El cerco que se estrecha en torno de Milei


Javier Milei parece haber alcanzado inusualmente rápido los límites de sus posibilidades. Libra dos batallas, una en los mercados, y otra contra las estructuras de poder, y en ambas enfrenta obstáculos cada vez más condicionantes. En ambas también cualquier negociación es ilusoria. Las medidas para enfrentar la crisis heredada no mejoran por ser negociadas. Simplemente aciertan o no.

La batalla por la economía tiene un objetivo básico: acumular dólares para evitar la hiperinflación. Empezó con resultado mixto. La ofensiva devaluatoria le permitió incrementar las reservas del Banco Central, pero al mismo tiempo incentivó la suba de precios. Desde los primeros días de enero la compra de divisas empezó a detenerse y los dólares financieros a subir.

Existen diversos factores que incidieron en ese fenómeno. Uno, por ejemplo, la reducción de la tasa de interés para licuar la deuda del Central. Esa decisión llevó a los tenedores de pesos a refugiarse en el dólar. Otro factor es más político: se espera a comprobar cuánto será el apoyo efectivo del FMI a Javier Milei. Las conversaciones en curso podrían liberar unos 3.800 millones de dólares suspendidos por los incumplimientos de Sergio Massa.

En medio de este panorama el gobierno tuvo el lunes una buena noticia: la inflación de diciembre en la Ciudad de Buenos Aires estuvo “apenas” por encima del 20%. El propio presidente había vaticinado subas cercanas al 30% para la nacional. Desde cualquier perspectiva sin embargo los números son muy malos. El nivel general del aumento de precios fue del 21,1%, pero el de los alimentos superó el 30%. En todo 2023 el índice general de precios aumentó un 198% y el de los alimentos, el 243%.

Conclusión: el ajuste lo pagan los sectores más pobres que aplican la mayor parte de sus ingresos a la compra de alimentos. Otra conclusión: la remarcación sin miramientos produjo una caída del 20% de las ventas, lo que llevó a una corrección a la baja. La mano invisible actuó –siempre lo hace- pero los primeros que sufrieron los efectos negativos fueron los ciudadanos rasos. 

Entretanto el Congreso está en otro planeta. Allí los políticos bloquean cualquier intento de reforma para salir de la crisis y Milei es débil. Por eso se pasó del decisionismo a aceptar “sugerencias”. Así podrá quizá sumar votos, pero difícilmente soluciones. 

También hubo concesiones a los gobernadores por la pesca y el biocombustible y un intento de negociación con la CGT que terminó en fracaso. En suma, el presidente tiene un plan para evitar la hiper, pero aumentan las dudas de si podrá atravesar la maraña de intereses que han  comenzado a cercarlo. Ayer el vocero presidencial responsabilizó a los políticos del aumento del dólar a más de 1.100 pesos por su obstruccionismo en el Congreso. La relación causal no es obviamente directa, pero contribuye al clima de incertidumbre que puede hacer el ajuste económico más doloroso de lo necesario.