EL PULSO DEL LOS MERCADOS
El ahorrista que apostó al dólar el primer día de julio ganó 13,58%
Nerviosismo en el mercado cambiario en el último día del mes. El dólar minorista llegó a 1.380 pesos. Operaciones de los grandes bancos recalentaron la plaza. Agosto será cuesta arriba para el Gobierno.
“El dólar no es un precio más de la economía. No es el precio del limón, el tomate o una bolsa de cemento; no es el papel de Rosenbush o de Morixe. Es unidad de cuenta, la unidad de medida de toda la economía. La unidad contractual madre. Y esa unidad debe ser estable, caso contrario nada funciona”, advertía ayer a la tarde el economista Mauro Mazza, mientras se disparaba el minorista hasta los 1.380 pesos (+4,31%) y el vocero presidencial Manuel Adorni jugaba al enigmático en X (“Hay un sector que sigue sin comprender el verdadero poder del superávit fiscal”, escribió).
En el homebanking del Banco Nación, el dólar oficial escaló pues hasta los 1.380 pesos, con lo que acumuló en el tumultuoso julio un salto impresionante del 13,58%.
El experto Gustavo Quintana notó que se trata de la mayor suba diaria desde el 25 de abril.
Al cierre del mercado, los arbolitos de la City pedían $ 1.335 por el blue (+1,15%). Los dólares financieros subieron más: el CCL llegó a $1360,80 (+3.25%) y el MEP a $1.363,60 (+2.87%).
Nicolás Cappella del Grupo IEB tiene dudas respecto a si efectivamente lo del 31 de julio indica que “hay una mayor demanda genuina por parte del mercado de cambios que no esta encontrando oferta”.
“Por como se movió la curva pesos, nos inclinamos a pensar que fue algo infligido por el trade de tasa negativa de julio”.
Es decir, puede que el principal motor de la escalada del dólar de las ultimas horas hayan sido las operaciones de las ballenas (sobre todo los bancos) que debían cerrar posiciones especulativas a fin de mes.
Las reservas brutas del Banco Central se ubican en u$s 38.864 millones. En el día bajaron u$s 1.897 millones por los tradicionales asientos contables que hacen los bancos a fin de mes con los encajes (se recuperarán en las próximas horas), mientras que en el mes se redujeron en u$s 1.087 millones.
Hay que destacar que el Tesoro (presionado por el Fondo Monetario) compró más de u$s 1.500 millones en los últimos 35 días para fortalecer las reservas.
NO ES CORRIDA
El subsecretario de Prensa, Javier Lanari, salió a ponerle el pecho a las balas: “Hace un año el dólar alcanzó los $ 1.500 en pleno reordenamiento del desastre macroeconómico K. Hoy se ubica en la zona de $ 1.300. Aún así hablan de "corrida". Los mismos que lloraban "atraso" cuando se levantó el cepo…”.
Le contestó Javier Timerman: “Este movimiento cambiarío está lejos de ser una corrida, pero si la gente cree que lo es, entonces lo va a ser. Si la gente cree que hay corrida cambiaría, cualquier movimiento lo es. Cada uno decide si lo es o no lo es y actuará acorde… la corrida contra las monedas asiáticas no fue culpa de Soros. Las corridas no tienen culpables en mercados libres”.
Corrida sí o no, lo cierto es que la decisión de semanas atrás del Gobierno de, en pleno frenesí preelectoral, eliminar las Letras de Financiamiento (LeFi) del Banco Central para limpiar balance y en el proceso que surja un tasa endógena en el sistema financiero ha desatado confusión e inestabilidad.
Como todos los cambios llevan tiempo hasta que se digieren por los grandes jugadores, terminó azuzando la tendencia alcista en el dólar, al liberar una colosal masa de pesos que no pudieron ser absorbidas por la colocación de Lecap, aun pagando tasas estratosféricas en la última licitación (65% anual). Un mercado de pesos inestable es, naturalmente, combustible para el dólar, justo cuando desciende abruptamente la oferta de divisas del agro por cuestiones estacionales.
En declaraciones a la agencia NA, el economista Fernando Marengo, explicó que “cuando se escoge como instrumento de la política monetaria otra variable (por ejemplo, la base monetaria o una tasa de interés), pero al mismo tiempo se pretende mantener bajo control el tipo de cambio, comienzan los problemas. Intentar influir sobre el tipo de cambio de manera indirecta resulta mucho más dificultoso y costoso”.
AHI NO MAS
Así las cosas el techo de la banda cambiaria (va ajustándose a un ritmo del 1% mensual) que había fijado el Gobierno quedó a un escupitajo de distancia: $1.451,50 pesos. A partir de allí, el Ministerio de Economía debería empezar a vender las divisas que tanto le cuesta al país conseguir.
El economista Germán Fermo cree que lo más probable es que en las próximas semanas el mercado vaya a testear el límite superior. “Una vez alcanzado, se venden dólares y se absorbe. El único problema: los carry traders que quedaron long peso”.
“Nada dramático, pero es el peor timing para un salto cambiario, dado que estamos a semanas de las elecciones”, reflexionó.
Agosto se vislumbra cuesta arriba, amigo lector.
ACCIONES Y BONOS
El principal indicador de la Bolsa de Buenos Aires tuvo un gran mes, medido en pesos. Punta a punta trepó 16,28% en julio, pero sólo +3,8% en moneda dura. En la última jornada, llegó a los 2.319.510 puntos, al registrar un alza del 0,55%.
Un informe firmado por Damián Vlassich, Team Leader de Estrategias de Inversión en IOL, destaca que entre las acciones del panel Líder que tuvieron un mejor rendimiento se encontraron Transener (TRAN), Transportadora Gas del Sur (TGSU2) y Pampa Energía (PAMP) con subas del 31,23%, 26,4% y 25% respectivamente.
Pero lo mejor estuvo con una triada afortunada de Cedear. Quien lideró el podio de rendimientos en el séptimo mes del año fue el ETF de Ethereum (ETHA) con una escalada de casi del 70%. En segundo lugar, aparece el Cedear de la fábrica china de autos eléctricos NIO (NIO) que subió un 61,0%. En tercer lugar, Advanced Micro Devices (AMD), el segundo mayor fabricante de microchips del mundo, que se disparó un 42%.
En cuanto a la renta fija, el riesgo país cierra julio en 727 puntos básicos.
“En términos de rendimientos, las Lecap a más corto plazo cierran el mes con tasas efectivas mensuales por encima del 3,3%. Teniendo en cuenta la inflación del mes de junio (y la esperada para julio), esto implicaría una tasa real de corto plazo del 22% anual. Tanto la curva a tasa fija, como la CER, continúan mostrando pendientes negativas. Esto refleja la expectativa del mercado de que la volatilidad podría persistir en el corto plazo, pero debería reducirse posteriormente; no queda en claro cuánto puede ser este plazo (¿hasta las elecciones?). En el mientras tanto, resta monitorear los impactos que mantener tasas reales en niveles altos pueda tener en la economía”, concluye Vlassich.