Karina Milei fue la única funcionaria que firmó el Pacto de Mayo el 9 de julio. Está claro que lo novedoso no está en ese detalle sino en lo que representa para el Presidente y el oficialismo. Si siguiéramos los postulados habituales con los que se ha manejado la política hasta aquí, se podrían especular cientos de escenarios a partir de esa imagen. Desde que será candidata el año próximo o que, mirando más allá, podría repetirse para el 2027 algo similar a la incógnita que planteó Néstor Kirchner en 2007: “¿Pinguino o Pinguina?”.
La remake de aquello podría ser “Él o ella”, “Hermano o Hermana”. En cualquiera de los casos, a lo que hay que prestarle atención no es sólo al cada vez mayor poder que tiene Karina en el Gobierno, sino a la estructuración política que lleva adelante en el país, pero básicamente en la Provincia de Buenos Aires.
“Al kirchnerismo hay que sacarlo de la Provincia con una alianza, joint venture o lo que sea. Debemos armar un edificio del sentido común para terminar con el gobierno del kirchnerismo en el distrito más poblado de la Argentina”, dijo José Luis Espert a comienzos de este mes.
Si bien Javier Milei rompió con otra lógica instalada que decía que no se puede ganar la Nación sin ganar la provincia, en la Libertad Avanza son conscientes que sin dominar el territorio bonaerense es complejo lograr afirmar los pies de la gobernabilidad. Siempre hay un proyecto de desestabilizar a mano.
En esa tarea, está al frente Karina Milei, quien participó el sábado en un acto de afiliación en el límite entre Morón e Ituzaingó. Hasta allí llegó acompañada de Martín Menem -casi no se despega de ella- y de Sebastián Pareja. Otro actor clave es Eduardo Lule Menem, quien tiene la lapicera para el armado de las sedes locales de PAMI y Anses, como adelantamos en su momento. Son ventanillas para hacer política territorial.
En el armado para las elecciones pasadas, Sebastián Pareja estuvo a cargo de esa labor junto a Carlos Kikuchi. Ese esquema ya es pasado. Consecuencias lógicas de la necesidad de pactar con los poderes territoriales en el humilde objetivo que no le roben las boletas. Lo lograron con creces en las PASO, luego en la general los intendentes ajustaron las tuercas y jugaron a otra cosa. En la segunda vuelta, los deseos de cambio llevaron a una organización espontánea, sumado a los aportes del Pro, para garantizar la fiscalización.
Todo ello es lo que ahora el oficialismo nacional quiere armar por cuenta propia. ¿Habrá diálogo con los intendentes peronistas? Ya los hay. No con todos, pero si hay quienes están más dispuestos que otros a sentarse en la mesa.
PASAN COSAS
Mientras se espera el dato de la inflación de junio, y sobre todo el de la actividad económica, en esas tierras a conquistar por la Libertad Avanza pasan cosas.
Los aspectos técnicos de la macro tienen un correlato con la situación social. Tema de eterna preocupación en los jefes territoriales pero también en las empresas que tienen sus sedes en grandes conglomerados urbanos. No sólo han crecido las suspensiones sino los despidos. Empezó a sentirse la falta de plata en los barrios que no significa que ello vaya a derivar en movimientos extraños que siempre requieren de organización. Pero la falta de dinero, en barriadas donde la aspiración máxima es el nuevo celular, las zapatillas o la compra de estupefacientes, es una realidad. Además del sustento básico del alimento.
Sin recursos, aumenta el delito. Eso se está viendo, hoy básicamente en la zona oeste del conurbano con el crecimiento más notorio, donde las autoridades locales de seguridad hacen esfuerzos denodados que, muchas veces chocan de frente con la ideología de un fiscal o juez de turno. Fuentes policiales aseguran que es el sitio elegido hoy por la policía para su autorregulación del delito. Otro dato curioso es que en la ciudad de Buenos Aires el delito creció en la zona norte de la ciudad a diferencia de la zona sur que, históricamente, ha sido el foco de las mayores problemáticas.
La política con sus peleas propias parece, por momentos, estar lejos de esa realidad. Tanto el Peronismo como el Pro han mostrado recientemente sus pujas a cielo abierto. A las tensiones ya descriptas del peronismo bonaerense ahora hay que agregarle la interna misma del PRO a nivel nacional que se proyecta sobre la provincia de Buenos Aires. Difícil tarea para los intendentes que aún conserva esa fuerza política en el GBA.
En Tres de Febrero, Diego Valenzuela quedó parado más cerca de Patricia Bullrich que de Macri. El reciente asumido en San Isidro, Ramón Lanús siempre estuvo cerca de Macri, mantiene una muy buena relación con Bullrich, y pero acaba de enviar una señal muy contundente: mandó un proyecto al HCD para convertir a la comuna en la primera en adherir al RIGI. En tanto, Soledad Martínez de Vicente López se mantiene en el PRO. Otro caso difícil de ubicar es el de Jaime Méndez en San Miguel, que fue electo en la lista de Juntos por el Cambio pero no participa de ninguna de las roscas partidarias. El jefe político es Joaquín De La Torre quien se acercó a la Libertad Avanza pero la relación quedó lesionada tras la salida de su hermano Pablo del Ministerio de Capital Humano. Por ahora, el senador De La Torre no abandonó el bloque en la legislatura provincial.
FALLA DE ORIGEN
El sábado pasado, La Libertad Avanza ha dado un paso fundamental para consolidar su propia estructura bonaerense y ya no tener que depender de otros partidos para presentar sus candidaturas. Los efectos de esa falla de origen se están viendo en la legislatura bonaerense donde tanto diputados como senadores que ingresaron en las listas de Milei ahora se escindieron y le prestan gobernabilidad a Axel Kicillof para hacer todo lo contrario a los postulados de la Libertad Avanza. Es la política sin dudas y su sistema de representación difuso, en gran parte, por la desaparición de los partidos políticos como se supieron conocer.
En el peronismo aseguran que las aguas internas se aquietaron. Veremos por cuanto tiempo y, sobre todo como se dan movimientos en el gabinete de Axel Kicillof. Mientras tanto, son cada vez más los actores que sostienen que el camino para mantener la unidad el año próximo y garantizar un piso lógico de electores es que Cristina Kirchner sea candidata a diputada. El dato es, por ahora, festejado en Balcarce 50.