Distopía literaria en un mundo no tan distante

Los juegos del Vaticano

Por Alejandra Guibert

Dunken. 224 páginas

 

El mundo de estos días, obnubilado por el poder de la tecnología, ofrece argumentos casi cotidianos para trazar una novela distópica que, a la vez que se proyecte hacia el futuro, denuncie amenazas actuales y nada ficticias.

Algo de eso puede leerse en Los juegos del Vaticano, segunda novela que se conoce en nuestro país de Alejandra Guibert, una argentina radicada en Gran Bretaña que es traductora y escritora de narrativa, poesía, dramaturgia y guiones de cine.

Guibert publicó la obra inicialmente en inglés en 2019, inspirada en parte en los trabajos del filósofo esotérico P.D. Ouspensky. Imagina en sus páginas la vida en un mundo que ha sufrido el “gran cataclismo” de una serie de devastadores ataques terroristas seguidos por la tantas veces anunciada tercera guerra planetaria.

El doble azote allanó el camino para la instauración de un Gobierno Mundial que rige a una humanidad subordinada por completo a las “comodidades” de la vida virtual nacida de los imparables avances tecnológicos. Este régimen fomentó además la constitución de una Iglesia Mundial en la que han sido absorbidas y fusionadas las religiones tradicionales.

Ese “mundo feliz” anestesiado por la informática y sus videojuegos cada vez más adictivos y exigentes se ve alterado por algunas grietas. Una misteriosa ola de suicidios será el síntoma que acelere la trama en la segunda y última parte de la novela.

En ella Vera, una joven nacida el mismo día del “gran cataclismo” y que después fue criada en un convento de religiosas clarisas, pasará de protagonista a gran heroína mientras emprenda la pesquisa para detectar la anomalía y descubrir a los inspiradores de una conjura tan siniestra como perturbadora. Le será de gran ayuda en la tarea su aptitud como experta en “software”.

Menos convincente en el planteo y desarrollo del argumento que en la pintura de una vida pesadillesca y asfixiante que bien podría estar a la vuelta de la esquina, Los juegos del Vaticano puede cumplir una doble función como entretenimiento y advertencia de males inminentes.