Cepo al Estado

A sabiendas de que su principal base electoral está compuesta por jóvenes, consumidores de la imagen en sus más diversos soportes, Javier Milei montó el show. El pasado domingo transformó un trámite parlamentario como es la presentación del Presupuesto, generalmente encabezada por el ministro de Economía, en un empalagoso acto de fuertes ribetes ideológicos. Quedó pegoteado en su propio almíbar.

En el Congreso de la Nación, y frente a los legisladores y miembros del Gabinete, el presidente explicó en su discurso lo que ya todos sabían: el sesgo del Presupuesto 2025 tendrá como eje el recorte del gasto público con el único y celoso objetivo de conservar el equilibrio fiscal.

El líder libertario, que tuvo tiempo también para aguijonear a la oposición con sus ironías, fue claro: si la recaudación es positiva, se bajarán impuestos; si falta plata, habrá más ajuste.

El equipo económico privilegiará el ahorro para honrar la deuda externa y mantener equilibradas las cuentas públicas. Es a todas luces un cambio de lógica en la manera de pensar la administración pública. Lo difícil es aplicarla sobre una sociedad que tiene aproximadamente 50% de pobreza, casi 20% de indigencia y un elevado empleo en negro. ¿Qué pasa cuando se establece el modelo sobre pobres y jubilados que ganan $300.000? ¿Cómo se hace para sostener esa disciplina fiscal sobre el hambre de un sector frágil de la población? ¿Cuánto tardará en producirse el sano derrame de la economía?
Afilados para la réplica veloz en las redes sociales, a los libertarios se les escapó la tortuga en el segmento comunicación. Organizar un asado en la Quinta de Olivos, donde cada uno de los asistentes pagó su cubierto, apenas unos días después de haber vetado el aumento a los jubilados es dar una muestra de insensibilidad mayúscula. Ignoran el universo de lo simbólico o, tal vez, ni siquiera les importe.

LA BASE

La política económica, que busca poner orden en el desbarajuste que dejó la gestión kirchnerista, se apoya en algunos pilares que exhiben una singular robustez. Uno de ellos es el superávit fiscal primario, que encadenó su noveno mes consecutivo en verde. El torniquete está arrojando resultados.

Los números son elocuentes: Argentina registró en agosto un superávit fiscal primario de $ 899.660 millones (914,7 millones de dólares), frente a un resultado negativo en igual mes de 2023 de $ 36.964 millones. Otro de los puntos es el superávit comercial, que el jueves exhibió un total de u$s 1.963 millones.

La explicación del resultado positivo está dada en una recesión que afecta al sector productivo y provocó una caída de casi el 30% en materia de importaciones. Las fábricas se mueven poco y trabajan al 60% de la capacidad instalada.

Son señales que permiten abordajes diversos. La salud de los números fiscales se recuesta en una política que ha hecho de la motosierra un dogma. En esto va el recorte de fondos para todo tipo de áreas estatales, que incluye a aquellas que son un negocio de la política pero también a las otras, las vitales como la investigación científica.

La confianza abunda en las filas del Gobierno. "En los próximos años no habrá país en el mundo que tenga tanto éxito como la Argentina", proyectó el flamante viceministro de Economía, José Luis Daza, como si se tratase de un oráculo.

Otros números no dan tan bien. Por ejemplo, la actividad económica se desplomó 3,4% durante el primer semestre. Hilando fino entre los sectores, tan sólo el agro pudo exhibir números para la envidia. El resto hizo lo que pudo, afectados sobremanera por la fuerte caída del consumo en todas sus formas. De hecho, la consultora Scentia difundió un documento que resalta la merma del 17,2% interanual en las ventas de supermercados y autoservicios, todo un termómetro de lo que la sociedad padece hoy en día.

En su objetivo supremo de bajar la inflación, el equipo económico ha logrado sofocar el proceso desde las alturas del 25% registrados a comienzos del año, pero parece haber llegado a un piso difícil de perforar. Van dos meses consecutivos con el IPC (Indice de Precios al Consumidor) oscilando en torno al 4%.

Un dato alentador es que la inflación mayorista de agosto dio 2,1%, un guarismo que se acerca mucho a lo que sueñan en el edificio de Hipólito Irigoyen. 

DESEMPLEO

Que el ajuste y la recesión iban a pegar por el lado del empleo no era ninguna novedad. El jueves el Indec difundió el dato oficial, que arrojó una desocupación del 7,6% en el segundo trimestre, con una mínima variación con respecto al primero.

Al momento de desmenuzar las cifras surge lo precario del escenario laboral. Entre abril y junio los puestos de trabajo asalariado formal (trabajadores en relación de dependencia registrados) en las principales ciudades del país cayeron en 100.000, a 6,2 millones, mientras que los empleos asalariados pero informales (no registrados) crecieron en 100.000, a 3,6 millones. El trabajo en negro ya afecta al 36,4% de los asalariados en Argentina.

La crisis también azuzó el cuentapropismo en todas sus versiones, segmento que creció de 3,3 millones de personas a 3,5 millones. En la Ciudad de Buenos Aires el flagelo también se hace sentir: la tasa de desocupación creció del 6,8% al 7,3% en el segundo trimestre de 2024, su nivel más alto en dos años.

Un informe elaborado por la consultora GhidiniRodil destaca que "el mercado laboral mantiene en general características similares al primer trimestre del año, con una demanda estable, con algunas pausas, desvinculaciones muy selectivas y marcadas diferencias sectoriales. Con pocas industrias con demanda laboral genuina, como la agroindustria, la minería y tecnología”.

"En el primer semestre del año se perdieron 171.000 puestos de trabajo registrados, entre empleo público y privado. En el primer trimestre del 2024 la destrucción resultó en 122.000 empleos y en el segundo trimestre fue de 46.000”, concluye el paper.

Un estudio rubricado por la economista Laura Caullo, del Ieral de la Fundación Mediterránea, echa más luz sobre el asunto y revela que sólo tres provincias exhiben un crecimiento en el empleo registrado en lo que va del año. Ellas son Neuquén (3,4%), Salta (2,4%) y Tucumán (0,2%). En la otra punta, Formosa padece un retroceso del 18%.

El clima recesivo ha obligado a que los sectores protagonistas de la economía, tal el caso de la industria, deban prescindir de personal. El efecto se les volvió en contra como un búmeran. De hecho, la Unión Industrial Argentina advirtió que en agosto se notificaron 13.750 nuevos juicios a las Aseguradoras de Riesgos del Trabajo (ART), con lo cual se acumularon un total de 81.709 demandas en 2024. Los juicios laborales crecieron 25% este año, con fuerte impacto entre las Pequeñas y Medianas Empresas.

RESPALDO

El hartazgo hace milagros. Una sociedad escaldada por los fracasos económicos puede ser capaz de dar un giro de 180 grados y, tal como lo vimos, escoger una administración por completa diferente en su esencia a lo que representaban sus antecesores. La Libertad Avanza es el emergente de ese estado de descontento que ha llevado a la Argentina a vivir una nueva experiencia liberal.

El cansancio tras tantas promesas fallidas es la explicación al fuerte respaldo que el Gobierno conserva pese a estar ensayando uno de los ajustes más severos de la historia económica argentina. Los números, una vez más, son elocuentes.

El informe Argentina Believer, realizado por la consultora política Isasi-Burdman, revela que Javier Milei mantiene una aprobación del 52%, mientras que el 53% de los consultados apoya la gestión de gobierno. Lo que queda en claro también es que la figura del presidente de la Nación es la que genera un singular atractivo ya que su cuerpo de legisladores nacionales, por el contrario, tiene una imagen negativa del 56%.

Por otra parte, el 59% de las personas entrevistadas acuerdan con la idea de que Milei recibió la peor herencia económica de los últimos 40 años de democracia.

En temas clave como la inflación, la inseguridad, la corrupción y la recuperación económica, prima la visión negativa del estado actual de las cosas pero se imponen con casi el 50% los que confían en el rumbo del Gobierno.

Entre otras cosas, de 15 iniciativas de gobierno, la única que recibió una condena del 58% fue el veto presidencial a la Ley de Movilidad Jubilatoria, que se traduciría en un incremento en los haberes de los mayores.

El estudio realizado sobre 2.040 casos mayores de 16 años arroja a manera de conclusión que la imagen de Milei sigue superando los 50 puntos y que pese a que el escenario es negativo y preocupante, los discípulos de la Libertad Avanza eligen creer en el rumbo elegido.

Recién han transcurrido nueve meses de gobierno libertario e impacta el cambio de orientación en la agenda. La desregulación, la apertura de la economía y la salida del cepo cambiario serán todos eslabones de un encadenamiento de sucesos que veremos más temprano que tarde en esta Argentina incierta.