alonso.

Los visitantes se replegaron y cerca del final del primer tiempo padecieron las consecuencias. Una media vuelta del Colorado José María Vieta hizo posible el descuento con un remate inatajable para Pumpido. Vieron la tarjeta roja Merlo y Comas en un entrevero. El Vasco Olarticoechea se fue con decisión al frente, también se animó Tarantini… River se lanzó hacia arriba con lo poco que tenía en el complemento. Las voluntades individuales no bastaban contra un rival que soportaba el asedio y amagaba con peligrosos contraataques.

Pese a todo, cuando la derrota parecía sentenciada, Olarticoechea acertó con un violento zurdazo y los millonarios explotaron con esa agónica igualdad. La felicidad era posible, incluso viéndose forzados a sufrir a Alonso con otra camiseta y haciéndoles un gol. Pero a Vélez no le importaban los sentimientos de su rival. Quería ganar. Un triunfo lo catapultaría a la punta junto con Ferro, otro conjunto de gran campaña. Unos segundos después del empate del Vasco, Alonso ejecutó un córner al corazón del área y allí apareció la Fiera Víctor Lucero, quien se anticipó a todos y con un cabezazo letal sometió al Pato. El Fortín hizo realidad un triunfo memorable, a pesar de que uno de sus pilares de esa tarde sufrió como nunca en una cancha.

LA SINTESIS

River 2 - Vélez 3

River: Ubaldo Fillol; Jorge Gordillo, Alberto Tarantini, Américo Gallego, Julio Olarticoechea; Emilio Commisso, Reinaldo Merlo, Carlos Tapia; Antonio Alzamendi, Omar Alegre, José María Vieta: DT: Vladislao Cap.

Vélez: Nery Pumpido; Vicente Pernía, Abel Moralejo, Omar Jorge, Juan Carlos Bujedo; Juan Domingo Patricio Cabrera, Carlos Ischia, Norberto Alonso; Eduardo Hernández, Carlos Bianchi, Jorge Comas. DT: Juan Carlos Lorenzo.

Incidencias

Primer tiempo: 15m gol de Alonso (V); 31m gol de Bianchi (V); 39m gol de Vieta (R); 44m expulsado Merlo (R); 44m expulsado Comas (V). Segundo tiempo: Enrique Nieto por Alegre (R); 34m Víctor Lucero por Bianchi (V), 34m Pedro Larraquy por Cabrera (V); 36m Daniel Costantino por Tapia (R); 43m gol de Olarticoechea (R); 44m gol de Lucero (V).

Cancha: River. Arbitro: Carlos Espósito. Fecha: 17 de agosto de 1982.