Dos escritoras y una relación escandalosa

Escríbeme, Orlando. Cartas a Vita Sackville-West, 1922-1928

Por Virginia Woolf, con prólogo de Gabriela Wiener

Banda propia, 360 páginas.

El amor, el capricho y la pasión dieron lugar a una serie de cartas que la enorme Virginia Woolf le escribió a la aristócrata y también escritora Vita Sackville-West entre 1922 y 1928. Vita, la queridísima Vita, fue la musa de Virginia para crear Orlando, una de sus obras más importantes. También una de las claves para entender la literatura de todo el siglo XX.

Siguiendo el espíritu de tribu que atravesaba los ambientes literarios por entonces, Virginia formaba parte del llamado Círculo de Bloomsbury, junto con otros intelectuales. Ahí había conocido a Leonard Woolf, su marido. Y durante las animadas reuniones fueron llegando otros personajes. Entre ellos, Vita -casada con el diplomático y escritor Harold Nicolson-, quien lograría convertirse en una de las autoras destacadas de la editorial que los Woolf habían fundado.

En plena época post Victoriana ese par de señoras casadas iniciaron un intenso romance que escandalizó a todos. Y a través de los años fueron enviándose una serie de cartas y misivas que -seleccionadas- forman parte del volumen Escríbeme, Orlando, lanzado recientemente por la editorial chilena Banda propia.

“Sí, adelante, mezcla tu panqueque, dóralo bien por ambos lados, vierte brandy en él y sírvelo caliente. Tienes mi completo permiso”, le dice Vita cuando Virginia le propone usar su vida como inspiración.

En las cartas, es interesante apreciar la evolución del vínculo. En las primeras misivas, de 1922 y 1923, Woolf se dirige a Vita como “Estimada Sra. Nicolson”; luego pasa a “Mi querida Vita”, “Queridísima Vita”, o “Queridísima criatura”. Después seguiría “Cariño”. Hacia el final terminó llamándola directamente “Orlando”.