Siete días de política

Campaña con dólar movido y oposición no K desorientada

Turbulencias electorales: Milei pulseó con los bancos y el dólar rozó el techo de la banda. El viernes, el Gobierno parecía haber controlado el fuego. Hay opositores que no saben dónde ponerse.

A poco más de 30 días de la crucial votación en la provincia de Buenos Aires las dificultades del Gobierno se agravaron en dos frentes: el cambiario y el electoral. En el primero, a causa de un fuerte aumento del dólar que se acercó al límite superior de la banda establecida tras la salida del cepo. Las causas del remezón son variadas, las explicaciones de políticos y economistas, también.

Según los que conocen el mercado, la trepada se disparó porque el equipo económico intentó eliminar un tipo de deuda (cambiando Lefis por Lecaps) que había representado un negoción para los bancos. A partir de ese momento, se desató un tironeo que terminó con los bancos reteniendo pesos y cambiándolos por dólares lo que disparó la cotización.

Políticos, periodistas, economistas y opinadores antiliMilei reaccionaron como era previsible. Después de haberse quejado durante meses del “atraso” cambiario, hablaron de apocalipsis apenas el dólar comenzó a acercarse a un precio cercano al que habían pedido.

Por su parte, Javier Milei responsabilizó de lo que sucedía al horror que infunde el kirchnerismo (“riesgo kuka”) en los mercados y hasta a Victoria Villarruel que ya no dispone ni del poder para tocar la campanilla tranquila en el Senado. El “riesgo kuka” es un pésimo argumento en vista de que existe desde hace más de dos décadas y los mercados se adaptaron perfectamente a él. Lo de Villarruel, simplemente, un disparate.

Sorprendentemente, hubo también profecías optimistas. Se venían encendiendo luces de alarma por el rojo en alza de cuenta corriente, ya que desde la salida del cepo se fueron más de 12 mil millones de dólares de las arcas del Central por atesoramiento, turismo o compras en el exterior. Frente a este cuadro, una devaluación -que alcanzó el 13% sólo en julio- fue recibida como un alivio. A Cristina Kirchner le pasó algo parecido en 2011 y tuvo que imponer el cepo. Macri levantó el cepo de CFK transitoriamente y tuvo que volver a aplicarlo porque de lo contrario se habría quedado sin un solo billete verde en el Central. Los dólares no respetan partido.

Resulta ilustrativa esa avidez de dólares gobierne quien gobierne. Si el factor que define en última instancia el éxito de un gobierno es la confianza, en materia económica todos están en pie de igualdad, por lo que la carrera contra el peso se definirá desde ahora hasta las elecciones de acuerdo con la cantidad de dólares de los que disponga efectivamente el BCRA. El FMI efectivizará mañana un préstamo de US$2 mil millones y el gobierno norteamericano ya dijo que seguirá financiando a Milei cuanto sea necesario. Esas son las cartas con las que juega el Presidente. Lo que no puede predecirse es el impacto de la devaluación sobre la inflación (ver “Insatisfacción y desaprobación”).

En el terreno electoral, a Milei le siguieron apareciendo frentes opositores no K. La dirigencia que no quiere aliarse con Milei (porque impone condiciones draconianas) y tampoco puede sumarse al kirchnerismo está cayendo en la cuenta de lo complejo de su futuro.

La coalición bonaerense “Somos” integrada por radicales “antipeluca”, macristas irredentos, municipalistas, peronistas no K, cívicos y otras tribus “semiprogres” han comenzado a cruzar entre ellas impugnaciones de pronóstico incierto en la justicia. Ya hay varias que van con boleta corta lo que les quita competitividad.

Sin embargo, el principal problema de “Somos” no es judicial, sino de falta de identidad. Se trata de figuras como Carrió, Manes o Stolbizer con marketing negativo. Para peor, la reducción de las retenciones anunciada por el Presidente en la Rural los va a golpear en el interior de la provincia de Buenos Aires.

Otro tanto ocurre con los cinco gobernadores que anunciaron el miércoles pasado la conformación de un frente para competir en octubre por afuera del oficialismo y del peronismo. A una semana del cierre de alianzas, los mandatarios de Santa Fe, Córdoba, Chubut, Jujuy y Santa Cruz creen que esa es la manera de escapar a la polarización.

Pero el discurso “federal” resulta por lo menos pueril. Hay casos evidentes de que el tercerismo hoy es erróneo. El gobernador de San Luis, Claudio Poggi, aceptó poner en sus listas para cargos nacionales a candidatos libertarios a cambio de que La Libertad Avanza le cediera las candidaturas a cargos provinciales y arrasó. En mayo obtuvo 46% y le sacó más de 20 puntos al candidato de “el Alberto”.

Para los caciques provinciales el ejemplo más evidente de la conveniencia de llegar a un acuerdo con los Milei es el de CABA. Después de recibir una paliza memorable, parecería que los primos Macri se resignaron a aceptar lo que Karina Milei disponga para no repetir el bochorno. Las negociaciones están en curso.