Mirador político

Crisis y circo

El dos meses el presidente Javier Milei consiguió dos objetivos inesperados: emprolijar las cuentas fiscales y exponer cómo funciona la “política” nativa. Ambas cosas están conectadas. 

A falta de liderazgo, de propuestas, convicciones e ideas la “política” se hace acá con fondos públicos comprando o “aceitando” voluntades. De la noche a la mañana aparece un “dirigente popular” como Juan Grabois que moviliza activistas y gana espacio con rapidez en el escenario político y los medios. Pero como resultado de la aparición de un nuevo gobierno que no proviene precisamente de “la política” se descubre que es beneficiario de un fondo fiduciario al que se destinaron más de US$1.200 millones en los últimos cuatro años. Una fortuna para “hacer política”.

Apenas el único proyecto que el Poder Ejecutivo mandó al Congreso llegó al capítulo de los fondos fiduciarios una amplia mayoría de diputados lo hundió. Hizo lo que Grabois expresó como un deseo del gobierno de Javier Milei: quiero que se hunda. Ahora en el Senado una amplia mayoría de legisladores kirchnerismtas, peronistas, radicales, provinciales, etcétera, se apresta a hundir el DNU 70. 

Estas obras de demolición anticipan la cerrada oposición del Congreso al ajuste de “la política” que constituye la base del programa del gobierno. Si durante el breve período de sesiones extraordinarias y el receso los legisladores desplegaron esa capacidad obstruccionista, no debería extrañar que pronto sea presentado el primer pedido de juicio político contra el presidente. Milei carece de la cantidad necesaria de legisladores para frenarlo en Diputados o en el Senado. 

Otra revelación de los últimos días fue la de las deudas de las provincias que comprometen la coparticipación. Así como sólo una pequeña parte de la opinión pública estaba al tanto de la existencia y uso de los fondos fiduciarios, otro tanto ocurría con la situación fiscal de varias provincias. ¿Quién sabía antes de que Milei lo dijera que el gobierno de La Rioja que acaba de defaultear su deuda contrataba cantantes por cientos de miles de dólares?

Este desquiciamiento de la “política” que alcanzó su apogeo durante la campaña electoral pasada se da en el marco de una crisis monetaria y fiscal extrema. Desde el primer día el Ejecutivo envió el mensaje “no hay plata” y se ciñe a él. Si hiciera una excepción con Chubut que amenazó con cortar el suministro de petróleo a todo el país el ajuste en marcha se derrumbaría y perdería credibilidad ante sus propios votantes. ¿Por qué darle a un gobernador lo que se niega a millones de jubilados?

En síntesis, todo se reduce a una pelea por fondos en el marco de una crisis condicionante en la que la chequera la tiene el gobierno nacional. Políticos, sindicalistas, piqueteros y otros beneficiarios del “statu quo” encabezan una fuerte oposición que pone en duda la gobernabilidad.

A esto debe añadirse una sensación de caos institucional porque el presidente “hace política” por las redes, generando un circo mediático, exponiendo a sus adversarios y escalando un enfrentamiento que hoy es de final incierto. Una situación inédita generada por un proyecto de cambio real.
Epílogo para radicales: “Todo taller de forja parece un mundo que se derrumba” (Hipólito Yrigoyen).