SIETE DIAS DE POLITICA

Cambios en el mapa del poder y un oficialismo ‘líquido’

La Cámara de Diputados sigue funcionando con un oficialismo que se arma de acuerdo con cada proyecto. Macri fue. Kicillof debe elegir entre perder aliado con CFK o ir con el peronismo dividido

El triunfo de Javier Milei en 2023 puso en crisis el sistema político y partidario. Su triunfo del domingo pasado en CABA profundizó ese fenómeno y abrió la puerta a una reconfiguración del mapa poder que afecta no sólo a la derecha, sino de manera directa o indirecta a los partidos más representativos.

En el caso de la derecha, la votación ratificó la desaparición de Mauricio Macri como líder del sector y el rápido eclipse de la fuerza que creó para llegar al poder: el PRO. El simple gesto de irse del país horas después de la derrota lo dijo todo. Dejó abandonada a su suerte a Silvia Lospennato y al resto de la dirigencia amarilla, desentendiéndose de lo ocurrido, del partido y de la negociación por las listas en la provincia de Buenos Aires.

Se tomó el revés de manera personal, lo que explica por qué dio una batalla que no tenía chance de ganar. Consideró el desafío libertario una irreverencia hacia su liderazgo. Por narcisismo cometió el error de creer que todavía era la única opción frene al antikirchnerismo. Su caso excede los límites del análisis político y parece más adecuado para el psicológico.

De todas maneras, parece haber asimilado el revés y felicitó a Milei, lo que no cambia nada, porque los dirigentes de su partido para sobrevivir están dispuestos a aceptar las condiciones que imponga LLA. Iban a saltar el cerco con Mauricio o sin Mauricio.

En los hechos desde el año pasado funciona un oficialismo “sui generis” y el Congreso ha servido como laboratorio político de este fenómeno sin antecedentes. El bajísimo número de legisladores de LLA obligó al Ejecutivo a desplegar esa estrategia de alianzas informales y circunstanciales para que la gobernabilidad no se derrumbara.

El miércoles último la Cámara de Diputados fue una vez más escenario de este “modus operandi”. La oposición intentó forzar una sesión sin el consentimiento de Milei para tratar una agenda propia: aumento a los jubilados sin partidas para financiarlo, comisión investigadora del caso Libra y designación de representantes en la Auditoria General de la Nación.

El intento fracasó por falta de quorum con deserciones en todos los bloques, pero especialmente de diputados ligados a los gobernadores de sus provincias. Los acuerdos no se cocinan en el Congreso sino en la Casa Rosada y han abierto grietas en el peronismo y la UCR. Por su parte el PRO después de lo ocurrido el domingo no tiene fisuras en el apoyo a Milei. Hasta hubo casos llamativos como los de los diputados Álvaro González y Nicolás Massot que concurrieron al recinto, pero no dieron quorum (ver “Una categoría aparte”).

En resumen, la situación que refleja la cámara baja es de un sistema de partidos fragmentado, anarquizado e incapaz de asumir la iniciativa. Esto ocurre en el espacio de poder en que Milei está en la relación numérica más adversa. Para demostrar una vez más su dominio ahora planea aprobar una ley de “blindaje para ahorristas”. De ser aprobada, constituiría una prueba más de que tiene intacta la iniciativa y los votos para materializarla.

En el terreno electoral el gobierno se maneja con dos estrategias alternativas: pactar con los oficialismos distritales o armar una estructura propia. En cualquier caso, los gobernadores respondieron positivamente, porque es pésimo negocio entrar en conflicto con el presidente que maneja la caja y tiene la popularidad prácticamente intacta, a pesar del ajuste fiscal.

Así como con cada proyecto se arma en el parlamento una mayoría “ad hoc”, ante cada elección las partes reaccionan de distinta manera. Lo único constantes es que el adversario es el kirchnerismo y quien lo enfrenta es Milei o sus aliados. Ambas identidades son inamovibles. Macri las desafió y fue aniquilado instantáneamente en su propio territorio.

Hoy el único adversario a la altura de Mieli es Cristina Kirchner o en segundo lugar, Axel Kicillof. El gobernador parece convencido de que el liderazgo de su mentora política no sólo caducó, sino que resta votos. Pero el problema reside en que, si no llega a un acuerdo con ella y el peronismo va dividido en la provincia, es probable una doble derrota.

Kicillof toma distancia del kirchnerismo a través de su vocero Carlos Bianco. “Hoy no están las condiciones para la unidad del peronismo”, dijo despertando el enojo en el campamento de la Cámpora, donde siguen furiosos por el desdoblamiento electoral. Blanco insiste con que “respeten” al gobernador y amenaza romper el PJ. La pulseada es por el armado de las listas y es la primera vez que a CFK le disputan la lapicera.

Lo que salga de esa interna determinará los resultados de octubre y las condiciones en que se extinga lo que queda del liderazgo de Cristina Kirchner como sucedió con el de Macri. En pocas palabras: la actualización completa del nuevo mapa del poder.