Barato, 50 millones, fue barato. París Saint Germain, el último campeón de la Champions y segundo en el Mundial de Clubes, pagó esa cifra en dólares hace poco más de dos años por quien el lunes resultó elegido por la cátedra como el mejor futbolista del planeta. La llegada de Masour Ousmane Dembélé al PSG terminó siendo una ganga para el campeón francés. El crack se convirtió en el Rey del Fútbol después de superar todo tipo de adversidades. Barcelona había pagado por su ficha, hace unos años, más de 140 millones.
En 2023 terminó el (bi)-reinado del juego de la pelota que acapararon Lionel Messi y Cristiano Ronaldo. Ese año el rosarino se quedó con el Balón de Oro por última vez y comenzó la carrera por la sucesión (hasta allí, entre la Pulga y el portugués, se habían repartido 13 botas de las últimas 16 en juego). En 2024 el máximo galardón fue para el español Rodri Hernández y, esta vez, le tocó a Dembélé. El francés se lo ganó con creces después de una infancia cargada de infortunios que supo gambetear siempre para adelante.
EL NUEVO ASTRO
La historia del nuevo astro del fútbol mundial es vieja. Dembelé hace rato que dejó de ser un chico. Nació el 15 de mayo de 1997 en un barrio pobre de Normandía y ya tiene 28. Es hijo de padre maliense y de madre francesa con ascendencia mauritana y senegalesa. Lo primero que conoció el chico fue la pobreza. Lo segundo, la pelota.
Fatimata Sy, su mamá, tuvo que bancar el hogar tras la partida del padre, Ousmane Sr. Y como Ousmané Jr tiene tres hermanos (dos mujeres y un varón), a la señora no le quedó otra que romperse el alma para llenar la olla. Pero Fatimata tuvo, además, olfato de agudo scouting: vio en su hijo tanto talento y pasión que no dudó y se convirtió en una estratega en la trayectoria futbolística para el crack en ciernes.
Quienes la conocen dicen que se trata de una mujer decidida y de carácter. Fatimata desempeñó un papel clave en la carrera de su hijo. Practicantes del Islam, madre e hijos mantuvieron un profundo sentido del orgullo y la responsabilidad. Y en el medio, la responsable del hogar decidió cultivar y exprimir ese don que le había dado Dios a su hijo.
Cuando Ousmane tenía seis años su mamá lo llevó de viaje de Vernon a Rennes, en el noreste de Francia. Juntos fueron a buscar al tío Badou Sambagué, un exfutbolista que le transmitió a Dembélé genes y amor por el juego más lindo. El hombre se convirtió en su representante y lo llevó, precoz, al club Madeleine Évreux, donde comenzó todo. Era 2004 y el talentoso chiquilín ya se destacaba entres los pibes de su edad.
Creció. En 2010 se incorporó a la cantera del Stade Rennais. El 6 de septiembre de 2014 debutó en la filial, el Stade Rennais II. Y el 12 de mayo de 2016, Dembélé firmó un contrato de cinco años con Borussia Dortmund, de Alemania, equipo que pagó 15 millones de euros por su pase. La rompió. En su primer año en el fútbol teutón dio 21 asistencias y gritó diez goles. Ya era millonario y él y su familia pasaron de rascar aquella vieja olla a darse banquetes, siempre respetando las reglas que les imponía su religión: nada de excesos.
EL PREMIO MAYOR
El premio mayor llegó el 24 de agosto de 2017. Después de arduas negociaciones, Barcelona puso sobre la mesa 145 millones de euros (105 constantes y sonantes y 40 repartidos en diferentes variables). Una locura.
Dembélé se hizo culé y amigo de Lionel Messi. Tras recibir el premio el lunes, el héroe de esta historia dijo que “he aprendido mucho de mis errores pasados, como las lesiones en el Barcelona. Ahora soy más serio y enfocado gracias a consejos de mentores como Messi”. En el elenco catalán estuvo seis años y jugó 127 partidos, en los que convirtió 40 goles. Pero el físico y alguna distracción... le jugaron en contra. No obstante, en el medio fue campeón y subcampeón del mundo con el seleccionado francés, en 2018 y 2022.
MODICO PRECIO
Hasta que lo mejor le llegó en agosto de 2023. PSG se lo llevó de España otra vez a su país natal a cambio de 50 millones de euros. Un precio módico. Primero jugó poco. Apenas 17 partidos como titular en Ligue 1, en la temporada 2023-24. No se había asentado y entonces... su matrimonio con la marroquí (influencer) Rima y el nacimiento de su hija, lo convirtieron en el superprofesional que no era. A fuerza de un cuidado ahora sí extremo, que incluye un fisioterapeuta personal, un nutricionista y sofisticados tratamientos preventivos, tocó la gloria.
El sabio DTLuis Enrique lo cambió de posición. Dejó de ser un tradicional extremo para jugar de falso nueve. Explotó: hizo 29 goles en 21 encuentros. Dio 43 asistencias y fue clave en la eliminación de Arsenal y Liverpool en octavos y cuartos de la Champions, y se despachó con un hat-trick en semis contra el Real Madrid, en el Mundial de Clubes.
"Mi relación con Messi fue maravillosa desde el primer día. Me dijo que tenía que ser serio si quería alcanzar mis sueños, contó Dembélé, sobre los consejos que le dio el capitán del Seleccionado argentino cuando llegó a Barcelona y Leo era el Rey. Le hizo caso. Y hoy Dembélé es el mejor del mundo, como lo fue su ídolo hasta hace poco.