El actor habló con La Prensa al término de una de las funciones en el Paseo La Plaza

“Con esta obra encontré mi nirvana”

Facundo Arana atraviesa un inmejorable momento profesional de la mano de su unipersonal, ‘En el aire’, que ya lleva más de diez años de recorrido.


Las luces de la sala Pablo Picasso del Paseo La Plaza ya están prendidas. Sólo quedan algunos acomodadores y gente del público que se rehúsa a abandonar el lugar, con la esperanza de que el protagonista aparezca nuevamente. Entre ellos hay una mujer que celosamente cuida una bolsa con regalos que tienen un sólo destinatario: Facundo Arana.

Por lo que se ve cuando el actor se hace presente, hay confianza entre ambos, ya se conocen. Ella es una fanática de esas que siguen a su ídolo a donde vaya y ésta función de ‘En el aire’ no iba a ser la excepción. Apenas aparece Facundo se saludan cálidamente y rápidamente se improvisa una sesión de fotos. Pero una sola no era suficiente. Ella exige una con ambos sentados en las butacas ya vacías, pedido que Arana cumple sin chistar, a sabiendas que es ese público fiel, el que cada jueves a las 22, colma la sala y el que le permite seguir viviendo de lo que ama.

Aún en las nubes por haber sido ovacionado de pie, Facundo se presta para una charla con La Prensa, en la que reflexiona sobre el éxito de su unipersonal dirigido por Manuel González Gil, que ya lleva más de diez años de recorrido y que surgió luego de casi perder la vida en el Everest, hasta donde llevó su mensaje de concientización sobre la donación de sangre.

El actor enarbola esa bandera siempre que puede -y también lo hizo post-función- en honor a su milagrosa recuperación de la leucemia que tuvo en su adolescencia. “Hace rato que ya no le pido más a la vida”, expresó Arana, quien junto a la ex modelo, María Susini tiene tres hijos en común, India, Yaco y León.

Mientras conversamos, afuera hay todavía un tendal de admiradoras que lo esperan cámara en mano, para poder retratarse con el galán que aún lasenamora.

“Es el mismo saxo con el que yo tocaba en el subte, cuando era una página en blanco”, relató Arana.

ALGO MAGICO

-¿Se imaginaba que ‘En el aire’ sería un fenómeno que iba a sostenerse por más de diez años?

-No nos imaginábamos, pero vos pudiste ver el cuento, esta historia es tan poderosa y está hecha con toda el alma. Fue una flor de loto que salió de una cuasi tragedia, entonces fue un corolario hermoso. A veces las cosas no salen como uno espera, pero se puede esperar que de eso que uno no esperaba, salga algo mágico. Yo de esa experiencia en el Everest en 2012, me casé con mi compa (Susini) en Nepal, que no hubiera ocurrido porque ella no iba a viajar para allá, y después cuando volví apareció esta obra. La verdad es que no, no me imagino nunca nada de once años de duración. Ni siquiera mi imagino que voy a estar vivo en once años.

-¿Qué da más vértigo la cima del Everest o salir a escena sabiendo que es el único actor que sostiene toda la obra?

-Lo que pasa es que es un camino recorrido desde tan atrás porque esta conversación no la hubiera podido tener nunca en la vida, me podía llegar a desmayar, me daban palpitaciones y ni siquiera probaba, yo ya sabía que era así. Tuve una timidez absoluta durante toda mi infancia y adolescencia, entonces todo esto es demencial, es un montón. No es haber ido de cero a cien, es haber ido de menos cero a cien y a mí me gusta así la vida.

-¿Qué le da el teatro que no le da el cine o la televisión?

-El teatro te da una posibilidad técnica porque es como si uno ensayara una película setecientas veces antes de filmarla. Yo ya hice esta obra setecientas veces o mil, ya perdí la cuenta. Entonces lo que hay acá es producto de muchos años de estudio, de esfuerzo, de afinarla cada vez más entonces es muy maravilloso poder tener este resultado y poder compartirlo con el público, porque además, cuando algo está bien añejado y está trabajado durante muchos años...pensá que yo tenía cuarenta cuando empecé a hacer esta obra.

“No le puedo pedir más a la vida. Hace mucho rato que no le pido más”.

-Durante la obra se rompe la cuarta pared, ¿se sigue maravillando por la complicidad del público?

-Totalmente. Yo vine a esta misma sala a ver a Gerardo Romano hacer ‘Sexo, droga y rock and roll’ hace muchísimos años con alguien muy amado, nos sentamos en una de las butacas. Gerardo estaba haciendo un unipersonal, en la época que salía en Playboy y tantos años después de eso que me marcó, estar haciendo acá mismo esta obra de éste calibre técnico y artístico, es increíble. Esta obra te pide todo, todo lo que puedo dar, está puesto sobre el escenario y todas las técnicas porque hay cosas que se presentan de cuerpo y alma y otras que se sugieren. Esta es una obra en la que se sugieren cuerpos, almas, ideas, están todas las artimañas y las herramientas, los artilugios mágicos y técnicos puestos al servicio de que vos puedas ver todo eso, todo el tiempo.

GOLPE DE SUERTE

Corría el año 1992 y Facundo sabía que su destino no era estar encerrado en una oficina. Con ese impulso se fue con su saxo a tocar en la estación de subte D y fue allí que un productor lo descubrió y le ofreció un casting para una novela. Ahora en ‘En el aire’, en la piel del locutor de radio, Marcos, el instrumento también cobra protagonismo: “Es el mismo saxo con el que yo tocaba en el subte, cuando era una página en blanco llena de preguntas, mirando hacia adelante y pensando en qué iba a pasar. Fue un momento muy fuerte, vivido con mucho amor y esto es fruto de todo aquello”.

-¿Qué balance hace de su carrera hasta el momento?

-No todos los artistas tienen a lo largo de su carrera, la suerte de encontrar su nirvana. Este es mi nirvana, es lo que me permite decir que llegué a donde yo quería y mucho más lejos de lo que alguna vez soñé. Encontré mi nirvana y además fui parte de la puesta en marcha de la obra. Y no sólo eso, sino también trabajar con artistas como Manuel González Gil, que parecen alquimistas, hechiceros, te lo juro, entonces cuando miro para atrás veo todo eso. Yo ahora vengo de mi casa por ejemplo, estuve tomando mate con mi familia a la tarde, los veo a todos sonrientes, estamos todos brutalmente bien, estamos todos con salud y encima me vengo acá al teatro a hacer lo que amo y ahora me voy y cuando llego los voy a encontrar durmiendo. Y mañana arrancamos el día todos juntos otra vez, no le puedo pedir más a la vida. Hace mucho rato que no le pido más a la vida.

-Ahora va a participar como villano en la tira ‘Buenos chicos’ de El Trece, ¿extrañaba la tele?

-Me divierte mucho la tele, no es que la extrañaba pero siento como que vuelvo a tomar mate con mis amigos técnicos, nos conocemos todos desde hace muchos años. Entre escena y escena el de atrás de cámara capaz que me hace un chiste y eso es maravilloso, no extraño nada porque estoy en todo. No tengo que estar metido veinte horas para sentir que estoy en algo. Capaz hago veinte escenas en un día y siento que no estoy oxidado.