Del 8A al Averno
Señor director:
Aunque hoy parezca muy lejano un 8 de Agosto de 2018, en una lluviosa noche de Buenos Aires, 38 senadores frenaron con su voto el proyecto de ley para la legalización del aborto en el país.
Fueron 38 senadores elegidos antes de que la temática estuviera presente en las plataformas partidarias. Argentinos del pueblo que eligieron según sus convicciones y tras angustiantes debates parlamentarios que tuvieron en vilo a toda la Nación.
No era para menos. Lo que estaba en juego no sólo hacía peligrar todo el marco jurídico del país y significaba un cambio de paradigma sino que, sobre todo, trataba de la defensa del derecho fundamental de cualquier persona: el derecho a la vida.
La epopeya del movimiento "Por las 2 vidas" de Argentina fue tan impactante que después provocaría un efecto contagio en todo el mundo. Una verdadera "Ola Celeste" que renovó el entusiasmo de las iniciativas "pro vida" de todo el globo bajo las mismas consignas, usando las mismas banderas y desplegando los mismos argumentos. Nunca podremos terminar de comprender hasta dónde llegó la marejada. Tal vez hasta el propio congreso de Estados Unidos que revirtió en 2022 Roe vs Wade.
Pero el tiempo pasó y la agenda que promueve el control poblacional en el mundo entero no iba a detenerse. Lo que no entró por la puerta entraría por la ventana y, en plena cuarentena estricta, entre gallos y medianoche se aprueba, el 29 de diciembre del 2020, la "Ley 27.610 que regula el acceso a la interrupción voluntaria y legal del embarazo y a la atención postaborto de todas las personas con capacidad de gestar".
En el propio título de la ley puede verse la estrategia de ir por todo. Aborto e ideología de género en un mismo combo. Asestándole un único e inequívoco golpe a las familias y al pueblo que años atrás pidiera "Con mis hijos no te metas".
Fue uno de tantos golpes que el pueblo argentino recibiría ese año. Ninguno de los derechos fundamentales de los ciudadanos garantizados en la Constitución había sido respetado. No se podía trabajar, ni circular con libertad. No se podía acompañar a los enfermos ni despedir a los difuntos. Y claro, tampoco se pudo luchar por la vida de los indefensos.
Y hoy, a 3 años de la maniobra, 240.000 niños argentinos han encontrado la muerte en los hospitales de todo el país.
Un número conmovedor. Equivalente al total de la población de San Salvador de Jujuy. Un número que es importante mirar de frente para poderlo dimensionar.
Cada aborto es una tragedia. Es una madre desgarrada desde sus entrañas que va a llevar consigo los síntomas desoladores del Síndrome Post aborto. Es un servicio médico que diariamente tiene que acallar la voz de su propia conciencia. Es una sociedad entera que fracasó en sus esfuerzos de proteger a sus hijos más pequeños.
A lo largo de aquel 2018 se pudo constatar que la lucha por las dos vidas no era una cuestión confesional. Hoy, conociendo las tristes consecuencias de la ley, con 240 mil muertos sin sepultura y 240 mil duelos sin elaborar, comprendemos que no hace falta creer en Dios para reconocer que lo que se está viviendo en todos los hospitales del país es un verdadero infierno.
Maria D. Ayerza
DNI 25.646.582
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