Danza con lobos

El presidente de la Nación entra a la sala de reuniones en la Casa Rosada. En su interior, sentados a una larga mesa oval, lo esperan los miembros del renovado gabinete. Milei los estrecha en un abrazo, uno por uno. Sus gestos emanan afecto y complicidad.

Al terminar la ronda se detiene, abre los brazos, arquea las piernas y se entrelaza en una singular danza con el ministro de Defensa, Luis Petri. La primera reunión del gabinete tras las elecciones legislativas ha tenido un comienzo extravagante.

Milei baila con los ministros que serán el brazo ejecutor de sus políticas reformistas. Algunos de ellos tendrán en los próximos meses un protagonismo que los expondrá al reconocimiento o al escarnio. Son sus lobos.

La cartera de Capital Humano, a cargo de Sandra Pettovello, será la primera en abrir el fuego. En su seno, reforma libertaria mediante, anida la Secretaría de Trabajo, oficina que supo tener rango de ministerio durante las gestiones kirchneristas. Será el eje del proyecto de reforma laboral.

En el plano de lo ideal el Gobierno se ilusiona con una economía donde primen los acuerdos laborales entre partes –principalmente por empresa-, y quede de lado la negociación colectiva. Argumenta con razón que dentro de un mismo sector no todas las compañías son igualmente eficientes y que resulta injusto que deban someterse en conjunto a lo que firman otras, más grandes y exitosas.

Pero, al mismo tiempo, ignora o no quiere ver que justamente lo colectivo es lo que le da fuerza al trabajador al momento de negociar salarios. Puestos en una misma mesa a debatir aumentos el dueño y el empleado, la disparidad de fuerzas es absoluta. De allí la razón de ser del sindicato. Que la pala esté en malas manos no quiere decir que no sirva para hacer pozos.

A los libertarios, esa expresión extrema del liberalismo, les gusta jugar con los eufemismos. De allí que ahora hablen de "modernización" de la economía y prescindan del verbo flexibilizar, que tan mala entraña genera por estas pampas. Hay que lubricar el canal para que la sociedad, y sobre todo los sindicalistas, se traguen la píldora.

Abunda la bibliografía acerca de las bondades de la modernización. Un documento del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) revela que “las ineficiencias en el gasto público de los países de América Latina y el Caribe generan pérdidas anuales equivalentes a hasta el 4,6% del PBI. Reducir esos desvíos podría impulsar un aumento del crecimiento económico del 1,8%, al fortalecer las cuentas fiscales y reducir la carga de la deuda”.

Revolviendo en el arcón de los recuerdos aparece un paper publicado por la Universidad del Cema, usina del pensamiento liberal. El documento, fechado antes de la asunción de Javier Milei como presidente de la Nación, recalca que “las ineficiencias en el gasto estatal representan hasta un 7,2% del PBI, muy por encima del promedio latinoamericano (4,3%). De ese total, 1,9 puntos del PBI se pierden en filtraciones y programas sociales mal focalizados”. Para que luego no digan que no avisaron.

La gestión tiene por delante un largo camino que estará signado por la negociación y el diálogo. No hay otra forma posible. En una economía que padece un 40% de trabajo informal las leyes laborales actuales parecen dejar afuera a buena parte de la población. Tal vez las modificaciones en la normativa no generen tanta resistencia, después de todo.

Tan consolidado está el gobierno a partir de las últimas elecciones que el cambio de jugadores en el gabinete, la renuncia de Francos, la asunción del vocero Adorni como jefe de Gabinete, el corrosivo mensaje de Macri, nada alteró el buen humor de los mercados. El dólar apenas si se movió y la Bolsa operó en positivo, prolongando su racha.

INFLACIÓN

Aún falta para que el Indec revele el índice de inflación de octubre pero las estimaciones privadas permiten vislumbrar que la disparada del dólar antes de las elecciones no tuvo un impacto directo sobre los precios. O, al menos, su efecto fue menor a lo que se vislumbraba.

De hecho, las proyecciones de la Fundación Libertad y Progreso recalcan que la variación interanual habría sido del 2,4%, lo cual redondearía una acumulación del 25% en lo que va del 2025.

"Octubre fue un mes donde se observó una aceleración en el nivel de precios explicado principalmente por un fuerte incremento en el rubro de alcohol y tabaco que avanzó fuerte en las primeras tres semanas del mes. También registramos avances significativos en el rubro viviendas. Por el otro lado, el rubro que menor avance mostró fue el de Bienes y Servicios varios”, explico Iván Cachanosky, economista jefe de la entidad.

Más allá de esto, noviembre llegó con un puñado de aumentos en rubros sensibles como alquileres, transporte público (4,1%), medicina prepaga (2,8%), luz y gas (3,8%), que en algunos casos obedece a la política oficial de recortar subsidio hasta su desaparición.

Sin embargo, el gobierno parece haber jugado con muñeca de croupier el naipe de la estabilidad. Con eso hizo primera en las elecciones legislativas. La estabilidad no es sólo la comprobación fáctica de un encadenamiento estadístico en materia de inflación sino y sobre todo la sensación de certeza y previsibilidad que tiene la gente a la hora de planificar su vida. Y eso vale oro.

IMPUESTOS

Los lobos del gabinete no se detendrán en la reforma laboral. En las oficinas del Ministerio de Economía se trabaja a destajo para acelerar el proceso de recorte de impuestos y, tan importante como esto, en la simplificación del sistema. En la teoría, la sencillez desbrozará la senda por la que ingresarán nuevos contribuyentes.

Así las cosas, el sistema no se desfinanciaría ya que la ampliación de la base permitirá suplir la erradicación de algunos tributos. ¿Pero qué Estado financiará este esquema? Uno de menor tamaño, con menos servicios.

Es sabido que en la lógica libertaria el entramado estatal no debe ofrecer ningún bien o servicio que pueda ser realizado por el sector privado. Impera la ley de la oferta y la demanda, reina la competitividad y la eficiencia.

Por eso el Gobierno no se estremece cuando ARCA difunde la noticia de que la recaudación impositiva padeció una retracción interanual del 3,6% en octubre. ¿Por qué preocuparse si todavía queda mucho más Estado por cercenar?

Otro modelo, en cambio, se sostiene en la trinchera bonaerense. Allí el gobernador Axel Kicillof, vuelto violentamente a la realidad tras la derrota a escala nacional, pergeñó un Presupuesto 2026 cuya operatividad está basada en un endeudamiento de más de 3.000 millones de dólares.

El Soviético, como le dicen sus detractores -quizás a él no le disguste tanto el apodo-, está decidido a no ejecutar ningún tipo de ajuste en la provincia, como una forma de demostrar que la esencia del modelo K continúa vigente. Hay, sin embargo, un obstáculo en su camino: el endeudamiento externo de las provincias debe ser autorizado por el Ministerio de Economía de la Nación. Toto lo tiene atrapado en un puño.

EL FUTURO

El futuro en la Argentina se mide a tiro de piedra. Imposible planificar a largo plazo ya que las condiciones políticas y económicas están atravesadas por la volatilidad del ruido electoral y la incertidumbre de los mercados, en una dinámica que se vuelve repetida, circular.

Pero si tuviéramos que trazar el mapa de lo que viene, esbozar una política de Estado, estaría sustentada seguramente sobre la base de los recursos energéticos como principal fuente de divisas, junto a un campo que sin retenciones podría dar un enorme salto productivo.

Esa es la conclusión que sacó esta semana el banco estadounidense JP Morgan, quien recomendó a los inversores seguir comprando papeles de empresas argentinas por su "potencial de crecimiento". En la lista, subrayado con rojo, estaban YPF, Pampa Energía, TGS y Central Puerto, además de las financieras Banco Galicia, Banco Macro y BBVA.

El documento permite también leer entre líneas. Hay un mensaje velado para los inversores. Casi al pasar remarca que una de las principales razones para seguir apostando por Argentina es que la composición del nuevo Congreso nacional le impedirá a la oposición impulsar un juicio político destituyente sobre la figura presidencial. La continuidad está asegurada y eso genera certezas.

En su mesa de arena los libertarios sopesan posibilidades y alternativas. Están convencidos, lo dicen por lo bajo, de que la inflación bajará al 1% mensual el año próximo, que se impulsará el crédito y la economía mostrará inusitados bríos. Si todo esto lleva a la creación de empleo, el 2027 podría volverse el escenario ideal para concretar otro sueño: la reelección de Javier Milei. Dios dirá.