El Expreso, víctima de un despojo miserable

El baúl de los recuerdos. Gimnasia fue uno de los grandes protagonistas del torneo de 1933. Se perfilaba como candidato al título, pero fue perjudicado por los arbitrajes y quedó fuera de carrera. Dejó para el recuerdo su histórica sentada como protesta contra San Lorenzo.

Gimnasia se atrevió a pelear el título mano a mano con los equipos más poderosos del fútbol argentino en 1933. Los platenses estuvieron en lo más alto de la tabla durante casi toda la temporada. Ilusionaban a su hinchada con una campaña que parecía conducirlos sin escalas hacia el campeonato. Sin embargo, fueron víctimas de arbitrajes vergonzosos que los privaron del éxito que tanto merecían. Ese elenco tripero, inmortalizado como El Expreso, protagonizó una inolvidable huelga contra San Lorenzo durante un partido desnaturalizado por la grotesca actuación del juez Alberto Rojo Miró, quien detuvo el juego cuando los azulgranas se imponían 7-1. A través de una histórica sentada, los jugadores de Gimnasia dejaron expuesto un vil despojo que incidió en la definición del torneo.

El entrenador húngaro Emérico Hirschl había diseñado un equipazo. Era muy firme atrás, desde las seguras manos de Atilio Herrera y la dupla defensiva en la que coexistían la clase de Evaristo Delovo y la firmeza de Humberto Recanatini, un famoso zaguero que usaba un gorrito blanco. En la línea media se hablaba de las tres M, con Oscar Montañes, el capitán José María Minella y Angel Miguens, quienes marcaban y empujaban hacia adelante. Y en la ofensiva los desbordes de Tomás González Peralta e Ismael Morgada alimentaban la capacidad de definición de Alberto Palomino, el Torito Arturo Naón (implacable goleador que ese año marcó 33 tantos en 28 partidos) y Armando Zoroza.

El arranque fue implacable: 2-0 a Estudiantes, 4-0 a Vélez, 3-2 a Tigre, 5-2 a Argentinos, 5-1 a Chacarita, 0-0 con Ferro, 2-0 a Atlanta, 4-0 a Talleres de Remedios de Escalada (sí, estaba en Primera) y ¡5-2 a Boca! antes de ceder el invicto a manos de Independiente (ganó 2-1). Gimnasia consiguió 32 goles en 10 partidos… Por ese andar arrollador lo bautizaron El Expreso.

Se repuso con rapidez y siguió acumulando excelentes resultados: 4-2 a San Lorenzo, 3-3 con Lanús, 2-1 al River de Carlos Peucelle y Bernabé Ferreyra, 1-1 con Racing, 4-2 al Huracán del goleador Herminio Masantonio, 3-0 a Quilmes y cerró la primera fase perdiendo 4-2 con Platense. Gimnasia estaba en la cima con 27 puntos sobre 34 posibles. Les llevaba dos a San Lorenzo y cuatro a Boca y a River.

El plantel había acordado con los dirigentes un premio especial por finalizar la mitad inicial del certamen en la punta. Como no cobraban lo prometido, los habituales titulares decidieron faltar al clásico contra Estudiantes. Así y todo, Gimnasia se impuso 1-0 con un tanto de Emilio Del Prete. Ya con su alineación de siempre, perdió 2-0 con Vélez y se recuperó con un espectacular 7-1 sobre Tigre, pero enseguida fue derrotado 2-1 por Argentinos en un momento en el que la campaña se hizo irregular. 

EL BOCHORNO

Después de otro 7-1 sobre Talleres visitó a Boca, su escolta a dos puntos. En la 26ª fecha, nueve antes del final, El Expreso sufrió el primer sabotaje.  Con goles de Morgada y Juan Echevarrieta se imponía 2-0. Descontó el paraguayo Delfín Benítez Cáceres y apareció en escena el árbitro Angel De Dominicis, quien sancionó un inexistente penal que le permitió empatar a Francisco Varallo, una de las figuras del equipo platense que había obtenido el título amateur en 1929. Por si eso fuera poco, no advirtió una posición adelantada de Miguel Angel Nardini cuando sentenció el partido a favor de los xeneizes.

Luego de ganarle 2-1 a Independiente llegó el día del bochorno. El Gasómetro de avenida La Plata recibió el esperado choque entre Gimnasia (compartía el liderazgo con Boca, con 39 unidades) con San Lorenzo (38). El visitante sufrió las ausencias de Delovo, Palomino, el goleador Naón y Morgada.

Los azulgranas se pusieron al frente con un golazo de chilena del brasileño Petronilo do Brito, hermano de Waldemar, quien tiempo después llegaría a Boedo antes de transformarse en el hombre que descubrió nada más y nada menos que a Pelé.

Gimnasia igualó con un preciso remate de Minella, el centromedio que había sido delantero en sus inicios y tenía un claro don de mando sobre sus compañeros.  Cuando volvieron del descenso, San Lorenzo, con un equipo integrado por muchos jugadores provenientes del interior del país que le dio vida al mote de Gauchos de Boedo, se puso en ventaja gracias a otra aparición decisiva de Petronilo.

Fiel a su estilo, El Expreso jugó todas sus fichas al ataque para emparejar. Acorraló a su rival, pero terminó descubriendo que tenía un adversario inesperado: el árbitro Rojo Miró tuvo una labor más parcial que la de su colega De Dominicis. Cobró faltas inexistentes, ignoró un penal del zaguero José Fossa sobre Enrique Gainzarain -sustituto de Naón-  y convalidó un gol insólito. Diego García, una de las figuras azulgranas, cabeceó hacia el arco tripero. Herrera atenazó la pelota sobre la línea. Rojo Miró decidió que el balón había ingresado en la meta y el partido se puso 3-1.

Esa injusticia enardeció a los hombres de Gimnasia. Comandados por Minella, optaron por sentarse en la cancha a modo de protesta. Sólo se ponían de pie para reanudar el juego después de cada gol del dueño de casa. Dos tantos más de García y la expulsión de Miguens hicieron que el partido se tornara cada vez más absurdo. Gabriel Magán marcó el sexto tanto y otra vez García se hizo presente en el marcador para elevar la cuenta a 7-1.

Rojo Miró intentó convencer a Minella de deponer su actitud. No lo logró y dispuso el final del duelo cuando faltaban 12 minutos.  Boca saltó a la cima con 41 puntos, San Lorenzo lo seguía con 40 y Gimnasia se quedó con 39.

Si bien al torneo le restaban seis fechas, el golpe para el equipo platense fue inmenso. Consiguió tres victorias, dos empates y una derrota. Terminó en la cuarta posición, con cuatro puntos menos que San Lorenzo, el campeón. El Expreso acabó con las manos vacías y sabiéndose víctima de un despojo miserable.

LA SINTESIS

San Lorenzo 7 - Gimnasia 1

San Lorenzo: Jaime Lema; Félix Pacheco, José Fossa; Alberto Chividini, Mario Scavone, Cipriano Achinelli; Gabriel Magán, Jacinto Villalba, Petronilo do Brito, Diego García, Arturo Arrieta. DT: Atilio Giuliano.

Gimnasia: Atilio Herrera; Ricardo Martín, Humberto Recanatini; Oscar Montañes, José María Minella, Angel Miguens; Tomás González Peralta, Manuel Fidel, Enrique Gainzarain, Armando Zoroza, Juan Echevarrieta. DT: Emérico Hirschl.

Incidencias

Primer tiempo: 37m gol de Petronilo (SL); 44m gol de Minella (G). Segundo tiempo: 6m gol de Petronilo (SL); 26m gol de D. García (SL); 28m gol de D. García (SL); 30m gol de D. García (SL); 31m expulsado Miguens (G); 32m gol de Magán (SL); 33m gol de D. García (SL); 33m el partido fue suspendido.

Cancha: San Lorenzo. Arbitro: Alberto Rojo Miró. Fecha: 8 de octubre de 1933.