El amateurismo de Milei

Señor director:

Javier Milei y su equipo han demostrado su amateurismo en lo que debió ser un debate debate con Sergio Massa y se convirtió en una interpelación permanente de este último, como si él representara a la oposición y no estuviera en el gobierno. Por declaraciones radiales de Milei pareciera que el único objetivo que él y su equipo se habían planteado fue demostrar que no está loco y que puede controlar sus emociones. Ingenuidad de un principiante sin calle política y error inexcusable de su equipo de asesores.

No solo no atacó con precisión y contundencia la desastrosa política del kirchnerismo, sino que se privó de atacar al combo que está detrás de Massa: CFK, su hijo Máximo y lo peor de ese sector que está envenenando la vida política argentina. Hay unanimidad en la prensa, tanto nacional como extranjera que Massa lo acorrala y que Milei, inexplicablemente, no machacó en los grandes fracasos y errores del oficialismo: la cuasi hiperinflación en que vivimos, la pobreza del 40 por ciento de la población, 3 de 4 chicos que comen solo una vez al día, la parálisis de la economía por falta de dólares, el ataque a la Corte y a la división de poderes, el sistema clandestino de espionaje, el faltante total de nafta y gasolina durante dos semanas, la pérdida de poder adquisitivo de jubilaciones y salarios y tantas cosas más.

Pero además Milei pudo haber dejado ‘nocaut’ con un solo golpe a Massa: cuando este se puso en defensor del Papa y le exigió que le pidiera perdón, le debió haber respondido que Massa, siendo Jefe de Gabinete de Nestor, conspiró activamente para desplazar a Bergoglio como Arzobispo de Buenos Aires. Eran momentos en que Kirchner consideraba a Bergoglio como el jefe de la oposición. Este tema lo conoce muchísima gente, políticos y periodistas, y es inexcusable que lo ignoren los que asesoran a Milei. Esta gravísima acusación hubiera opacado toda la logorrea de Massa y hubiera sido tapa de todos los periódicos. Como pueden ignorar este gravísimo episodio Milei y sus asesores. Es probable que su economicismo los lleve por caminos ajenos a este tipo de informaciones políticas vitales.

En fin, una omisión garrafal de un principiante. Solo cabe esperar que el debate no tenga un impacto decisivo en la opinión pública y la gente sólo tenga en cuenta la realidad sórdida y miserable en que ha sumido al país el kirchnerismo.

 

JOSÉ LUIS POLLOLA