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Drogas y alcohol: como destruirnos (II)

“…se acabó la contemplación, que es la verdadera libertad; llegamos a la sociedad del ´dopaje´ con excesos de estímulos” (Buy Chull-Han filosofo europeo)

Jorge pide auxilio a las 3 de la madrugada. Tiene ideas de suicidio luego de noches sin dormir y de un “cocktail” incontrolable de cocaína y alcohol. Los llamados nocturnos por sobredosis o intentos de suicidios luego de una gran ingesta de drogas y alcohol son hoy comunes.

Las historias de consumo critico se tratan de resolver-en algunos casos- normalizando ciertos parámetros biológicos alterados (pulso, presión, temperatura, excitación, etc.) y con medicamentos y sueros generándose un tratamiento paliativo que no va a los verdaderos problemas de esa persona.

La historia clínica en realidad es una historia literaria o sea una novela de vida y una novela, también, familiar. Llegar a desentrañarla es realmente ayudar a alguien a conocerse y a que se desarrolle su pulsión de vida, aunque para llegar a esto necesitamos que el afectado acepte su enfermedad y que sus desbordes lo acercaron a “su precipicio”

LA NOVELA FAMILIAR

Para los griegos antiguos la persona era una mera representación o mascara de una obra teatral (“prosopon” o sea “mascara”).

Para los griegos el “poeta” operaba una obra que teníamos que representar y en un momento marcaba el final, el término. El “poeta” era el que limitaba ahí cuando terminaba nuestra vida, o sea nuestra obra. En la historia de las ideas la idea de persona surge desde el pensamiento estoico y el cristianismo especialmente con San Agustín.

Luego de encontrarnos con el concepto de persona empieza a pensarse como se desarrolla ese ser histórico que es la persona y aparece el concepto de personalización.

Como nos estructuramos empieza a ser la pregunta. Y ahí vuelve a aparecer desde los inicios San Agustín que dice que en la persona hay una persona interior y un ser exterior. Esa persona solo se desarrolla desde el “ordo amoris” (el “orden” del amor como base del encuentro con el Otro y del desarrollo humano). Desde ahí cambia todo ya que con el pensamiento agustiniano es el amor la base de lo que ahora llamamos personalización.

El desarrollo personal es una “urdimbre” (tejido de vínculos, lazos, etc. en donde las emociones juegan un papel fundamental) y en donde la “polis” (la ciudad con su marco legal), las creencias y las familias son esenciales.

Tanto el psicoanálisis como la teoría de la complejidad de Edgard Morin (filósofo y sociólogo francés) enseñan la interconexión y complejidad de vínculos dentro de la subjetividad que mensuran la historia de nuestra personalización. El vínculo terapéutico se une a los vínculos emocionales y sociales que estructuraron a esa persona.

Atender hoy a personas que consumen vorazmente drogas implica no solo lograr un cambio de estilo de vida en donde personas, lugares y situaciones dejen de ser los “habitués” de esa persona y que lo estimularían a consumir. Necesitamos entender la estructura de personalidad del paciente y sus vulnerabilidades biológicas y psíquicas, así como su “urdimbre” familiar incluida las tres generaciones que lo precedieron.

 “NOVELA” DE UN AUTO-EXTERMINIO

Nosotros decimos que al final luego de una pelea con el mundo y sobornado y extorsionado por traumas, abusos, duelos se somete a si mismo a un exterminio lento o rápido dependiendo esto de las dosis o de vulnerabilidades biológicas o de personalidad.

Al principio en muchos el paciente inicia una pelea con el mundo o de venganza en donde lo traumático se convierte en rabia y odio contra otros (inflexión paranoica) y las drogas y el alcohol sirven para esta lucha “pírrica” (triunfo momentáneo que asegura una derrota) y sin destino y, así, va virando progresivamente a un ataque a sí mismo no exento de deterioro y abandono de vínculos humanos (inflexión melancólica).

Así el suicidio agrupa hoy a muchos que apelan a una última ayuda a través de un llamado telefónico habitualmente nocturno. Todo esto tiene una historia que como diría Pirandello “cada uno de nosotros es un personaje en busca de un autor”.

Esta es la tarea de un equipo en adicciones como es la de desentrañar esta “loca” carrera al exterminio. Ahí hablará de personajes significativos, otros ausentes y no menos deseados, violencias, violaciones, abusos, abandonos. No escucha. Todo un “rosario” de dificultades y traumas vitales.

EL DAÑO AL CEREBRO

La lectura de esta derrota vital con historias significativas en una “novela familiar” habitualmente traumática va unido a un deterioro cerebral significativo con un sistema neurocognitivo deficitario cada vez más evidente. Memoria avejentada en gente joven, atención fluctuante, capacidades superiores debilitadas.

El consumo de una gran mayoría de las drogas de abuso (cocaína, anfetaminas, metanfetaminas, alcaloides opiáceos del tipo de la morfina y heroína, alcohol y tabaco) actúan alterando a los sistemas de neurotransmisores, la duración y la fuerza de las conexiones entre neuronas, así como la morfología de estas, es decir, la adicción tiene como consecuencia, la alteración de la plasticidad tanto estructural como sináptica.

El CEREBRO COMO CAMPO DE EXTERMINIO

Se van generando cambios neuro inflamatorios, degenerativos del sistema neuronal y se alteran todas las familias de proteínas que permiten la supervivencia de las neuronas (cambios neurotróficos o sea lo que alimenta el sistema nervioso). Así se va creando un envejecimiento del sistema nervioso acelerado.

Estructuras muy sensibles como son los sistemas fronto-estriados y para límbicos quedan lesionadas siendo los responsables de la planificación y el control de la conducta motivada y la regulación de estados emocionales que son vitales para la supervivencia, por lo que su disfunción está en la base de los déficits neuropsicológicos que facilitan la transición entre consumo de drogas y adicción, y la fijación de la conducta de consumo pese a sus repercusiones negativas.

En los últimos años se ha destacado la contribución de la corteza prefrontal, la región cerebral responsable de las funciones ejecutivas, en distintos aspectos del proceso adictivo incluyendo la vulnerabilidad a iniciarse en el consumo de drogas, la progresión entre el consumo recreativo y la dependencia, el “craving” (anhelo permanente por consumir) o las recaídas (Dom, Sabbe, Hulstijn y van den Brink, 2005; Goldstein y Volkow, 2002).

Cuando esto ha pasado, especialmente en los adolescentes por la inmadurez de su sistema nervioso que recién termina de desarrollarse a los 25 años, el reforzamiento que causan las drogas lleva a un “cerco” imposible de franquear entre la impulsión y la compulsión.

Las conductas adictivas en su inicio se mueven por la búsqueda del placer para pasar de forma progresiva e insidiosa a transformarse en conductas cuyo último fin es la evitación del malestar así queda sometido a lo impulsivo descontrolado y a los excesos con todo tipo de estupefacientes o de lo contrario a las compulsiones que son comportamientos repetitivos incoercibles que son imposibles de frenar.

CULTURA “WOKE” Y PROMOCION DEL CONSUMO

Nadie puede dudar ya que la evidencia científica lo muestra que el consumo de drogas altera el cerebro y lleva a la “demenciación”; sin embargo, este discurso culturalmente es “cancelado” porque no es “políticamente correcto”. Ese paciente nocturno que llama clamando auxilio es también un producto cultural; ha sido “domado” por una banalización del consumo.

Se denomina a esta cultura de la cancelación hoy en el mundo “wokismo” en donde el uso de drogas, la eutanasia, el control de la natalidad, el descredito y ataque a la vida familiar, etc., etc. son materias sin discusión y se cancela todo pensamiento diferente entronizando un pensamiento único que margina a todo discrepante.

Es una nueva forma de colonización ideológica (por derecha y por izquierda) que no debe admitir dudas. El mundo queda dividido en “buenos y malos”, aliados y enemigos. Esta cultura es una ideología que en el mundo está conquistando la enseñanza, los medios, las instituciones, la medicina, la ciencia y las corporaciones incluso negando toda evidencia científica y denigrando toda política preventiva.

* Director General Gradiva - Rehabilitación en adicciones.