El caso de la codiciosa aspiradora

Sr. director:

La entidad española CEDRO, que recauda por posible número de fotocopias tomadas a libros, envió al banco del que soy cliente 25,82 euros, con el fin de que dicha suma se acreditara en mi cuenta de caja de ahorros.

A los incontrovertibles hechos me permito añadir el siguiente comentario.

La suma acreditada en mi cuenta es de $ 13.032,32, lo que significa el 39,07% de los $ 33.352,02 originarios. El resto (60,93%) ha ingresado en arcas, para mí, tan misteriosas como angurrientas.

En suma, yo escribí y publiqué libros, de los cuales se tomaron fotocopias, pero sólo recibí una migaja por mi labor.

Moraleja: parafraseando a don Atahualpa, “las penas son mías, los laureles son ajenos”.

Fernando Sorrentino