Dictamen de la Academia Sanmartiniana luego de la exposición de varios de sus miembros
Cuál es el rostro real de El Libertador
Ante ciertas pretensiones particulares tendientes a “establecer” un reciente descubrimiento del presunto “rostro real de San Martín”, para establecerlo como “retrato oficial”, omitiendo rigurosas investigaciones precedentes y soslayando el marco normativo, la Academia Sanmartiniana del Instituto Nacional Sanmartiniano trató el tema en el que expusieron varios de sus miembros.
A fin de elaborar un dictamen nombró una comisión integrada por los académicos de número Dr. Jorge Gabriel Olarte, Ing. Carlos Gabriel Vertanessian y Dr. Martín Francisco Blanco, a la que se integró el asistente honorario de la Academia Lic. Carlos Eduardo Larrosa.
La comisión consideró que no pueden omitirse las disposiciones del pasado que no resultan anacrónicas, sino que mantienen una lozana vigencia y que resulta observar rigurosa y permanentemente lo normado por el decreto 10.274/46 del 22 de abril de ese año decretando que “todos los actos realizados por el Estado o con su participación, relacionados con la personalidad del General D. José de San Martín, se efectuarán teniendo en cuenta el asesoramiento del Instituto Nacional Sanmartiniano”.
Después de una rigurosa objeta y rigurosa investigación sobre las obras que históricamente son consideradas como las auténticas representaciones del rostro del general San Martín, la comisión dictaminó que responden a la verdad histórica, son aquellas que fueron o bien realizadas en vida del Libertador General don José de San Martín con o sin su anuencia, o que fueron producidas y difundidas por su núcleo familiar íntimo hasta la desaparición de su hija, Mercedes Tomasa San Martín de Balcarce en 1875. Estos deben ser respetados a nivel institucional, en actos oficiales, y en trabajos académicos e históricos de toda índole, en tanto se pretenda representar y difundir su fisonomía auténtica.
LOS CUATRO RETRATOS
Estas representaciones comprenden los cuatro retratos oportunamente aceptados por el Instituto Nacional Sanmartiniano, con más uno agregado por considerarlo igualmente válido a estos fines. Ellas son:
1) Óleo del pintor peruano José Gil de Castro, creado en Santiago de Chile, firmado y fechado en 1817.
El Libertador tenía 39 años. Pertenece al Museo del Regimiento de Granaderos a Caballo. En el Museo Histórico Nacional existen otros dos ejemplares de similar valor iconográfico, pintados hacia 1818 por el mismo artista.
2) Litografía del artista belga Jean Baptiste Madou, creado en Bruselas en 1828.
Fue incluido en las Memorias del General Guillermo Miller. El padre de la Patria contaba con 50 años.
3) Óleo conocido como ‘San Martín con la bandera’.
Creado en Bruselas en 1829, por la profesora de pintura de Merceditas, hija del Libertador, joven que habría tenido algún grado de colaboración en la ejecución. El Libertador contaba con 51 años. Pertenece al patrimonio del Museo Histórico Nacional.
4) En febrero de 1848, el Libertador posó para una sesión fotográfica en alguna galería no determinada de París, Francia, de la que resultaron dos únicos daguerrotipos.
El Libertador vestía de civil y contaba con 70 años de edad. El primer daguerrotipo, conocido como “toma napoleónica”, se encuentra en el Museo Histórico Nacional, desde abril de 1900.
El segundo daguerrotipo original tomado en dicha sesión de febrero de 1848, denominado “toma con manos en reposo”, se encuentra hoy extraviado. Se sabe de su existencia por una reproducción fotográfica realizada hacia 1868 en París, por el artista inglés Robert Jefferson Bingham. Existen numerosas copias fotográficas de este original en papel en el formato denominado carte de visite, tarjeta de visita. Una de dichas copias pertenece al acervo del Museo Histórico Nacional.
CABEZA DE SERIE
Estas cinco representaciones del rostro del Libertador han sido cabeza de serie de innumerables versiones a lo largo de los años, algunas de notable factura.
Son el caso de dos destacados retratos ejecutados en base a sus daguerrotipos: el óleo pintado en 1856 por su hija Mercedes Tomasa San Martín de Balcarce, en base al original daguerreano de la “toma con manos en reposo” –que permaneció en París en poder de la familia hasta por lo menos 1868–, pintura que pertenece al Museo Histórico Nacional; y la litografía de Narciso Desmadryl de 1857, ejecutada en base al otro daguerrotipo de “toma napoleónica”, incluida en su publicación Galería de Celebridades Argentinas del mismo año.
En tanto estas cinco representaciones consideradas auténticas existen y están disponibles para su difusión, el Instituto Nacional Sanmartiniano considera que la fisonomía del Libertador no reviste “enigma alguno por develar”, y que, por lo tanto, no debe ser “redescubierta”, “recreada”, “actualizada”, o que deba ser sujeta a ninguna otra forma de modificación e interpretación arbitraria en relación a su realidad histórica.
PRODUCTOS DEL GENIO
Las otras representaciones artísticas ejecutadas sobre todo tipo de soportes, y con cualquier recurso tecnológico y factura, comprenden un amplio espectro de retratos y expresiones creados desde la muerte de Mercedes Tomasa San Martín de Balcarce, hasta la actualidad.
Estas creaciones son el producto del genio y del talento individual de cada artista mediante las más diversas disciplinas: pintura, escultura, grabado, creación de imágenes digitales, inteligencia artificial o por cualquier otro medio que pudiera surgir a futuro, ya sean monocromáticas o coloreadas, fijas o animadas, e incluso interactivas, y en cualquier combinación de recursos, entre otras.
Con relación a esas creaciones, el Instituto Nacional Sanmartiniano entiende que la inspiración y expresividad artísticas no deben ser restringidas, y por tanto no ofrece objeción alguna a todas aquellas manifestaciones que resulten de la imaginación y el genio creativo, y que interpreten la figura del Libertador a lo largo de su vida, de manera alegórica, ficcional, y/o conmemorativa.
Estas representaciones son de valor e interés cultural y educativo, y por tanto podrán ser exhibidas y difundidas libremente y sin restricciones en todo tipo de ámbitos, ya sean artísticos, educativos a todo nivel, académicos y de prensa, siempre y cuando no se las pretenda confundir o se sugiera que responden, reemplazan o equivalen a su realidad fisonómica histórica.
Se deja constancia que el Instituto Nacional Sanmartiniano no ha autorizado o promovido directamente a ningún artista –pintor, escultor, creador digital o mediante inteligencia artificial– a crear o realizar ningún tipo de representación del Libertador; mucho menos con la intención de certificar el “hallazgo” de su “rostro real” con vistas a establecerlo como “oficial” en reparticiones públicas y establecimientos educativos tanto dentro como fuera del país.
De igual manera, no ha ofrecido ni ofrece respaldo, autorización o auspicio para la comercialización de retratos del prócer, pero sí puede brindar el asesoramiento correspondiente, de ser requerido directamente por particulares o instituciones, por ser ésta una de sus misiones y facultades para las que fue creado.
Óleo conocido como ‘San Martín con la bandera’.