Siete días de política
De cara a octubre, mejoran las expectativas del oficialismo
Consultores económicos pronostican una fuerte baja de la inflación en el último semestre y aumento de la actividad. La oposición empieza a dar señales de que ve venir una derrota.
La salida del cepo sin devaluación y su triunfo sobre Mauricio Macri le dieron a Javier Milei una ventaja que ningún analista ni dirigente partidario previó de cara a las elecciones de octubre. Economistas que suelen coincidir con el Presidente pronostican hoy una inflación para mayo menor al dos por ciento (ver “Pronóstico jugado”).
También se conocieron datos positivos sobre la recuperación de la actividad que va camino a consolidarse en el segundo semestre. Pero, más allá de las estadísticas que termine corroborando o no el Indec, hay hechos llamativos: el miércoles, el Gobierno consiguió colocar un bono en pesos que le aportó mil millones de dólares para fortalecer las reservas del Banco Central.
El bono fue comprado por inversores extranjeros que entregaron dólares y cobrarán en pesos a su vencimiento. Es decir, compraron el plan de Milei, lo que le permitió al Gobierno financiarse en mercados que estaban cerrados al país desde el último default peronista en 2020. La tasa fue alta, pero la señal de confianza no fue menos elocuente.
Más allá de la macroeconomía, el fortalecimiento político del Presidente después de derrotar a Mauricio Macri cambió más de lo previsto el escenario político. El primer cambio consistió en el anuncio del acuerdo por el que La Libertad Avanza y el PRO irán juntos contra el peronismo en la provincia de Buenos Aires.
La caída en su bastión electoral sacó al expresidente de carrera. Todo pasó a manos de Cristian Ritondo y Diego Santilli que hace rato orbitan alrededor del nuevo líder de la derecha. Ahora todo depende de lo que resuelvan en última instancia los hermanos Milei. Por ejemplo, el Presidente ya bendijo a José Luis Espert como cabeza de la lista de diputados nacionales. La clave es saber quién manda. Resulta secundario que la unidad sea a través de un frente, alianza o fusión de hecho.
En segundo lugar, la reacción de la dirigencia en la Provincia reflejó un fuerte cambio de expectativas. Se ve venir un tsunami y aceleró la designación de 131 funcionarios judiciales, el miércoles, en una sesión del Senado bonaerense. Esta semana que se inicia serán “abulonados” 80 funcionarios más.
Los pliegos de esos jueces o fiscales, en su mayoría pedidos por el kirchnerismo, estaban frenados desde noviembre del año pasado pero, a causa de la certeza de que el balance de fuerzas en la Legislatura cambiará con la renovación que se juega en septiembre, las diferencias desaparecieron.
En el Senado Nacional la oposición también se contagió y lanzó una ofensiva para colocar ministros en la Corte Suprema y cubrir vacantes en la Procuración y la Defensoría. Empujó la idea un senador por la minoría que a fin de año se queda sin banca pero sin contar con el respaldo explícito del Ejecutivo. Y menos aún del peronismo.
El senador en cuestión, el salteño Juan Carlos Romero, propuso ampliar el número de integrantes del alto tribunal porque está funcionando con quórum estricto y en caso de diferencias de criterio entres sus tres integrantes debe recurrir a conjueces. La jugada consistía en que con más cargos para ofrecer al kirchnerismo este saldría de la intransigencia que derribó las candidaturas de Ariel Lijo y Manuel García Mansilla. La repartija travestida de “consenso”.
Pero el kirchnerismo no está para consensos. El senador José Mayans lanzó una arenga incendiaria contra el Poder Judicial, pidió destituir a la Corte Suprema y a todos los magistrados de Comodoro Py que han condenado a su jefa política por corrupción. También cargó contra el Consejo de la Magistratura y dejó en claro que su jefa no se conforma con alguna silla en la Corte. En suma, la renovación del Senado se producirá sin nombramientos judiciales previos a menos que la dos veces presidenta modere sus demandas.
Cuarenta y ocho horas después, la Corte ratificó la pena de cárcel al empresario K Lázaro Báez por lavar 60 millones de dólares provenientes de la corrupción. También dispuso que se siga investigando a Cristina Kirchner por su responsabilidad penal en la causa también conocida como “ruta del dinero K”. Golpe por golpe.
En suma, la expresidenta enfrenta un panorama complejo: la Justicia sigue avanzando hacia una ratificación de su doble condena por corrupción, al mismo tiempo que Axel Kicillof le disputa el liderazgo del peronismo bonaerense y Javier Milei puso en marcha un frente antiperonista para las elecciones de octubre.
Por eso, admitió el 25 de mayo que el peronismo va a perder, porque el actual ciclo económico no coincide con las necesidades electorales del PJ. Es decir, porque no habrá crisis. Más o menos lo que dicen los economistas en sus pronósticos. Por eso también Milei fantasea con la reelección hasta 2031, varios meses antes de que su Gobierno afronte la primera prueba electoral.