La riojana Dolores "La Tigra" Díaz fue miembro del ejército de Felipe Varela­

­Ejemplo de coraje y resistencia­

­En la ciudad de La Rioja, en abril de 2018, se inauguró en el barrio Vargas el "Paseo de la Mujer Federal" donde se emplazó la estatua de Dolores Díaz `La Tigra', en donde se libró la batalla del Pozo de Vargas, del 9 de abril de 1867, entre las fuerzas federales de Felipe Varela, levantadas contra el gobierno nacional, y las tropas comandadas por Antonino Taboada, por orden del presidente Bartolomé Mitre.­

¿Pero quién fue esta mujer para que merezca semejante distinción? Nombrada inicialmente por Marcelino Reyes en su obra `Bosquejo histórico de la provincia de La Rioja' (1913) rescató de la tradición de los llanos que previo a los acontecimientos de la batalla citada una mujer buscó la adhesión del pueblo riojano para unirse a las huestes del ejército de Varela.­

Felipe Varela, federal adherido a la causa de Urquiza luchó en Pavón, para luego sumarse a las tropas del general Vicente "Chacho" Peñaloza en su sublevación contra Mitre. Nombrado por el Chacho como jefe de policía de la Rioja, invadió Catamarca y se enfrentó con el oriental mitrista Wenceslao Paunero. Tras el asesinato de Peñaloza, se dirigió a Entre Rios, siendo edecán de Urquiza y luego se dirigió a Chile. Allí con la Unión Americana, planteó una nueva acción contra Mitre en tiempos de la Guerra de la Triple Alianza contra el Paraguay.­

En 1866, impulsada desde Mendoza, la revolución de los Colorados había iniciado y se fue expandiendo por San Juan y San Luis, para llegar a La Rioja donde Varela tomó el oeste de la provincia y proyectó seguir a Catamarca, pero sabiendo que Taboada había ocupado la capital riojana se replegó, en busca de agua, al poso de la estancia de los Vargas, a una legua de la ciudad, donde las fuerzas mitristas fueron a su encuentro para derrotar a los federales.­

Rodolfo Ortega Peña y Eduardo Luis Duhalde, en `Felipe Varela' (1975) refirieron: "Dolores Díaz, la montonera, había acompañado a Don Felipe desde el comienzo de la campaña. De ella dice Dardo de la Vega Díaz: "La mujer fue una partícipe activísima en la lucha montonera. Se olvidó que era hermana, esposa o madre de los combatientes y echó leña a la hoguera, vestal impenitente. La venció el instinto de libertad y le endulzó sus dolores la sola esperanza de triunfo"

Según Víctor Hugo Robledo en `Dolores Díaz, "La Tigra" riojana y montonera' (2017), en un artículo en Todo es Historia N° 604 sostuvo: "El desarrollo de la batalla fue adverso para las fuerzas federales de Varela y la tradición cuenta que "La Tigra" combatió ferozmente en encarnizados combates contra las fuerzas comandadas por Antonino Taboada, y hasta se comenta, que la mujer en un acto de arrojo y valentía, intervino para sacar en ancas de su caballo al caudillo (Varela), cuya monta había sido derribada dejándolo a merced de sus enemigos. Dolores Díaz fue una de las que no se rindió fácilmente y luchó hasta el final. Se retiró con Varela hacia el Oeste riojano y llegó hasta Jáchal, San Juan, y retornó luego cuando la ciudad había sido tomada por las fuerzas montoneras al mando de Aurelio Salazar, Sebastián Elizondo y Gabriel "Mashorca" Martínez, lo que obligó a Taboada a volver sobre sus pasos para expulsar a los rebeldes, pero La Tigra decidió quedarse en la ciudad y soportar las consecuencias"

Fue detenida en 1867 y trasladada a la cárcel del Bracho, en Santiago del Estero, una de las más duras del país.­

Peña y Duhalde agregaron: "Díaz es capturada después de Vargas junto a Dolores Andrade, Fulgencia de Contreras, Dolores de Vargas y otras mujeres que son alojadas en La Viuda, a raíz del peligro que significaba su presencia para la "tranquilidad" del oligarca gobernador de La Rioja". Y el pedido de Taboada al juez de la causa, del 7 de febrero de 1868, para que Díaz fuese confinada "por el tiempo suficiente para que su presencia en La Rioja no fuese peligrosa al orden nacional", ya que La Tigra, según Taboada, lideraba la montonera federal, "a cuyo frente ha figurado más de una vez esa mujer, en los robos y saqueos que han tenido lugar en la ciudad de La Rioja".­

Taboada le tuvo miedo a La Tigra y al resto de las valientes mujeres riojanas, destinadas a sufrir tormentos en El Bracho. Se sumaron notas y pedidos por ella y sus compañeras, hasta que terminó su suplicio.­

La cárcel duró un año y Díaz fue liberada recién en mayo de 1868. Aunque volvió a La Rioja, se reencontró con sus hijos y buscó subsistir como tejedora de ponchos y mantas, nunca pudo reencontrase con Varela. Su caudillo, y quizás su amor, se retiró definitivamente a Chile donde falleció de tuberculosis el 4 de junio de 1870, perdiéndose el dato del descenso de esta mujer.­

Poco se sabía de La Tigra y de sus compañeras riojanas, como de otras que participaron en la guerra civil y en las batallas de los últimos (y últimas) federales contra las presidencias de Mitre y Sarmiento.­

Historia poco conocida la de la riojana, aun para estudiosas como la historiadora Lily Sosa de Newton quien, entre otros trabajos, en `Las argentinas de ayer a hoy' (1967) y el `Diccionario biográfico de mujeres argentinas' (1972) no contiene ninguna referencia de La Tigra. Trabajos de Félix Luna y del citado `Robledo Riojanas' (2016) dan pistas sobre la epopeya de quien paso a la historia popular con un apodo que inmortalizó su bravura.­

Su inclusión, con la escultura realizada por Juan García Guzmán, en dicho "Paseo de la Mujer Federal" hace justicia con esta mujer, en representación de aquellas mujeres riojanas, en reconocimiento de su coraje y resistencia, por una causa que creyó hasta el final, y que tuvo como destino la cárcel y el olvido, esté último vencido por descubrir aspectos poco conocidos de nuestra historia.­

­* Licenciado en Ciencia Política; Secretario del Instituto Nacional Juan Manuel de Rosas.­