El éxtasis perdió por goleada con el escándalo

El poder, el verdadero poder, ciega. Suele generar impunidad y enormes ganas de perpetrarse. Quien no lo tiene, quizá no pueda imaginar qué se siente. Tantos son los casos como llamativos. Uno que por estas horas sigue conmoviendo a España empezó en medio de una fiesta y escaló con el correr de los días hasta convertirse en cuestión de Estado en la Madre Patria. Traspasó los límites del fútbol. Y de la tolerancia. El caso Rubiales-Hermoso da asco.

El 20 de agosto, hace casi dos semanas, el fútbol español vivió uno de los momentos más gloriosos de su historia. Su seleccionado femenino venció a Inglaterra 1-0 en la final del Mundial que se disputó en Nueva Zelanda y Australia y alzó la Copa por primera vez, ante la vista de 75 mil espectadores que estaban en el Accord Stadium de Sídney y frente a millones de personas que seguían la gesta por TV, desde diferentes puntos del planeta. Era un momento sublime para las jugadoras españolas, que no dejaban de repasar en sus mentes el gol de Olga Carmona. Ese que les dio un triunfo épico pero que, sin embargo, iba a ser (increíblemente) opacado un rato después por la actitud de Luis Rubiales, el presidente de la Real Federación Española de Fútbol. De no creer.

El hombre en cuestión ya es muy famoso. Y su beso no consentido a Jenni Hermoso, tristemente célebre. Ah, el tipo también ¡se tomó los genitales en el momento de la consagración! Se supone, a modo de festejo. Luego la capitana del elenco rojo fue víctima de la locura de un dirigente sacado por el éxito y la excitación, que no son lo mismo. Rubiales se dejó llevar por la emoción violenta y le dio un pico por la fuerza a la gran futbolista española. La tomó de la nuca y apretó sus labios contra los de él. La imagen se hizo viral. Y lo condenó a Rubiales, quien sigue diciendo que, lo que se vio, no es lo que parece.

Rubiales dio una conferencia de prensa en la que se defendió a capa y espada.

No hay manera de entender su defensa. El dirigente quedó en el ojo del tsunami y, lejos de mostrar pudor por el episodio, dobló la apuesta. Pasados unos días, llamó a una conferencia de prensa en la que muchos pensaron que iba a renunciar a su cargo. Al poder de su cargo. Pero no. Lejos de arrepentirse, intentó explicar frente a los medios que lo que pasó con Hermoso fue culpa de Hermoso. Que resultó ella, la jugadora, quien lo tomó de la cintura y le sugirió algo así como “besame que esto me encanta”, pese a que la chica estaba transpirada, venía de ganar el partido más importante de su vida, no le interesaba en lo más mínimo el afecto de Rubiales y millones de televidentes la veían en vivo. Él lo dijo con otras palabras, pero lo dijo. Hermoso, sin poder reaccionar en aquel momento, se quejó en el vestuario por el abuso de Rubiales. Abuso de poder se llama.

El escándalo fue en aumento. Luego del falso pedido de disculpas en aquella conferencia de prensa en la que el dirigente dijo, además, que no pensaba renunciar porque no había hecho nada malo, las futbolistas españolas hicieron causa común con Hermoso y dieron las hurras. Ochenta y una jugadoras, entre ellas las 23 que se consagraron en la Copa del Mundo, anunciaron que no van a jugar más al fútbol mientras Rubiales siga aferrado a su puesto.

Ante semejante presión, la Federación Internacional de Fútbol Asociación (la FIFA) tomó cartas en el asunto y decidió suspender al (poco) hombre. “El presidente de la Comisión Disciplinaria de la FIFA, Jorge Iván Palacio (Colombia), en uso de las facultades otorgadas por el artículo 51 del Código Disciplinario de la FIFA (CDF), ha acordado en el día de hoy la suspensión provisional del Sr. Luis Rubiales de toda actividad relacionada con el fútbol a nivel nacional e internacional. Esta suspensión, que será efectiva desde el día de hoy, se extiende por un periodo inicial de noventa días, y en tanto y en cuanto se tramita el procedimiento disciplinario abierto por esta Comisión Disciplinaria contra el Sr. Luis Rubiales el pasado jueves 24 de agosto”, dice el comunicado.

Jenni Hermoso fue la víctima del acoso del dirigente.

La historia continuó. El presidente de LaLiga española, Javier Tebas, calificó este miércoles a Rubiales como un "energúmeno" que "menoscabó" la dignidad de Hermoso y del país. En un enérgico mensaje publicado en su cuenta oficial de X (ex Twitter), Tebas lanzó nuevas y duras críticas al dirigente suspendido y expresó su indignación ante lo que describió como “coacción a las jugadoras de la Selección y poner el foco en ellas o en su reacción en caliente”.

El titular de la entidad que regula los campeonatos profesionales de España afirmó que las jugadoras de la Selección femenina no son responsables de la imagen negativa que fue proyectada por Rubiales. “Ningún oportunismo o hipocresía política justifica que la imagen de España haya sido representada por un energúmeno tocándose los genitales, forzando besos, cargando como un saco a jugadoras y tocando a la Reina (Letizia) inapropiadamente en un momento tan importante”, apuntó Tebas junto a cuatro imágenes que respaldan su opinión.

El Rubialesgate no concluyó ahí. Por estas horas en España esperan que le den salida a Jorge Vilda, quien fue el DT que comandó a las chicas a la conquista de la Copa del Mundo. Las futbolistas, que ya habían tenido diferencias con el entrenador en la previa del Mundial, no lo quieren en su puesto, incluso algunas se habían bajado del certamen ecuménico por esta razón. Y eso no es nada: once ayudantes de Vilda renunciaron cuando supieron que le habían ofrecido seguir al frente del equipo luego de la consagración en Australia y Nueva Zelanda. Y ahora Vilda también tiene los días contados en su puesto.