De qué se habla hoy­

Covid-19 y una llegada­ del verano para temer­

 

"Sí, cansa mucho ser un pestífero. Pero cansa más no serlo. Por eso hoy en día todo el mundo parece cansado, porque todos se encuentran un poco pestíferos...Negaba que hubiéramos sido aquel pueblo atontado del cual todos los días se evaporaba una parte en las fauces del horno, mientras la otra, que cargaba con las cadenas de la impotencia, esperaba su turno". El genio de Albert Camus, en La Peste" acertaba sin saberlo esta sensación que sacude al mundo del siglo XXI, tal vez influido por otras pandemias, por otros castigos universales. Hay en aquel texto una gran verdad: hoy todos nos sentimos un poco "pestífreros" (apestados) por un virus del que seguimos sin saberlo todo, pero que ha logrado someternos y ya acabó con la vida de mas de un millón trescientos mil seres humanos.

El covid-19 es un pariente de otros virus que llevan años golpeándonos pero sin tanta saña, que aún no tiene ni una fecha ni un lugar de nacimiento certificado ya ahora aseguran que andaba por Italia a fines de 2019 lo que pone en duda su origen en una ciudad de China. El mundo cambió, nuestras costumbres cambiaron y cada día que pasa los hombres y mujeres tienen mayor necesidad de reencontrar ese calor afectivo que los vuelva a unir, pero al que no se atreven porque la desconfianza les ha puesto un traje nuevo y los ha llenado de miedos y dudas. Pocos son lo que confían en discursos y protocolos, en diagnósticos y recomendaciones. Vivimos inmersos en el desconcierto que nos produce una información que nos llega sesgada o manipulada desde el Gobierno, las empresas farmacéuticas, los intermediarios y los expertos convertidos en voceros del poder sin importarles su hasta casi bien ganado prestigio. Esperamos las vacunas como un milagro pero sabiendo que los milagros no existen y la cantidad de versiones que los llegan confunden beneficios de la vacunación con la sospecha de negociados. Se habla de fechas, el propio presidente aseguró que en diciembre se comenzaba a vacunar en el país, cosa que hasta los fabricantes se encargaron de desmentir para no generar más falsas expectativas.

Es tal el clima de desconfianza que hasta el origen de la vacuna abrió una grieta entre la derecha y la izquierda. La vacuna rusa fue atada a la siniestra sombra de Putin, la china a la política imperialista roja y la norteamericana a la locura poco medida de Trump. Convirtieron al antídoto del covid-19 en una trofeo de guerra, que tal vez lo sea, pero en todo caso, para los laboratorios que estarán a cargo de su fabricación.

Sin saberlo realmente todos opinan que una hay que mantenerla a menos 70 grados bajo cero, que una es solo una dosis, que una sola tiene el virus  y las otras son artificiales, que no ay  pruebas suficientes para saber sobre la efectividad de cada una y más y más desinformación callejera estimulada por algunos medios que prefirieron andar este camino que advertirnos sobre el drama económico y social que nos espera en 2021.

Esta peste le servirá al oficialismo para evitar las PASO del próximo año que pondrían en peligro sus números parlamentarios. Los que hoy piden suspender esa elección son los mismos que obligaron a realizarlas al anterior gobierno que quería suspenderlas para ahorrar ese gasto. Este año el ahorro sería de 17.171.091.891 pesos de acuerdo al proyecto de Presupuesto enviado en estos días por el Poder Ejecutivo al Congreso, pero la razón de la suspensión no sería económica sino política.

La pandemia en nuestro país es un drama pero también un instrumento que la política está usando de manera arbitraria y casi sádica. Habilitan los casinos del sur pero no los colegios, mantienen a la gente encerrada, permiten que se cierren miles y miles de fuentes de trabajo y arreglan con los sindicalistas de siempre para que no le rompan la calle. A la anterior gobernadora bonaerense los docentes le hicieron decenas de paros y se negaron a aceptar un ajuste del 34 por ciento y negaban que fuera por presión política. En esta nueva administración no solo o hacen paros, aceptarían un 15 por ciento y se niegan a comenzar las clases porque la estrategia sigue siendo la misma: la educación no debe ser una prioridad. Y si no.que expliquen por qué cerraron hasta las escuelas rurales con quince alumnos. El mundo habilitó las clases menos nosotros.

Ahora, con el comienzo de las vacaciones hacen crecer la incertidumbre con protocolos poco claros y lo que es peor, no dicen cómo van a hacer para controlar que se cumplan. Los municipios turísticos de la provincia de Buenos Aires casi obligaron a Axel Kicillof para que abra la temporada "sí o sí" porque en algunas localidades la situación ya es dramática y no da para más. Si no hubiera temporada el 2021 traería un drama social incontrolable y aún así nadie puede asegurar un éxito turístico.

La vacuna no llegará a tiempo, sobre todo si hay que tener en cuenta que entre una y otra dosis en muchos casos deben pasar 21 días. El panorama no es el más optimista posible y el cansancio, el agobio, los cambios de hábitos han llevado a la gente a límites de su propia coherencia. Eso es peligroso. Será una tarea titánica del Gobierno recomponer este clima social y alcanzar la visión que el propio Sartre definió en su clásico: "La peste no era para ellos más que un visitante desagradable que tenia que irse algún día, puesto que algún día había llegado". Ojalá lleguemos a pensar así,sin el miedo que nos inyectan cada día antes del pinchazo final de una vacuna aliviadora.­