El desconcierto de Cambiemos puede obligarlo a usar el Plan V

Lo que vendrá- Cambiemos está en problemas, la falta de definición sobre la campaña puede ocasionarle un disgusto serio y tal vez esta sea la razón por la que cada día que pasa se habla más del Plan V, es decir sustituir a Macri por María Eugenia Vidal y que Carolina Stanley sea la candidata en la provincia de Buenos Aires.

Son horas nada fáciles para el presidente Mauricio Macri que se da cuenta que Cambiemos se resquebraja y el caso de Córdoba, por ejemplo, terminará por obligarlo a bajar a Mario Negri de la candidatura para evitar males mayores. Pocas son las buenas noticias que recibe el presidente últimamente, una de ellas, es que Sergio Massa y Roberto Lavagna no suben ni un punto en las encuestas que siguen marcando la preferencia de los votantes por la polarización, Macri o Cristina.

De hecho algunos suponían que el casi lanzamiento del ex ministro de Economía de Néstor Kirchner le quitaría puntos a la ex presidente, pero se equivocaban en sus pronósticos. Para colmo los movimientos internacionales y la creciente duda sobre el resultado electoral de octubre, empujan al dólar a seguir pegando sustos al equipo económico de Dujovne que debe viajar a dar explicaciones ante el FMI que ya dijo en un comunicado que su apoyo al país será el mismo con cualquiera que gane las elecciones.

Este es otro de los malos anuncios para el jefe de estado, suponer que el organismo internacional ya está pensando que puede perder la reelección. Para colmo Macri no puede usar ninguno de los métodos tradicionales para controlar el tipo de cambio y debe seguir amarrado a lo firmado con el FMI. Solo puede subir la tasa de interés lo que significa aumentar la recesión económica y dejar que la inflación siga asomando la cabeza para desesperación del gobierno. El presidente se encerró en Olivos con la intención de buscar cambios significativos en la campaña electoral entendiendo que por ahora lo único que lo beneficia, es el silencio de Cristina Fernández que parece estar jugando para Cambiemos en su ya casi riesgosa especulación desde la incertidumbre.

La devaluación del peso, la inflación, las peleas por las gobernaciones en su alianza política que no puede manejar, son elementos que resultan un peso demasiado pesado que evita que se puedan modificar los sondeos a su favor. Para colmo, algunos rumores crecientes en las últimas horas aseguran que Lavagna y Massa estarían negociando en forma particular un apoyo electoral de CFK a cambio de otorgarle a la viuda de Kirchner que se bajaría de ser candidata una amnistía sobre todas las causas penales que se le siguen y en especial, la que a ella más la inquieta, la del Memorando por Irán firmado para garantizar la impunidad de los terroristas de la AMIA.

Allí está vinculada, por supuesto, la muerte del fiscal Alberto Nisman. Es probable que en las próximas horas haya un desmentido sobre esto por parte de los dos ex ministros de los gobiernos kirchneristas, pero habría sido Lavagna quien obligó a Massa a cambiar su duro discurso anti-K. Ahora vendrá la separación del Peronismo Federal. Porque si el pacto anterior sigue adelante, Miguel Angel Pichetto y Juan Manuel Urtubey quedarían afuera del proyecto político inicial. No sería la primera vez que Massa se cruza de vereda en medio de la tormenta, aunque por ahora todo son especulaciones. Las alternativas de que todo el peronismo se una, incluido el kirchnerismo aunque sin la presencia de Cristina como candidata, son cada vez más fuertes y también son cada vez más las exigencias de los K que hacen valer con mucha fuerza su 30 por ciento de votos.

Ya estarían reclamando desde un vicepresidente, hasta ministerios, en especial desde La Cámpora, aunque Cristina los destrate en sus charlas con amigos de la política. La ex presidenta se ha convertido en el centro de atención del nudo electoral que aún queda por desatar y su falta de decisión o lo que parece más suponer, su necesidad de ganar tiempo mientras sea ella quien tiene la última palabra, hacen que los intentos por unificar el peronismo se acumulen en los cajones de las buenas intenciones y nada más.

ESPECUALACIONES
Desde el lado de los justicialistas federales hacen la cuenta, 30 por ciento para Macri, 30 por ciento para Cristina y el resto puede ser el que defina la elección casi seguro en una segunda vuelta. Ese es el objetivo en caso de que no haya unidad. En Cambiemos especulan con el voto anti-K, que fue el que le hizo perder las elecciones a Daniel Scioli frente a Macri y suponen que la unificación del peronismo con los K adentro, puede ser una trampa para los justicialistas. Marcos Peña prepara cerca de mil obras para que Macri inaugure antes de las PASO, que es cuando la ley prohíbe al Estado hacer actos que puedan incidir en la campaña, algo que en su momento Cristina pasó por alto e inauguró hasta hospitales que estaban vacíos. Está claro que a Cambiemos las cosas no le están saliendo como tanto el jefe de Gabinete como el asesor Jaime Durán Barba lo habían pensado. La situación económica desastrosa es un obstáculo muy difícil de superar sobe todo cuando las encuestas dicen que hoy es el primero de los problemas que los ciudadanos piden al gobierno que reconozca y solucione.

La corrupción ya pasó a un tercer lugar y ha perdido la fuerza como el caballo de batalla que Cambiemos pretendía usar para la campaña. Hoy los funcionarios tienen primero que explicar que harán con la situación económica y luego contar de la corrupción kirchnerista. Hasta ahora Macri mezcla en sus discursos ambos temas y asegura al inaugurar una red cloacal en el conurbano que "La corrupción es un mal que envicia lo político, detrás de la corrupción hay millones de argentinos sin cloacas", agregó el Presidente en referencia explícita al gobierno anterior y en defensa de un plan de obras "que a veces no se ven pero que le cambian la vida a la gente".

Cambiemos está en problemas, la falta de definición sobre la campaña puede ocasionarle un disgusto serio y tal vez esta sea la razón por la que cada día que pasa se habla más del Plan V, es decir sustituir a Macri por María Eugenia Vidal y que Carolina Stanley sea la candidata en la provincia de Buenos Aires. Es una jugada de mucho impacto, pero sin dudas la única que le permitiría a Cambiemos no perder el poder.