De desasosiegos y sueños radicales

Elise o la vida de verdad

Por Claire Etcherelli

Periférica. 267 páginas

 

Escrita a fines de los años sesenta, esta novela de inspiración autobiográfica con la que se dio a conocer al gran público la escritora francesa Claire Etcherelli (Burdeos, 1931), y que ahora reedita el sello Periférica, toca un nervio sensible para la sociedad actual con su historia de amor clandestino entre una francesa de origen modesto y un inmigrante argelino. La obra expone la vida de las clases menos favorecidas y de los inmigrantes oprimidos, en un ambiente de tensión y recelo social en el París de mediados del siglo pasado, en plena convulsión por la guerra de independencia de Argelia.

La protagonista, Elise, repite en parte las peripecias vitales de la propia Etcherelli, quién partió veinteañera de su Burdeos natal hacia París en busca de "la vida de verdad” y por necesidad acabó siendo obrera en una fábrica automotriz.

Elise, una joven reservada, de escrupulosa y estricta devoción, emprende ese mismo itinerario siguiendo a su hermano Lucien, cuatro años menor, al que protegió con maternal cariño mientras ambos vivían con su abuela, entre la estrechez y el hambre. De algún modo, esta joven amorosa y abnegada, que debió abandonar el colegio, sigue velando por él, aunque Lucien, indiferente, irascible, desconsiderado hasta con su novel esposa y su bebé, no lo merece. Desdeña a su hermana, se aprovecha del poco dinero de ella, ansía iniciarse en la "militancia", y le habla de sueños revolucionarios, de ir a "vivir la vida de verdad". Pero la vida en la capital pronto se revela para ambos muy distinta de aquellas ilusiones juveniles.

Tras sus pasos, leyendo -para educarse- los libros que él va dejando, que denuncian todo lo que ella consideraba natural hasta convencerla de que aquella preocupación de su hermano la concernía, urgida por la necesidad, Elise también ingresará como obrera en la cadena de montaje de una automotriz. Un trabajo rudo, mecánico, frenético y embrutecedor, en un entorno masculino peligroso para ella, rebosante de inmigrantes mayormente norafricanos que aúllan al paso de las pocas mujeres que trabajan allí.

Las diferencias entre ambos hermanos se manifiestan en una desigual aproximación a la causa argelina, con una visión más política y conflictiva en el caso de Lucien, un joven capaz de amar lo abstracto sin amar lo cercano; más humana y personal en el caso de ella. Pero ese es solo uno de los contrastes sociales que ilumina la novela, y que se traducen en acoso e injusticia hacia los inmigrantes, oprimidos entre la policía y las exigencias de su militancia.

Elise, con su carácter afable, termina por entablar un trato amistoso con aquellos segregados, de donde surgirá finalmente su relación con Arezki, un militante por la independencia de Argelia. Una relación expuesta a todas las incomprensiones.

Narrada en primera persona, con una prosa atractiva y poética, la obra ofrece un crudo y conmovedor retrato de las clases pobres y de ese ambiente fabril desquiciante donde el ruido, los zumbidos y chirridos ensordecen, obligan a gritarle al que está cerca y aliena a las personas, tanto como lo hace el ritmo de trabajo extenuante que impone la naciente producción masiva de autos.

Hay toda una galería de personajes secundarios bien delineados, muchos de ellos inmigrantes, pero también otros franceses, como Henri, un joven de izquierdas que, desde la comodidad de su habitación, arrastra a su amigo Lucien tras sus fantasías de cambios radicales.

Podría decirse que menos convincente que la pintura social de la novela es la historia de amor a escondidas de Elise y Arezki, que crece mientras ambos pasean sus deseos y esperanzas por una París nocturna y neblinosa, acechados por la hostilidad hacia el moro y las continuas redadas policiales.

Etcherelli quiere mostrar cómo la cercanía personal acorta la distancia entre dos mundos, aunque la historia de amor, humana y tierna al principio, no termina de fraguar, entre el deseo y las dudas de los propios personajes.

La "vida de verdad" adopta diferentes sentidos para los personajes, pero en el fondo yace en ellos la ilusión de una ansiada paz interior que no encuentran en su desasosiego.

La novela ganó el premio Fémina en 1967 y fue adaptada al cine en 1970. Etcherelli publicaría otras cinco novelas entre 1971 y 2021 que no conocerían el mismo éxito.