Aunque los padres se quejen porque los chicos pasan muchas horas frente a las pantallas, no todo se trata de videojuegos y redes sociales. En Internet también se encuentra material didáctico para aprender y es un aliado para los alumnos sin importar su edad.

Tal es el caso del sitio en YouTube “Aprendiendo Matemáticas” que desde hace 7 años brinda explicaciones sobre ecuaciones, derivados y todas esas palabras que nos persiguieron en el secundario y que damos gracias a que ya las pasamos. Pero al querer explicarles a los chicos surgen las alarmas y, a falta de un profesor presencial, tener un recurso en la Internet puede salvar el día a más de uno.

Adrián Collazos y Cristina Molloro son dos profesores de Matemática que viven en Esquel, provincia de Chubut, y que a través de su canal en YouTube, que tiene más de 100 mil seguidores de todo el mundo, hacen que los números se vuelvan atractivos.

Para ambos docentes la Matemática ha sido muchos más que una asignatura por enseñar ya que mientras estudiaban el profesorado se conocieron, se enamoraron y se casaron. Hoy, con dos hijos, son testigos de la dificultades existentes en el aprendizaje y su desafío es motivar a un generación de niños que prefieren las pantallas antes que sumar y restar. Para conocer más de su experiencia y desafíos, La Prensa dialogó con ellos sobre el futuro de la educación y el uso de la tecnología dentro y fuera de la clase.

En plena explicación los profesores chubutenses lograron atrapar el interés de miles de chicos de todo el mundo.

-Según su experiencia, ¿es importante tener buenos profesores para que te guste la Matemática?

Adrián:-Es fundamental, pero también es un 50 y 50 con la afinidad que se tenga. Los alumnos también tienen que poner lo suyo y prestar atención, portarse bien, no estar con el celular en clase. Yo observo eso cuando doy clases, que los chicos estén atentos cuando explico y que no estén distraídos en otra cosa. Después, cuando trabajan en grupo, ahí les doy un poco de libertad, que se organicen en lo que quieran y que tarden un poquito más, pero no irse por las ramas.

Cristina:-También hay que tener en cuenta que hay estudiantes que tienen una vida muy difícil. En ese caso, se los trata de seguir, pero por ahí no se le puede pedir lo mismo que a otro estudiante que tiene todas las posibilidades de estudiar. Por ejemplo, hay gente que no tiene Internet o que de casualidad tiene luz. Hay que ver cómo hacer para que el chico se eduque de todas formas, ¿no? Pero es una tarea complicada.

-¿Perciben que se haya modernizado la enseñanza, por lo menos en Matemática? ¿la tecnología ayudó en algo?

Adrián: -La tecnología llegó para quedarse en la enseñanza. Ayuda un montón el hecho de tener muchos medios de comunicación y de muchas redes sociales, como YouTube, TikTok e Instagram, que si se sabe usarlas bien pueden generar contenido que sirva como apoyo, pero no como reemplazo del profesor. El docente que esté acá en el salón no va a ser reemplazado nunca. Lo destaco porque hay colegas que, a veces, se enojan cuando ven algún video explicativo. Nosotros no reemplazamos ni tampoco le quitamos el trabajo a nadie. Simplemente, ofrecemos un apoyo extra a las clases presenciales.

Cristina: -A los chicos que se les dificulta porque no tienen la tecnología, por ahí no se les informa que hay bibliotecas donde sí hay computadoras a las que ellos pueden entrar para instruirse o las mismas escuelas tienen sectores con acceso a Internet. Quizás en los pueblitos en el interior no tienen este espacio, pero tienen acceso a Internet como para informarse. Los niños tienen una gran facilidad para aprender las cosas de la tecnología que siempre nos impresiona.

CANAL EDUCATIVO

-Ustedes crearon un canal de YouTube dedicado a la enseñanza de la Matemática, ¿hasta qué punto es un desafío lograr atraer a los chicos para que se interesen por este tipo de asignaturas?

Cristina: -Es un desafío, pero cuando lo lográs sentis una satisfacción muy bonita. Pero también depende del estudiante. Hay alumnos que pasan por momentos difíciles y por más que hagas, malabares adelante, no vas a poder hacer que se concentre porque tiene otra cosa en la cabeza en ese momento. Pero hay otros donde sí, por ahí no les gusta la Matemática y les empezás a decir un desafío, le explicás algo y cuando logra responder las preguntas, terminan sintiendo una satisfacción tan grande que tienen más ganas de responder. Nosotros implementamos en el salón de clase un estímulo a través de otorgar figuritas con stickers sacados de WhatsApp. Lo que hicimos fue imprimirlos y, al principio de cada clase, repasamos lo que vimos en el encuentro anterior. El que me responde bien se gana una figurita y el que no tiene bien la solución le digo que no pasa nada, porque no es una prueba. Pero el que logra conseguir el resultado se gana una Figurita y es un incentivo para los demás que quieren también ese premio.

Adrián: -Cuando pusimos la figurita del Mundial de Messi hubo una revolución por el interés que despertó en los chicos y trabajaban para ganársela. Todos querían ganar la figurita de Messi o Ronaldo y trabajaban el doble y tenían la tarea hecha a los diez minutos de haberla puesto en el pizarrón. Se esforzaron un montón y eso fue un estímulo que los motivó.

Cristina: -No es un gasto muy grande, pero ayuda mucho. Es increíble la diferencia en el salón y empiezan como a hacer colección de figuritas. Y es por responder una pregunta en los cinco primeros minutos de la clase. A mí me cierran por todos lados.

VENTAJA VIRTUAL

-¿De qué manera organizaron todo esto en pandemia con sus alumnos en Esquel?

Cristina: -Nosotros teníamos la ventaja de que el canal ya lo habíamos creado unos años antes. Entonces, teníamos videos como para subir y ya teníamos manejo. Pero tuve colegas que me consultaban y me pedían que los guiara porque fue difícil. De repente se tuvo que hacer un curso acelerado de cómo usar Zoom y otros programas para conectarse en clase.

Adrián: -Nuestro trabajo previo nos permitió contar con videos armados y usamos PowerPoint para organizar los contenidos. Entonces, con esa herramienta que teníamos en la computadora, la proyectábamos en las clases virtuales e íbamos explicando a partir de lo que construimos. Los profesores que por ahí no tenían armado nada nos pedían material y nosotros con gusto se le facilitábamos.

Cristina: -Aprendimos de la experiencia también porque ahora lo que hago en las clases es, cada vez que yo doy una explicación en el pizarrón, le saco una foto y la subo a un drive. Entonces, el chico que faltó o que no llega a copiar puede entrar allí y repasar lo visto.

IMPACTO

-¿Cómo empezó esta idea de hacer algo más en una forma virtual?¿Qué impacto generó?¿Llega a otros países?

Cristina: -Sí, nos escriben mucho de todos los países de habla hispana, incluyendo Guinea Ecuatorial, que es de África, pero tienen el idioma español como lenguaje principal. Después, nos están siguiendo mucho de Portugal y Brasil, como también, desde países árabes y asiáticos. Sobre estos últimos, no entendemos los símbolos de su abecedario, pero nos quedamos con la intriga de qué nos están diciendo. Lo que tratamos es de traducir y contestar utilizando un programa lo que nos dicen. No sé si lo estaremos haciendo bien, pero contestamos.

-La intención vale, como dicen, ¿no?

Adrián: -Sí. Este año nos invitaron a la Ciudad de México para un evento que se hace ahí con edutubers y asisten desde toda Latinoamérica. Será la primera vez que vamos a salir del país. Le tenemos cierto temor al avión.

-¿Cómo es la interacción con su público?

Cristina: *Me llama mucho la cantidad de personas que nos siguen, pero también los comentarios de gente que por ahí tiene más 40 años. Hubo una vez que una persona nos contó que terminó hace poco el secundario, porque no lo pudo hacer en su adolescencia. También nos agradecen porque a través de nuestro canal vieron los cursos y lograron prepararse para rendir el examen de la materia que les faltaba. Hay algunos mensajes que son tan emotivos que los recortamos, colocamos en nuestras redes sociales para compartirlos y que otros se animen a estudiar Matemática con nuestras clases para que pasen de odiarla, a entenderla. Ese mensaje para mí es importante, nos gusta que sientan que no es una asignatura tan difícil. Es cuestión de ponerle ganas.

ARGENTINA

-¿Qué podría mejorarse en la enseñanza argentina para que haya más chicos que les apasione las matemáticas como a ustedes?

Adrián: -Nosotros tenemos la oportunidad de ver exámenes de todo el mundo, porque nos mandan los chicos que nos siguen. Y el nivel que se exige en un secundario de Argentina es infinitamente inferior a de los demás países. Quizás un problema de aquí es la percepción de que hay que aprobar en lugar de aprender. Importa el número de aprobados.

Cristina: -Otro problema es que mucha gente ya viene con miedo a la Matemática. Cada año, en mi curso de primer año, los alumnos ingresan como bloqueados y perciben, no sé por qué, que les va a ir mal. Entonces, me cuesta mucho que superen ese obstáculo. En lo personal, puedo entender esa situación porque me sucedía lo mismo con Inglés. Pero todo cambió hace un par de años cuando me dije que no podía ser que ese idioma me estuviera ganando a mí, es decir, se volvió algo personal. Entonces decidí estudiarlo por iniciativa propia y comencé a entenderlo y no era tan difícil. Pero tuve que hacer un clic y decir, le doy una oportunidad al Inglés. Acá es lo mismo, le damos una oportunidad a la Matemática sin importar si a alguien más le fue mal o tuvo dificultad en estudiarla.

-¿Por qué creen que eso sucede?

Adrián: -Porque antes, ante cualquier error, sin importar si era algún detalle menor, te desaprobaban. Ahora, el error es parte del aprendizaje y siempre les digo a los chicos que ninguna pregunta es tonta.

Cristina: -Lo que está bueno es decirle, indirectamente, que no importa si se confunde y, además, que hay que aceptar que los demás lo corrijan porque al final va a salir disfrutando de la Matemática.