Espectáculos
Cannes conmovido por lo nuevo de Cronenberg y la antorcha olímpica
El realizador presentó un filme perturbador sobre la descomposición de los cuerpos. Si bien la mayor atención la concitaron Catherine Deneuve y la presencia de destacados deportistas sobre la alfombra roja, el estreno de 'The Shrouds' fue tema de conversación.
El paso de la llama olímpica por la alfombra roja de Cannes convocó a decenas de fotógrafos y curiosos frente al Palacio de Festivales.
La llama olímpica de París 2024 fue la gran estrella este martes -con permiso de Catherine Deneuve- de la alfombra roja del Festival de Cannes, al hacer su aparición en la Croisette para subir los famosos 24 escalones del Palacio de Festivales, portada por deportistas franceses.
Como si de una actriz de Hollywood se tratara, la antorcha desató los flashes de decenas de fotógrafos y la emoción de los curiosos que se acercaron al corazón del festival para el estreno de la película 'Marcello mio', con Deneuve -la única potencial rival de la llama en toda la jornada en cuanto a expectativa-, y del documental 'Olympiques! La France des Jeux' (Mickael Gamrasni).
La llama apareció en escena transportada por el atleta paralímpico Arnaud Assoumani, quien tiene cuatro medallas en su palmarés, en una fecha en la que se cumplen exactamente 99 días para la campana de largada de los Juegos Paralímpicos, que se celebrarán del 28 de agosto al 8 de septiembre.
Le dieron la réplica otros tres deportistas paralímpicos: el triatleta Alexis Hanquinquant, la kayakista Nélia Barbosa y la ciclista Marie Patouillet. La llama pasó a continuación por las manos de la atleta Marie-José Perec, del judoca Thierry Rey y de la jugadora de básquet Iliana Rupert para el momento más esperado de la tarde: el del ascenso de los escalones, que se produjo mientras sonaba la banda sonora de la película 'Carrozas de fuego'.
De esmoquin, como manda el protocolo, también desfiló junto a ellos Tony Estanguet, el presidente del Comité Organizador de los Juegos Olímpicos de París 2024. La comitiva completa fue recibida en la entrada del Palacio de Festivales por la presidenta del Festival de Cannes, Iris Knobloch, y el director artístico, Thierry Frémaux. Aunque inicialmente no estaba previsto en el recorrido -la llama recorrerá esta zona de la Costa Azul francesa en junio-, fue Estanguet el que sugirió llevar la antorcha al icónico festival aprovechando el estreno del documental de Gamrasni, según apuntó Frémaux en una rueda de prensa durante la apertura del certamen.
Todos juntos se hicieron finalmente las fotos de rigor en lo alto de la escalera alfombrada.
LIBERAR EL DOLOR
El fallecimiento de su mujer hace siete años llevó a David Cronenberg a creer que no volvería a hacer cine pero no fue así y ahora con 'The Shrouds', presentada ayer en la competencia de Cannes, ha hecho una especie de ejercicio para liberarse del dolor que esa pérdida le provocó.
Una película que, podría decirse, perturbó al festival con su idea de introducir cámaras en los féretros de los seres queridos para ver cómo se descomponen. "Algunos planos son desasosegantes", reconoció en rueda de prensa uno de los protagonistas, Vincent Cassel. "El filme es como un sueño o una pesadilla", agregó el actor francés, para quien "cada persona tiene su propia manera de afrontar el dolor y la pérdida del ser amado; parece loco llegar a esos limites, pero son las cosas que hacemos cuando no podemos lidiar con la realidad".
'The Shrouds' cuenta cómo Karsh (Cassel) no puede superar la muerte de su mujer, Becca (Diane Kruger). Y es el dueño del cementerio en el que está enterrada, un lugar de alta tecnología, que en cada féretro instala una cámara que transmite en directo la descomposición de los cuerpos, ya sea al teléfono celular o a una pantalla instalada en la lápida. Su obsesión le lleva a empezar a construir teorías conspiranóicas sobre el trato que sufrió su mujer en el hospital y en ello implica a la hermana gemela de la fallecida. En realidad, apuntó Cassel, "es una poética historia de amor y creo que tiene algo de esperanza al final".
GRAN ESTRELLA
Hay que admitir que sólo la aparición de Catherine Deneuve en la Croisette se acercó al entusiasmo que despertó la antorcha olímpica, cuando paseó vestida con un traje de pantalón y chaqueta negros, adornada con un escote de motivos florales. Junto a ella -y también de negro, pero con un vestido- llegó su hija Chiara Mastroianni, quien protagoniza la aspirante a la Palma de Oro 'Marcello mio', que se iba a estrenar a continuación. Se trata de un proyecto especial para ella por ser una suerte de homenaje a su padre, el actor Marcello Mastroianni, dirigido por el francés Christophe Honoré.
Además de Deneuve, Chiara Mastroianni y del realizador, también desfilaron por la alfombra roja otros miembros del equipo de esta comedia francoitaliana, como el intérprete francés Melvil Poupaud y el cantante y actor Benjamin Biolay (expareja de la actriz protagonista). El pase de gala también contó con otros invitados de renombre, como el actor estadounidense Matt Dillon o el director francés Daniel Auteuil.
Como si de una actriz de Hollywood se tratara, la antorcha desató los flashes de decenas de fotógrafos y la emoción de los curiosos que se acercaron al corazón del festival para el estreno de la película 'Marcello mio', con Deneuve -la única potencial rival de la llama en toda la jornada en cuanto a expectativa-, y del documental 'Olympiques! La France des Jeux' (Mickael Gamrasni).
La llama apareció en escena transportada por el atleta paralímpico Arnaud Assoumani, quien tiene cuatro medallas en su palmarés, en una fecha en la que se cumplen exactamente 99 días para la campana de largada de los Juegos Paralímpicos, que se celebrarán del 28 de agosto al 8 de septiembre.
Le dieron la réplica otros tres deportistas paralímpicos: el triatleta Alexis Hanquinquant, la kayakista Nélia Barbosa y la ciclista Marie Patouillet. La llama pasó a continuación por las manos de la atleta Marie-José Perec, del judoca Thierry Rey y de la jugadora de básquet Iliana Rupert para el momento más esperado de la tarde: el del ascenso de los escalones, que se produjo mientras sonaba la banda sonora de la película 'Carrozas de fuego'.
De esmoquin, como manda el protocolo, también desfiló junto a ellos Tony Estanguet, el presidente del Comité Organizador de los Juegos Olímpicos de París 2024. La comitiva completa fue recibida en la entrada del Palacio de Festivales por la presidenta del Festival de Cannes, Iris Knobloch, y el director artístico, Thierry Frémaux. Aunque inicialmente no estaba previsto en el recorrido -la llama recorrerá esta zona de la Costa Azul francesa en junio-, fue Estanguet el que sugirió llevar la antorcha al icónico festival aprovechando el estreno del documental de Gamrasni, según apuntó Frémaux en una rueda de prensa durante la apertura del certamen.
Todos juntos se hicieron finalmente las fotos de rigor en lo alto de la escalera alfombrada.
LIBERAR EL DOLOR
El fallecimiento de su mujer hace siete años llevó a David Cronenberg a creer que no volvería a hacer cine pero no fue así y ahora con 'The Shrouds', presentada ayer en la competencia de Cannes, ha hecho una especie de ejercicio para liberarse del dolor que esa pérdida le provocó.
Una película que, podría decirse, perturbó al festival con su idea de introducir cámaras en los féretros de los seres queridos para ver cómo se descomponen. "Algunos planos son desasosegantes", reconoció en rueda de prensa uno de los protagonistas, Vincent Cassel. "El filme es como un sueño o una pesadilla", agregó el actor francés, para quien "cada persona tiene su propia manera de afrontar el dolor y la pérdida del ser amado; parece loco llegar a esos limites, pero son las cosas que hacemos cuando no podemos lidiar con la realidad".
'The Shrouds' cuenta cómo Karsh (Cassel) no puede superar la muerte de su mujer, Becca (Diane Kruger). Y es el dueño del cementerio en el que está enterrada, un lugar de alta tecnología, que en cada féretro instala una cámara que transmite en directo la descomposición de los cuerpos, ya sea al teléfono celular o a una pantalla instalada en la lápida. Su obsesión le lleva a empezar a construir teorías conspiranóicas sobre el trato que sufrió su mujer en el hospital y en ello implica a la hermana gemela de la fallecida. En realidad, apuntó Cassel, "es una poética historia de amor y creo que tiene algo de esperanza al final".
GRAN ESTRELLA
Hay que admitir que sólo la aparición de Catherine Deneuve en la Croisette se acercó al entusiasmo que despertó la antorcha olímpica, cuando paseó vestida con un traje de pantalón y chaqueta negros, adornada con un escote de motivos florales. Junto a ella -y también de negro, pero con un vestido- llegó su hija Chiara Mastroianni, quien protagoniza la aspirante a la Palma de Oro 'Marcello mio', que se iba a estrenar a continuación. Se trata de un proyecto especial para ella por ser una suerte de homenaje a su padre, el actor Marcello Mastroianni, dirigido por el francés Christophe Honoré.
Además de Deneuve, Chiara Mastroianni y del realizador, también desfilaron por la alfombra roja otros miembros del equipo de esta comedia francoitaliana, como el intérprete francés Melvil Poupaud y el cantante y actor Benjamin Biolay (expareja de la actriz protagonista). El pase de gala también contó con otros invitados de renombre, como el actor estadounidense Matt Dillon o el director francés Daniel Auteuil.