Jorge Altamira asegura que las estatizaciones del Gobierno kirchnerista son, en realidad, falsas privatizaciones

"Cristina tiene discurso antiobrero"

El candidato a presidente confirma que el Frente de Izquierda de los Trabajadores irá con dos listas. Asegura que La Cámpora se creó para contener el pasaje de la juventud a la izquierda.

"Está definido, vamos con dos listas diferentes'', sentencia Jorge Altamira, precandidato a presidente, junto a Juan Carlos Giordano, por el desmembrado Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT), integrado por el Partido Obrero (PO) y la Izquierda Socialista (IS), que no contará para las siguientes PASO con su tercer integrante, el Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS).

"El problema es muy sencillo: el PTS no quiere cumplir con una cláusula inamovible, en la Izquierda los diputados rotan y ellos quieren violentar esta premisa", detalla Altamira en referencia a Nicolás del Caño, el otro de los postulantes y uno de los tres diputados nacionales que el FIT logró imponer en 2013, cuando se consolidó como fuerza opositora al superar el 2% de los votos, algo histórico para los partidos de izquierda en el país.

- El sistema de las PASO parecía destinado a extinguir los partidos menores pero a los de izquierda los fortaleció. ¿Esta interna vuelve a debilitarlos?

- Nosotros decimos que las PASO aseguran la unidad del Frente de Izquierda. Quizás sea una unidad que a alguien no le guste porque quería sacar más votos yendo por su cuenta en algún distrito. Pero una vez que se produjeron las PASO, por ley, ese resultado da lugar a una única lista para las elecciones generales. Las PASO tuvieron una intención de perjudicarnos, pero nos fortalecieron. La finalidad principal de las PASO fue la supervivencia de los partidos tradicionales, que están totalmente quebrados. Entonces, determinado partido que se disolvería en 7 listas, con varios candidatos, va con uno solo. Es un mecanismo artificioso y arbitrario para que partidos que ya no sobrevivirían, tenga alguna chance.

- ¿Podría darse en la Argentina que dirigentes de partidos de izquierda y movimientos de trabajadores lleguen a la presidencia, como ocurrió en Brasil con Lula?

- Lo que se dio en Brasil fue muy importante. Lula llegó proveniente de un partido de izquierda. Lo que ocurre es que ese partido de los trabajadores, que se formó en el año 80, no fue el mismo que llegó al poder en 2003. Lula era contestatario al sistema pero el sistema lo fue asimilando. El PT comienza a transar con acuerdos y cuando llega a la Presidencia, ya es un partido domesticado. A tal punto, que cuando Brasil está a punto de quebrar, llega un salvataje económico del FMI, con la condición de que lo firme el gobierno y los partidos que participarían de la contienda presidencial de 2010. Y Lula lo firma.

- Esa izquierda domesticada, muchas veces se traduce en un gobierno con un discurso de izquierda y una política de derecha. ¿Cree que ese es el estilo del kirchnerismo?

- Sí, es un gobierno antiobrero y el 25 de Mayo la Presidenta lo demostró con su discurso. Es algo muy interesante que debería ser analizado. Cuando ellos plantean el impuesto a las Ganancias, la lógica es que los que más ganan deben darles a los que menos ganan. Así, enfrenta a la clase obrera y dicen que así defienden a los que no tienen empleo, a quienes les da un plan. Entonces, hace una demagogia antiobrera muy profunda porque enfrenta a los desposeídos con los trabajadores industriales. El problema para el Gobierno es que el trabajador industrial es un sujeto independiente, y los que reciben un plan son dependientes.

- Los sindicalistas también cuestionaron el discurso de la Presidenta.

- Claro, los desafió a que les hagan huelgas a los próximos gobiernos, como diciéndoles a los trabajadores que no tienen derecho a hacerle huelgas a ella. Si un trabajador quiere hacer huelga, lo tiene que decidir el trabajador, no la Presidenta. Yo creo que el mérito que hemos tenido, en especial el PO porque es el partido de izquierda de mayor trayectoria, fue haber logrado que los trabajadores y la juventud distinguiera la izquierda del falso gobierno de izquierda. No fue fácil conseguirlo, requirió mucho análisis, pero nos permitió asentarnos sobre una base importante y muy sólida.

- A partir de la crisis del 2001 se habla de una mayor participación de los jóvenes en la política. ¿Se acercaron también a los partidos de izquierda?

- El acercamiento de jóvenes se dio primero en la izquierda, y cinco años después en el Gobierno con la creación de una juventud adicta. En 2002 por primera vez derrotamos a Franja Morada en la UBA y la dirigimos desde entonces. Nuestra juventud es la que se desarrolla, y ahí es cuando el Gobierno creó La Cámpora para contener el pasaje de la juventud a la izquierda. El discurso tipo izquierdista tiene esa función. Sedujeron a los jóvenes para bloquear a la izquierda.

- La Cámpora, no obstante, no parece tener llegada en la UBA...

- Estos intentos por frenar el crecimiento de la izquierda no sólo se da en la UBA. Nosotros tenemos dos locales por la zona de Palermo hace tiempo, un lugar que también eligió La Cámpora para venir a instalarse. Es algo que nosotros hacemos con mucho esfuerzo y a ellos no les cuesta nada, porque pagan los alquileres con los impuestos que recaudan. La iniciativa del desarrollo de la juventud es de la izquierda. Y en el 2007, fijate cuanto tiempo después, comienza el Gobierno con el discurso de los jóvenes y La Cámpora, para justificar el montaje de una juventud estatizada. La nuestra no es estatizada.

- ¿En qué medidas se refleja esta incoherencia del Gobierno entre el discurso de izquierda con las políticas de derecha?

- Nosotros celebramos la estatización de las AFJP, pero lo que hizo el Gobierno después fue montar una AFJP estatal. Como primera medida, en lugar de otorgarle a los jubilados el 82%, hizo un cálculo para ver cómo se puede mantener una Anses produciendo rendimientos económicos. Y llega a la conclusión que para eso, el 75% de los jubilados tiene que ganar la mínima, y luego ajusta en base a la inflación, de una manera perversa. Busca lograr un superávit para ser aplicado en transacciones financieras y la operación más importante es el pago de la deuda externa. Entonces, ahora el Estado está endeudado con la Anses, cuando antes lo estaba con acreedores internacionales. Es decir, como no está en condiciones de pagar la deuda, se la transfiere a los jubilados, total a ellos no tiene por qué pagárselas. Lo importante es no incurrir en un default con el Citibank.

- ¿Se utilizaron los mismos mecanismos para YPF y los ferrocarriles?

- Totalmente. El caso de YPF es muy claro. Repsol era una empresa débil, por lo tanto, no invertía. Entonces, al estatizarla se salvan todos los inversores privados. Al mismo tiempo, tiene más espalda para habilitar el ingreso de Chevron. En el caso de los ferrocarriles, ¿cómo se explica que Macri haya votado entusiasmado la ley de estatización? Porque el título es estatización pero el contenido es privatización.