Daniel Aráoz conversó con ‘La Prensa’ sobre el unipersonal en el que repasa momentos de su vida y su carrera

“El arte es un gran camino de sanación”

Además de su trabajo en la tercera temporada de ‘El encargado’, el actor sigue presentando ‘Máster Aráoz’, obra que escribió junto a su hijo y que recupera momentos clave de su existencia.

Parece difícil encontrar en pleno Palermo a alguien con un marcado acento cordobés, pero Daniel Aráoz barre inmediatamente con eso cuando se asoma a la ventana de su casa que da a la calle y con su inconfundible voz grave pregunta: “¿Quién es?”

Acto seguido abre la puerta descalzo e invita a La Prensa a pasar a su hogar, una amplia vivienda de techos altos. La nota transcurre en el living, al calor de una acogedora estufa a leña y rodeados de cuadros y pinturas abstractas que tienen a Renata Morini y Lola Aráoz -esposa e hija del actor, respectivamente- como autoras.

El tercer miembro de la familia Aráoz es Pedro, hijo de Daniel, con quien escribió ‘Máster Aráoz’ en plena pandemia. Tras dos años en el teatro Chacarerean, el unipersonal del actor tendrá una breve temporada los viernes y sábados de este mes a las 20 en la sala Caras y Caretas (Sarmiento 2037), antes de partir de gira por el país dado el buen recibimiento que ya tuvo en lugares recónditos como el yacimiento Vaca Muerta, en Neuquén, de donde Daniel volvió exultante.

“Yo le contaba anécdotas de mi vida y Pedro vio ahí un lenguaje teatral, entonces empezamos a trabajar”, relató el actor de ‘El encargado 3’ acerca de la propuesta que codirige junto a su hijo, en la que repasa momentos clave y divertidos de su vida, y también sus puntos bajos.

El unipersonal repasa, asimismo, las épocas en las que Aráoz se corrió de los reflectores y tuvo que volver a la casa de sus padres. “En el último cuadro hay una autocrítica feroz que es el aprendizaje”, anticipa. Para Daniel, en ese momento “Papaíto Dios y la Pachita Mama” le marcaron el camino y está convencido de que esas dos figuras también lo acompañan en la misión solidaria que la ‘Máster Aráoz’ tiene como trasfondo.

CUESTION FAMILIAR

-¿Cómo nace la obra?

-‘Máster Aráoz’ nace en la pandemia, en este lugar en el que estamos charlando y en esas largas noches en la soledad de no poder salir. Como mi familia es una familia de artistas, mi mujer Renata pintaba cuadros, mi hija Lolita hacía sus cosas porque también pinta; está estudiando diseño. Y Pedro y yo charlábamos y pensábamos en armar algo. Yo le contaba anécdotas de mi vida y él vio ahí un lenguaje teatral, entonces empezamos a trabajar. Luego pasó la pandemia y decidimos estrenarla, así que hablamos con Mauricio Dayub y nos ofreció gentilmente el Chacarerean, que es el teatro de mi barrio, y fue una emoción enorme comenzar a trabajar. Hace ya dos años que la venimos presentando.

-¿Fueron puliendo la obra a medida que veían las reacciones del público?

-Lo primero en lo que trabajamos fue en elegir determinadas anécdotas que emergieron de aquellos encuentros de la pandemia, amándonos y respirando arte. El primer cuadro es una anécdota de cuando yo era chico, que habla del campo, de Córdoba, de Santa Rosa de Río Primero; que habla de mi casa, de mi madre y de mi tía Yolanda, que eran mellizas y de las cuales heredé este amor por el arte, porque ellas eran actrices independientes de un pueblo que se llamaba Clucellas, en Santa Fe,. Además eran músicas, profesoras de piano, entonces el primer cuadro es un homenaje a ellas con una anécdota muy particular que va ocurriendo en torno a la herencia que recibe mi madre. A partir de ahí se van acomodando los personajes y pasan un montón de cosas. Hay un trabajo muy puntilloso que tiene que ver con construir esa visión y viajar con el público a ese lugar, al pasado.

-¿Lo moviliza contar partes de su historia?

-Es algo sanador. En la última escena hay una autocrítica feroz que es el aprendizaje, de cómo papaíto Dios y la Pachita Mama te van marcando el camino. En mi caso fue a través del fracaso. Volver a la casa de mis padres después de haber hecho ‘La noticia rebelde’, ‘El mundo de Antonio Gasalla’ y de haber triunfado en televisión y ser conocido a través de mi oficio, fue una lección de vida muy importante. Es sanador volver ahí. En cada función refuerzo más el hoy, el cariño hacia mi persona y el querer ser cada día un poquito mejor.

-Y sirve para desmitificar eso de que los artistas exitosos son millonarios.

-El éxito no es el artista. Ni el éxito ni el dinero miden a un artista. El fracaso es importante porque allí está el crecimiento, el aprendizaje; por eso ‘Máster Aráoz’ pasa por ese lugar. Yo siento que el arte es un gran camino de sanación. Todos somos artistas, no hay ni mejores ni peores. Esa es la conclusión a la que llego, y la comparto con muchos otros artistas. Allí reside una filosofía hermosa y profunda, entonces trato de transmitir eso.

POR LOS PIBES

Antes de comenzar la charla con La Prensa, Aráoz pregunta si puede fumar un cigarrillo (que finalmente nunca encenderá) y se prepara un mate con un termo que lleva el logo de una marca de pastas en su frente. Esto último parece un detalle menor pero no lo es: tiene un significado más profundo de lo que parece. Sucede que el dueño de la firma Oralí, Julio González, alimenta a más de cien comedores infantiles y junto con Daniel son impulsores del proyecto de ley conocido como ‘Pancitas llenas’, destinado a ayudar a dar de comer a niños de bajos recursos.

“Yo siempre digo que la política de estado más importante es que las niñas y niños de nuestro país, donde hay un 63 por ciento de pobreza infantil, tengan una casa, un abrigo, cuatro platos de comida, un abrazo y amor. Si nosotros logramos eso vamos a sanar  papaíto Dios y la Pachita Mama nos van a ayudar”.

-¿Piensa que falta empatía en la sociedad y en la política?

-Faltan muchas cosas. Lo que más falta es humanidad y el sentido de lo que significa representar a la voz política. Una persona que representa a la voz política tiene que saber que es un servidor público; ya ni siquiera me gusta la palabra político, tendría que ser cambiada por servidor público. Tienen que ser servidores de su pueblo, deben dar el ejemplo, no interesa lo que dicen sino lo que hacen, eso es lo que influye en nuestras vidas. 

FUTURO INCIERTO

“Acá nació ‘El hombre de al lado’”, cuenta el actor con la vista fija en el patio de su casa, delimitado por dos gigantescas medianeras. Para él, volver a un set junto a Mariano Cohn y Gastón Duprat para la tercera temporada de ‘El encargado’ (Star+) es un motivo de felicidad, al igual que el desembarco en Amazon Prime de ‘La noche más larga’, la película en la que encarna a un violador serial. Si bien su labor artística fue casi ininterrumpida, Daniel admite que no sabe qué pasara en 2025 porque “casi no se está filmando nada”.

-¿Diría que la incertidumbre laboral es una de las cosas más difícil de su profesión?

-Este es un oficio difícil pero eso también te curte, y es ahí donde viene la autogestión que te enseña a fortalecerte y saber que hay que construir acuerdos para generar trabajo. Cine se ha hecho en todas las épocas pero afectar la voz cultural de nuestro país no es menor, hoy todo el mundo habla de la situación del cine argentino. Yo converso mucho con gente de la cultura y están todos muy preocupados porque es un cine muy prestigioso, que habla de nosotros y también tiene mucha autocrítica y belleza.