El Gobierno celebró el acompañamiento del PRO al veto en Diputados y dice que "no le importan" las tomas

El Gobierno celebró el respaldo del PRO al blindaje del veto del presidente Javier Milei a la Ley de Financiamiento Universitario y desestimó el poder de las tomas universitarias, que atribuye a las conducciones de izquierda.

Minutos después de la votación, por los pasillos de Casa Rosada asomaban las sonrisas de los funcionarios que trabajaron en la compleja tarea de conquistar las 85 voluntades necesarias para sostener la decisión presidencial.

"Mauricio (Macri) jugó bien, aunque es cierto que para cuando convocó a la reunión, el bloque ya había decidido acompañar", aseguró ante la agencia Noticias Argentinas un alfil violeta abocado a la tarea.

Con los resultados a la vista, los laureles se le atribuyen al titular de la Cámara de Diputados, Martín Menem, y al subsecretario de Gestión Institucional, Eduardo "Lule" Menem, hábiles negociadores que lograron alcanzar una vez más el funcionamiento de la sociedad del oficialismo y los opositores dialoguistas en la Cámara de Diputados.

 La intervención del asesor presidencial Santiago Caputo, que recibió en sus oficinas a Macri, permitió destrabar la encrucijada a raíz de futuras promesas para ubicar cuadros técnicos del PRO en algunas áreas, pero bajo la firme premisa de que no existe ni existirá "cogobierno" alguno.

"Hay que visualizar para que se dé", bromeó ante esta agencia un importante articulador del Poder Ejecutivo respecto al blindaje conseguido.

Eso supuso una extensa negociación con gobernadores, en especial con el misionero Hugo Passalacqua, que ordenó la abstención de sus cuatro diputados; el chubutense del PRO Ignacio Torres y el peronista Raúl Jalil, de Catamarca, que garantizaron un ausente por provincia, y con Osvaldo Jaldo (Tucumán), el aliado justicialista perfecto que logró la alineación de sus tres legisladores.

Ante este panorama, persiste en el ideal libertario la idea de conformar un interbloque en el Congreso entre los espacios que ya comparten mesas técnicas para consolidar un piso de 77 diputados, incluido el bloque de tres de Oscar Zago, del Movimiento de Integración y Desarrollo (MID).

"Sería raro después de 20 años que el PRO se dé vuelta", precisaron con la perspectiva de oficializar los dos tercios. Según explica un funcionario de gobierno, los reparos del PRO residen en los deseos del expresidente de cogobernar, dado que considera que "el primer paso natural de la convergencia pasa por la gestión", gran foco de sus críticas en los últimos tiempos, mientras que en la mesa chica que rodea a Milei prefieren iniciar por una confluencia legislativa.

Lo cierto es que los libertarios receptan las sugerencias de Macri y las atribuyen a diferencias "ontológicas" en la concepción de gestión.

Por eso, mientras el respaldado legislativo continúe toman nota de los reclamos y dan lugar a una especie de mesa chica que tendrá como protagonistas a la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei; a Caputo y al jefe de bloque del PRO en Diputados, Cristian Ritondo.

El movimiento de este miércoles del partido amarillo, que fue clave para conquistar el respaldo parlamentario que defendió el veto presidencial, es atribuido a una apuesta electoral a futuro con las elecciones legislativas de 2025 en el horizonte.

"El correlato de no acompañar era quemar puentes", definió una fuente involucrada en los armados electorales.Y añadió que "nosotros hacemos la cuenta del Congreso, ellos hacen la cuenta electoral", respecto a los intereses que persigue cada espacio.

Si bien insisten en plantear que "todo marcha de acuerdo al plan", sorprendió el duro tono del jefe de bloque de Ebncuentro Federal, Miguel Ángel Pichetto, en su exposición, quien planteó en la sesión que el oficialismo "cree que gana pero en realidad pierden, como perdieron un importante sector de la sociedad argentina que son los jubilados".

"Por un lado habla de debilidad institucional, y por el otro le mete el dedo en el culo al Presidente", retrucaron al respecto desde el Gobierno.

Al momento, la euforia por una nueva victoria es superior a la preocupación ante la reacción universitaria, que va en aumento.

Las tomas de facultades son desestimadas y "no importan" para el Gobierno debido a los sectores que las convocan, identificados por el oficialismo con la "izquierda", y el paro de los gremios previsto para mañana parece no despertar grandes sobresaltos en Casa Rosada.