Con mujeres como hilo conductor

Cerró el Festival de San Sebastián destacando historias de emancipación. En un palmarés netamente femenino sobresalieron la Concha de Oro a la directora rumana Alina Grigore por 'Blue Moon', y la de Plata a la danesa Tea Lindeburg por la dirección de 'As in Heaven'.

San Sebastián (EFE) - El deseo de emancipación femenina en contextos hostiles es el hilo conductor del palmarés más feminista de la historia del Festival de San Sebastián, que ayer entregó su Concha de Oro a la película rumana `Blue Moon', ópera prima de la también actriz Alina Grigore (Bucarest, 1984).

El jurado presidido por Dea Kulumbegashvili -ganadora el año pasado con `Beginning'- reconoció su "compromiso con el lenguaje cinematográfico'', su valentía y su manera de plasmar "el fantasma de la libertad y el lado salvaje de la vida''. La Concha de Plata a la Mejor Dirección para la danesa Tea Lindeburg por `As in Heaven', y el Premio Especial del Jurado para la francesa Lucile Hadzihalilovic por `Earwig' completan el trío de los premios principales con nombre y temática femenina en el certamen. Además, el premio a la Mejor Actuación Protagónica, que se estrenaba en su modalidad única sin distinción de género, se concedió ex aequo a la estadounidense Jessica Chastain, por su papel de predicadora en `Los ojos de Tammy Faye', y a la danesa Flora Ofelia Hofmann por `As in Heaven'.

El único premio hispano del palmarés oficial fue para el grupo de adolescentes españoles protagonistas de `Quién lo impide', de Jonás Trueba, Concha de Plata a la Mejor Actuación de Reparto en ese retrato generacional de sus vidas, a caballo entre el documental y la ficción y registrado durante más de cinco años.

En la sección Horizontes latinos el premio fue también para otra mujer, la mexicana de origen salvadoreño Tatiana Huezo por `Noche de fuego', una historia sobre la infancia y la maternidad ante la violencia en un pueblo de México, que también conquistó el premio AECI Cooperación Española y el Otra Mirada de RTVE. ­

TRAMAS­

 

Alina Grigore, quinta directora que gana la Concha de Oro en la historia, convenció al jurado con un filme de atmósfera opresiva e irritante ambientado en la Rumania rural, cuya trama sigue la evolución psicológica de una joven que sueña con escapar de su familia disfuncional y de un entorno violento. Admiradora de cineastas como Yorgos Lanthimos o el rumano Cristi Puiu, con quien ha trabajado como intérprete, Grigore opta por una narrativa arriesgada y ambivalente, con largos planos secuencia filmados cámara en mano y pegada a la protagonista.

Con una temática similar pero algo más convencional en su narrativa, Lindeburg (Copenhague, 1977) conquistó la Concha de Plata a Dirección con otra ópera prima, en su caso un filme ambientado en la Dinamarca rural de finales del siglo XIX. Lindeburg aporta una mirada original al introducir elementos oníricos en un drama de época.

El Premio Especial del Jurado fue para un perturbador cuento gótico, `Earwig', de la francesa hija de emigrantes bosnios Lucile Hadzihaililovic, quien se llevó el mismo galardón en este certamen en 2015 con `Evolution' por su especial forma de narrar.