Correr en la cinta vs correr al aire libre
Correr es una de las formas más accesibles para realizar ejercicio cardiovascular, por su simplicidad y efectividad. Sin embargo, surge una pregunta común entre corredores ¿es mejor correr en cinta o al aire libre? Ambas opciones ofrecen beneficios únicos, pero también presentan ciertos inconvenientes o desafíos que deberás tener en cuenta al momento de elegir la modalidad, dependiendo de tus objetivos, estilo de vida, condiciones físicas y preferencias personales.
Para ayudarte a decidir, te comento algunas características de cada método.
Correr en cinta: permite ajustar la velocidad, inclinación y duración con precisión, lo que resulta ideal para entrenamientos específicos y progresivos. Reduce el impacto en rodillas, tobillos y articulaciones ya que suelen ser acolchadas y tienen amortiguación. No tendrás que preocuparte por el tránsito, obstáculos ni superficies irregulares, por el clima, la oscuridad o la inseguridad. Es perfecta para quienes tienen horarios limitados. Podrás cambiar de ritmo con facilidad, ya que se puede programar para que varíe automáticamente. Por otro lado, es importante saber que el trabajo muscular es menor ya que, al moverse la banda, usarás menos algunos músculos estabilizadores. La falta de estímulo visual puede resultar monótono o aburrido, y en ocasiones desmotivante. Para esta opción necesitas acceso a un gimnasio o tener una cinta en casa.
Correr al aire libre: al realizarse en parques, calles, pistas o senderos naturales, ofrece mayor variedad visual y sensorial, resultando una actividad más motivadora. Se logra trabajar más músculos, especialmente en terrenos irregulares. Es gratis y accesible en casi cualquier lugar. Sin embargo, su práctica dependerá del clima y de la seguridad del entorno. Cuanto más duro es el terreno es más agresivo para las articulaciones, genera mayor impacto al utilizar superficies duras o inestables. Recomiendo elegir superficies blandas. También depende de las condiciones climáticas, el calor, el frío, la lluvia que pueden dificultar o impedir correr. Puede ser difícil mantener un ritmo constante, tendrás menos control debido a la presencia del tránsito, semáforos, desniveles, etc.
No existe una opción universalmente mejor. Correr en cinta es ideal para quienes buscan control y comodidad, mientras que correr al aire libre puede ser más estimulante y completo físicamente. Lo ideal es combinar ambas modalidades según tus objetivos, el clima y tu disponibilidad. Como siempre recomiendo, es fundamental contar con un apto físico, el acompañamiento de profesionales que diseñarán un entrenamiento adaptado a tus objetivos, una alimentación saludable, hidratarse antes, durante y después de realizar actividad física y dormir las horas necesarias para lograr un buen descanso. Usar buenas zapatillas de correr prestando siempre atención a su desgaste, el cual puede evidenciar una mala pisada, que sugiere la consulta con un ortopedista.
Claudio V. Penna
Prof. Nac. de Educación Física
Ig: @lospenna
