La Corte de Brasil declaró firme la sentencia

Bolsonaro cumplirá 27 años de cárcel en una sala de 12 metros cuadrados

 

Brasilia- La Primera Sala de la Corte Suprema de Brasil anunció la conclusión del proceso penal contra el expresidente Jair Bolsonaro, declaró firme la condena a 27 años de cárcel por golpismo y ahora solo deberá decidir el lugar de reclusión.

La conclusión del proceso fue declarada después de que la defensa de Bolsonaro renunció a presentar nuevas apelaciones, para lo que tenía plazo hasta este lunes, después de unos primeros recursos fueron rechazados de forma unánime por los cuatro miembros de la Primera Sala, responsable del proceso.

La decisión fue anunciada cuatro días después de que Bolsonaro, quien estaba en prisión domiciliaria por incumplir diversas medidas cautelares, fue trasladado a dependencias de la Policía Federal, tras haber intentado dañar una tobillera electrónica mediante la cual se controlaban sus movimientos.

Ahora, el tribunal deberá decidir cuál será el lugar de reclusión, que según se baraja en medios jurídicos pudiera ser la misma sede de la Policía Federal, en la que ocupa una pequeña sala de 12 metros cuadrados, o una celda especial en el Complejo Penitenciario de Papuda, situado también en Brasilia.

El anuncio de la Primera Sala del Supremo alcanza también a otros dos de los reos juzgados por el intento de impedir la investidura del actual mandatario, Luiz Inácio Lula da Silva, tras su victoria frente a Bolsonaro en las elecciones de octubre de 2022.

Se trata del diputado Alexandre Ramagem, condenado a 16 años y quien hace dos meses huyó a los Estados Unidos, y Anderson Torres, exministro de Justicia, quien recibió una pena de 24 años.

Bolsonaro, líder de la ultraderecha que gobernó entre 2019 y 2022, negó el pasado domingo ante un juez que su intención al tratar de dañar la tobillera electrónica con una soldadora casera fuera una eventual fuga.

El exmandatario atribuyó ese episodio a una "paranoia" y unas "alucinaciones" causada por medicamentos que utiliza para combatir una depresión y otros problemas de salud. Bolsonaro, de 70 años, tiene su salud debilitada, sufre crisis de ansiedad, de hipo y vómitos, todo lo cual atribuye a la grave puñalada que sufrió en la región abdominal durante la campaña electoral de 2018, que desde entonces le ha obligado a pasar varias veces por el quirófano. Debido a la edad y a su frágil estado de salud, sus abogados ya habían adelantado que, en caso de que la sentencia fuera declarada firme, volverán a solicitar el beneficio de la prisión domiciliaria, alegando razones "humanitarias". 

Bolsonaro comenzó a cumplir este martes la condena a 27 años de prisión que le fue impuesta por intento de golpe de Estado en una pequeña sala de doce metros cuadrados de la sede de la Policía Federal en Brasilia.

Una sala que tiene como todo mobiliario una cama individual, una pequeña mesa, un televisor y unas estanterías de madera, con paredes pintadas de color blanco y sin ningún cuadro ni adorno, según unas imágenes que ha difundido la propia Policía Federal.

El líder de la ultraderecha, quien estaba en prisión domiciliaria por incumplimiento de diversas medidas cautelares impuestas en el marco del proceso, ya había sido transferido a esa sala de la sede de la Policía Federal el pasado sábado, tras intentar dañar una tobillera electrónica que era parte de esas restricciones. El juez Alexandre de Moraes, relator del juicio que cursó en la Primera Sala del Supremo, determinó el fin del proceso tras considerar que se han agotado las posibilidades de recursos.

En esa decisión, también estableció que el expresidente (2019-2022) empiece a cumplir la pena de 27 años y tres meses de prisión en esa misma sala y que se le garantice al reo la debida atención médica.

Bolsonaro, de 70 años, acarrea diversos problemas de salud y llegó a atribuir su intención de damnificar la tobillera electrónica con una soldadora casera a unos remedios antidepresivos que le habrían generado "unas alucinaciones".

El líder de la ultraderecha achaca su frágil estado de salud a las secuelas de una puñalada que le asestó un enfermo mental en la región abdominal en medio de la campaña electoral para las elecciones de 2018, en las que fue elegido presidente.

Cuatro años después, en octubre de 2022, cuando aspiraba a la reelección, fue derrotado en las urnas por el actual mandatario, Luiz Inácio Lula da Silva, y según estableció la Corte Suprema, urdió tras su derrota una conspiración con el objetivo de impedir la investidura de su sucesor y mantenerse en el poder.