Relevado el general Eduardo Lonardi de la presidencia provisional, el grupo liberal se hizo cargo de la conducción de la autodenominada Revolución Libertadora. El general Pedro Eugenio Aramburu ocupó el sillón de Rivadavia.
Aramburu había nacido en Sampacho, provincia de Córdoba, el 21 de marzo de 1903. En 1919 ingresó al Colegio Militar del cual salió como subteniente del Arma de Infantería. Con el golpe de Estado de 1930, que derrocó al presidente Hipólito Yrigoyen, ocupó cargos políticos menores en la provincia de Santiago del Estero donde, además, se casó con Sara Herrera, futura madre de sus dos hijos: Sara Elena y Eugenio.
Durante el gobierno peronista fue agregado militar en Brasil y en 1951, ya general de brigada, fue designado a cargo de la Dirección General de Sanidad del Ejército. Tres años más tarde ascendió a general de división.
ISAAC F. ROJAS
En el ejercicio de la vicepresidencia continuó el marino Isaac Francisco Rojas. Porteño nacido en 1906, ingresó en la Escuela Naval Militar en 1925, de la cual egresó, en 1928, como guardiamarina. Durante el gobierno peronista tuvo importantes destinos como agregado militar en Brasil y Uruguay, como así también dentro de la fuerza naval, en donde llegó a ser director de la Escuela Naval. Todas designaciones que muestran a un oficial de confianza del poder político.
Durante los días posteriores al 16 de septiembre, Rojas, desde el buque 17 de Octubre, bombardeó las instalaciones petroleras del puerto de Mar del Plata y las de La Plata, operaciones que dejaron muertos y heridos. Su decisión lo convirtió en un adalid del “gorilismo”, fama que conservará toda su vida.
Rojas presidió la Junta Consultiva Nacional, una especie de comité asesor, que funcionó en el Palacio Legislativo, integrado por representantes de los partidos políticos antiperonistas, menos el Partido Comunista.
En realidad pretendió ser un sustento político del gobierno militar que pasó sin mayor pena ni gloria.
DESPERONIZACION
La gestión Aramburu-Rojas llevó adelante un fuerte proceso de “desperonización” del país. Se prohibió al Partido Peronista, sus símbolos, cantar la marcha partidaria y la sola mención del nombre del presidente derrocado se convertía en un delito; se intervino la Confederación General del Trabajo; se borraron los nombres de Perón y Eva Perón de calles, instituciones y provincias; se impuso en actos oficiales y escolares la Marcha de la Libertad; se suprimió por decreto la Constitución reformada en 1949; se secuestró el cadáver de Eva Perón, que estuvo más de quince años escondido, y se fusiló a civiles y militares que se sublevaron contra “la Libertadora” en junio de 1956, antes de decretar la Ley Marcial.
CRISIS ECONOMICA
La crisis económica que atravesó la Argentina peronista de los años cincuenta se la intentó corregir con consabidos planes de ajuste que estuvieron a cargo de los tres ministros que tuvo Aramburu: el radical Eugenio Blanco, que años más tarde lo será también de Arturo Illia; el liberal Roberto Verrier y Adalbert Krieger Vasena, que será, en 1967, el ministro estrella del dictador Juan Carlos Onganía. En estos años la Argentina ingresó al Fondo Monetario Internacional.
Los partidos políticos, la prensa y el movimiento estudiantil, opositores al gobierno de Perón, recuperaron las libertades perdidas. Pero lejos de pacificar al país, como deseaba Lonardi, la violencia contra el peronismo llegó a un grado superlativo. La cárcel y el exilio fueron aspectos cotidianos.
Y mientras el peronismo padecía la venganza, los liberales gozaron de plenos derechos. Cierto que en las universidades se levantó la censura anterior y comenzaron a vivir una etapa de esplendor que durará hasta el golpe de Estado de1966. También se dio luz verde, en educación, a la instalación de la universidad privada, conflicto que estallará en la presidencia de Arturo Frondizi.
Para reemplazar la derogada Constitución, el gobierno convocó a una Asamblea Constituyente en 1957. Diecinueve partidos políticos estuvieron representados, habiendo conseguido la mayor cantidad de votos la Unión.
Cívica Radical del Pueblo, la versión más antiperonista del partido de Alem y de Yrigoyen.
El resultado de la Convención fue restablecer la carta magna de 1853 y podar mayormente los derechos sociales consagrados en la de 1949.
El gobierno dictatorial convocó a elecciones nacionales para el 23 de febrero de 1958 para entregar el gobierno el 1 de mayo: “ni un minuto antes, ni un minuto después”, como había prometido Aramburu.
Seguramente “los libertadores” fueron a las elecciones de febrero confiados en que los resultados electorales de la Constituyente se repetirían. Se equivocaron.
ARTURO FRONDIZI
El ganador resultó ser Arturo Frondizi, de la Unión Cívica Radical Intransigente, el sector más moderado y acuerdista del radicalismo, que contó con el voto del proscripto peronismo. Habiendo logrado casi el 50% de los votos, la UCRI obtuvo mayoría parlamentaria en las dos Cámaras y en todos los distritos electorales del país. Aramburu hizo caso omiso a las presiones castrenses que consideraban un mandato de Frondizi como un retroceso respecto de los postulados de 1955.
El nuevo Congreso Nacional ascendió a Aramburu al grado de teniente general y a Rojas a almirante. Sin embargo, ambos actuaron durante los gobiernos de Frondizi y de su sucesor José María Guido como la voz cantante del orden antiperonista en su versión más “gorila”.
Rojas participó en la última sublevación colorada, en 1963, durante los enfrentamientos entre Azules y Colorados. Terminó detenido. Su actuación política siguió en el Instituto Browniano, en su carácter de miembro de número. Presidió la Comisión Permanente de Homenaje a la Revolución Libertadora y la Comisión de Homenaje a los Libres del Sur, la sublevación de los hacendados bonaerenses contra Rosas en 1839. Exponente rancio del liberalismo vernáculo fue socio de numerosas entidades sociales y culturales como el Jockey Club, Rotary Club, Centro de Criadores Aberdeen Angus, Centro Naval, Círculo Militar y Círculo de Armas. Falleció el 13 de abril de1993. Dejó escrito un libro de memorias.
Aramburu, a diferencia de su vicepresidente, se metió en la vida política partidaria creando su propia estructura. Buscó organizar el voto liberal y antiperonista más decidido. Fue un importante protagonista de la política nacional hasta su trágica muerte en 1970.
Aramburu había nacido en Sampacho, provincia de Córdoba, el 21 de marzo de 1903. En 1919 ingresó al Colegio Militar del cual salió como subteniente del Arma de Infantería. Con el golpe de Estado de 1930, que derrocó al presidente Hipólito Yrigoyen, ocupó cargos políticos menores en la provincia de Santiago del Estero donde, además, se casó con Sara Herrera, futura madre de sus dos hijos: Sara Elena y Eugenio.
Durante el gobierno peronista fue agregado militar en Brasil y en 1951, ya general de brigada, fue designado a cargo de la Dirección General de Sanidad del Ejército. Tres años más tarde ascendió a general de división.
ISAAC F. ROJAS
En el ejercicio de la vicepresidencia continuó el marino Isaac Francisco Rojas. Porteño nacido en 1906, ingresó en la Escuela Naval Militar en 1925, de la cual egresó, en 1928, como guardiamarina. Durante el gobierno peronista tuvo importantes destinos como agregado militar en Brasil y Uruguay, como así también dentro de la fuerza naval, en donde llegó a ser director de la Escuela Naval. Todas designaciones que muestran a un oficial de confianza del poder político.
Durante los días posteriores al 16 de septiembre, Rojas, desde el buque 17 de Octubre, bombardeó las instalaciones petroleras del puerto de Mar del Plata y las de La Plata, operaciones que dejaron muertos y heridos. Su decisión lo convirtió en un adalid del “gorilismo”, fama que conservará toda su vida.
Rojas presidió la Junta Consultiva Nacional, una especie de comité asesor, que funcionó en el Palacio Legislativo, integrado por representantes de los partidos políticos antiperonistas, menos el Partido Comunista.
En realidad pretendió ser un sustento político del gobierno militar que pasó sin mayor pena ni gloria.
DESPERONIZACION
La gestión Aramburu-Rojas llevó adelante un fuerte proceso de “desperonización” del país. Se prohibió al Partido Peronista, sus símbolos, cantar la marcha partidaria y la sola mención del nombre del presidente derrocado se convertía en un delito; se intervino la Confederación General del Trabajo; se borraron los nombres de Perón y Eva Perón de calles, instituciones y provincias; se impuso en actos oficiales y escolares la Marcha de la Libertad; se suprimió por decreto la Constitución reformada en 1949; se secuestró el cadáver de Eva Perón, que estuvo más de quince años escondido, y se fusiló a civiles y militares que se sublevaron contra “la Libertadora” en junio de 1956, antes de decretar la Ley Marcial.
CRISIS ECONOMICA
La crisis económica que atravesó la Argentina peronista de los años cincuenta se la intentó corregir con consabidos planes de ajuste que estuvieron a cargo de los tres ministros que tuvo Aramburu: el radical Eugenio Blanco, que años más tarde lo será también de Arturo Illia; el liberal Roberto Verrier y Adalbert Krieger Vasena, que será, en 1967, el ministro estrella del dictador Juan Carlos Onganía. En estos años la Argentina ingresó al Fondo Monetario Internacional.
Los partidos políticos, la prensa y el movimiento estudiantil, opositores al gobierno de Perón, recuperaron las libertades perdidas. Pero lejos de pacificar al país, como deseaba Lonardi, la violencia contra el peronismo llegó a un grado superlativo. La cárcel y el exilio fueron aspectos cotidianos.
Y mientras el peronismo padecía la venganza, los liberales gozaron de plenos derechos. Cierto que en las universidades se levantó la censura anterior y comenzaron a vivir una etapa de esplendor que durará hasta el golpe de Estado de1966. También se dio luz verde, en educación, a la instalación de la universidad privada, conflicto que estallará en la presidencia de Arturo Frondizi.
Para reemplazar la derogada Constitución, el gobierno convocó a una Asamblea Constituyente en 1957. Diecinueve partidos políticos estuvieron representados, habiendo conseguido la mayor cantidad de votos la Unión.
Cívica Radical del Pueblo, la versión más antiperonista del partido de Alem y de Yrigoyen.
El resultado de la Convención fue restablecer la carta magna de 1853 y podar mayormente los derechos sociales consagrados en la de 1949.
El gobierno dictatorial convocó a elecciones nacionales para el 23 de febrero de 1958 para entregar el gobierno el 1 de mayo: “ni un minuto antes, ni un minuto después”, como había prometido Aramburu.
Seguramente “los libertadores” fueron a las elecciones de febrero confiados en que los resultados electorales de la Constituyente se repetirían. Se equivocaron.
ARTURO FRONDIZI
El ganador resultó ser Arturo Frondizi, de la Unión Cívica Radical Intransigente, el sector más moderado y acuerdista del radicalismo, que contó con el voto del proscripto peronismo. Habiendo logrado casi el 50% de los votos, la UCRI obtuvo mayoría parlamentaria en las dos Cámaras y en todos los distritos electorales del país. Aramburu hizo caso omiso a las presiones castrenses que consideraban un mandato de Frondizi como un retroceso respecto de los postulados de 1955.
El nuevo Congreso Nacional ascendió a Aramburu al grado de teniente general y a Rojas a almirante. Sin embargo, ambos actuaron durante los gobiernos de Frondizi y de su sucesor José María Guido como la voz cantante del orden antiperonista en su versión más “gorila”.
Rojas participó en la última sublevación colorada, en 1963, durante los enfrentamientos entre Azules y Colorados. Terminó detenido. Su actuación política siguió en el Instituto Browniano, en su carácter de miembro de número. Presidió la Comisión Permanente de Homenaje a la Revolución Libertadora y la Comisión de Homenaje a los Libres del Sur, la sublevación de los hacendados bonaerenses contra Rosas en 1839. Exponente rancio del liberalismo vernáculo fue socio de numerosas entidades sociales y culturales como el Jockey Club, Rotary Club, Centro de Criadores Aberdeen Angus, Centro Naval, Círculo Militar y Círculo de Armas. Falleció el 13 de abril de1993. Dejó escrito un libro de memorias.
Aramburu, a diferencia de su vicepresidente, se metió en la vida política partidaria creando su propia estructura. Buscó organizar el voto liberal y antiperonista más decidido. Fue un importante protagonista de la política nacional hasta su trágica muerte en 1970.