La irrupción de las plataformas avivó una polémica sobre el rol de los guionistas

El autor en la era del 'streaming'

El presidente de Argentores, Miguel Angel Diani, considera que sus colegas están invisibilizados. Y reclama una mayor participación del Estado para regular las omisiones y embustes.

­Como autor teatral y guionista televisivo, Miguel Angel Diani enfrenta el desafío de dirigir Argentores, la Sociedad General de Autores de la Argentina, una entidad que protege derechos autorales en un mundo nuevo, convertido en galaxia digital. Sobre este tema La Prensa lo abordó en un momento especial de su vida dado que se combinan la publicación de su producción teatral ('Elefantes y otros textos teatrales') y el estreno en el Teatro del Pueblo de 'El chico de la habitación azul', una obra suya dirigida por Enrique Dacal.

"Argentores fue creada en 1910 por dramaturgos de la época; este año cumplimos 112 años. Nació como mutual y sociedad de gestión de derechos autorales de teatro, pero con el tiempo se fueron sumando otras disciplinas. Actualmente recauda y distribuye derechos de autor de teatro, radio, televisión, cine y nuevas tecnologías. Lo hace en nuestro país y en el resto del mundo'', cuenta durante una reunión mantenida en la sede de la entidad.

Diani alude también a las ayudas asistenciales, "la prepaga médica gratuita para el socio o socia que cumpla con los requisitos de cantidad de obras estrenadas'', y también a la pensión vitalicia. A esto se suma el departamento legal de Argentores, que asesora gratuitamente, y el área cultural, con cursos de formación sin costo.

-Frente a una institución creada hace más de un siglo, ¿qué nuevas inquietudes puede transmitir para que se motoricen acciones de cambio?

-En Argentina y en el mundo, el derecho de autor es permanentemente atacado. Hay intereses económicos muy fuertes que siempre intentarán no pagar lo que le corresponde al autor. A veces son intereses privados y otras es el Estado mismo que no termina de entender que la cultura no es un gasto sino una inversión. Por esa razón la lucha es continua. Hoy por hoy la gran pelea está en las plataformas. En la Argentina deben estar reguladas, como lo están en España y Francia, donde por ley están obligadas a tener una cuota pantalla de obras locales, con un porcentaje de producciones hechas también por sus artistas y técnicos. El cambio tecnológico en el mundo es constante y los derechos tienen que acompañar esos cambios. Porque los contenidos siempre los seguirán creando los autores. Y el derecho de autor es nuestro salario.

 

SIEMPRE DETRAS

-¿Cómo logró la institución instrumentar medidas positivas en favor de los autores durante la pandemia?

-Por un lado, el área de mutualidad estuvo trabajando continuamente, dando apoyo médico, ayudas y adelantos de derechos de autor. Además, los directivos y los administrativos seguimos trabajando vía remota, tomando decisiones en apoyo a nuestros socios y socias. Se renovaron acuerdos y se firmaron nuevos convenios, principalmente con plataformas.

-Así como la aparición de la imprenta en el siglo XV cambió el mundo de la Antigüedad, el surgimiento de Internet, con la multiplicación de canales de emisión y la posibilidad de la explotación del streaming, reabre un universo de posibilidades que exigen regulación. ¿Cómo posiciona Argentores a sus asociados en la multiplicación de las plataformas?

-La forma de comunicar al mundo seguirá cambiando, pero los contenidos los siguen creando los autores. No importa si esos contenidos salen por televisión de aire o por una plataforma audiovisual, por una radio o a través de un podcast. Siempre hay detrás un autor.

 

REGULACION

-Cuando aparecieron las plataformas, ¿había un canon establecido para los autores, ya sea de filmes, series o teleteatros?

-No, no había. Se tuvieron que establecer distintos acuerdos con cada uno de los dueños de las plataformas. Y surgieron dificultades porque algunas empresas no tienen dirección legal en la Argentina. Es necesaria una regulación en ese sentido. Igual se lograron importantes acuerdos; gestionamos algunas plataformas desde hace unos cinco años. En varias ya estamos cobrando y otras están en medio de la gestión de cobro.

-El auge de Internet, que alguna vez se consideró como fuente de libertad e integración, parece en determinados momentos invisibilizar el mundo de los autores, dejando en blanco sus nombres y privilegiando sus textos. El caso reciente de la omisión de los nombres de las creadoras argentinas del guion de la serie 'Santa Evita' habla de particulares consideraciones dentro de los diseñadores de producciones internacionales.

-La apropiación de derechos por parte de algunos productores voraces, y el suprimir o minimizar el nombre del autor en una obra audiovisual, son parte de la lucha diaria que tiene nuestra entidad. Permanentemente frenamos intentos de declarar una obra con porcentajes a nombre de productores que todos sabemos que no escriben nada. Y también constantemente reclamamos por el nombre claro del autor en los afiches o publicidad de las obras. La situación vivida por Marcela Guerty y Pamela Rementería es distinta. En este caso, un periodista de un diario omitió sus nombres en la crítica de la serie; ni en la ficha técnica de la obra las mencionó. Fue una situación muy grave y dolorosa. Desde Argentores condenamos el hecho y vamos a trabajar en la concientización de la importancia del rol del autor; en este caso en particular, con el trabajo enorme que hicieron ellas dos para llevar una novela al formato de una serie.

 

DERECHOS

-¿Cuál es el recurso legal que antepone Argentores ante la evasión de repeticiones y cómo puede ayudar el Estado en estos casos internacionales?

-La ley obliga a que el nombre del autor vaya junto al de su obra. Eso se denomina derecho moral. Y también obliga, en la Argentina, al pago por la comunicación pública de la obra (derecho de remuneración). Este último no rige en todo el mundo, por esa razón los autores no pueden cobrar de determinados países. En Latinoamérica solo se cobran derechos en la Argentina, Colombia, México y Uruguay. En Chile recién ahora lo comenzarán a cobrar. Por ese motivo viajé recientemente, en representación de la Federación de Sociedades de Autores Audiovisuales Latinoamericanos, a Ginebra, a una asamblea de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual. Allí me reuní con la vicepresidenta del organismo para plantearle la necesidad de que en todos los países del mundo exista el derecho de remuneración. La propuesta fue muy bien recibida y se comprometió en trabajar en el tema. Para eso tenemos que hacerle llegar el pedido a través de nuestra Cancillería.

-¿Qué peligros visibiliza, Diani, en este Nuevo Mundo audiovisual?

-Si el Estado no está presente regulando las plataformas, con alivios fiscales a las productoras que quieran instalarse en nuestro país, va a ser muy difícil lograr una industria audiovisual. Estamos trabajando desde el Espacio Audiovisual Nacional, formado por Argentores, DAC (Directores Argentinos Cinematográficos), Apima (Asociación de Productores Independientes de Medios Audiovisuales) y PCI (Proyecto Cine Independiente), en la elaboración de una nueva ley audiovisual que contenga a las plataformas. La ley actual es del año 1994 y en esa época no existían. Si el Estado apoya esta necesidad creo que el sector audiovisual tiene un gran futuro en nuestro país.